Anestesiados

0

Por Pablo Caggiani (*)

Ilustración por Jorge Fuentes (**)

La semana pasada se dieron una sucesión de hechos que deberían llamarnos mucho a la reflexión.

Una mañana de clase en un centro de educación media de Utu que cuenta con extensión del tiempo pedagógico fue interrumpida de la peor forma. Dos jóvenes entraron a punta de pistola a robar a una clase, apuntaron a estudiantes y docentes y se escaparon con las pocas pertenencias que pudieron robar.

Luego de esto los profesores ocuparon el centro reclamando soluciones, las familias se movilizaron en el mismo sentido. Las autoridades se hicieron presentes discutiendo sobre la medida de ocupación y quedó unos días la policía en la vuelta hasta que el tema desaparezca de la palestra pública.

No podemos naturalizar esta sucesión de episodios, hacerlo implica resignarse a que no se puede cambiar, hacer como si se solucionara a partir de las acciones implementadas es la mejor forma para que estas cosas sigan pasando.

La ruptura de lo educativo

Si hay pares que no se juntan son los escenarios educativos y las rapiñas, no es que sea solamente inadmisible, sino que lo educativo es por definición parte de otra forma de relacionarse con los otros y con los saberes. Esto sucede además en una Utu que articula con la escuela, ambas de tiempo completo, con espacios de calidad. Lugares en donde está bueno estar.

La irrupción de esta violencia del “afuera” deja poco espacio para las intervenciones que pueden hacer los adultos que trabajan allí.

La situación es compleja y viene a agravar lo que hemos visto en diferentes centros y estudios que dan cuenta del deterioro de la convivencia en los entornos y dentro de los centros educativos, aumenta la sensación de inseguridad y esto afecta a nuestros estudiantes. Sin dejar de observar que probablemente quienes entraron a robar deberían estar estudiando y no lo hacen. Urge recomponer esto.

La ruptura de lo comunitario

Estos hechos pasaron en una comunidad concreta, una donde se corrió la policlínica de lugar, que no tiene más Jóvenes en red, donde las propuestas culturales del MEc se debilitaron, donde la inseguridad y la violencia vienen ganando terreno a partir del repliegue del estado, del recorte de políticas y del deterioro de las condiciones de vida.

Cuando las redes de las comunidades se empiezan a perforar se empiezan a perder o deteriorar vínculos, espacios comunes, entre otras cosas que hacen al vivir de nuestros barrios. Urge volver a anudar esas redes que nos sostienen.

Tiempo de tejer

Después de episodios como este necesitamos revisar que se está haciendo mal o no se está haciendo y accionar para corregir. Recuperar el lugar de lo común, reparar los daños, construir certezas y confianza requiere de comunidades que sean parte y se apropien, pero las comunidades solas no pueden. Sin políticas públicas que atiendan las desigualdades y las condiciones concretas de la vida de las personas no es posible. No hacerlo es resignarse a que esto se repita en un continuum que irá empeorando.

Un policía por estudiante no es posible ni deseable, urge recomponer las vidas concretas de nuestros gurises.

(*)Pablo Caggiani es maestro, ex consejero del Consejo de Educación Inicial y Primaria, actualmente se desempeña como Director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INED)

(**) Jorge Fuentes es Ilustrador, caricaturista, pintor con acrílico y acuarelista. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales

Comments are closed.