Por: Víctor Brindisi
1- Educar y Luchar para resistir la impunidad.
¡JULIO CASTRO PRESENTE!
Con esta consigna el Movimiento de Educadores por la Paz, junto a los compañeros de ADEMU, convocamos a los educadores a concentrarnos en la Pza. Libertad, el pasado 15 de marzo, para manifestar nuestro repudio a la resolución de la S.C. de Justicia que intenta impedir seguir adelante con las causas abiertas en el proceso penal contra quienes cometieron crímenes de lesa humanidad contra el pueblo uruguayo.
Como dice la declaración, el Movimiento “quiere, además de expresar su indignación por el retroceso que está realizando nuestro país en el camino de la Verdad y la Justicia, reflexionar sobre las razones y consecuencias de este proceso de deterioro de la democracia y del respeto a los Derechos Humanos.”
Dice más adelante que la situación genera “una responsabilidad ética que involucra a todos los poderes del Estado y a toda la sociedad en su conjunto, por eso los educadores y las organizaciones defensoras de los derechos humanos nos comprometemos a no detenernos en el legítimo esfuerzo de nuestro pueblo para sanar la herida que nos desangra.”
La aparición de los restos del Maestro Julio Castro conmocionaron a toda la sociedad uruguaya. Pusieron en evidencia la tremenda violencia con que actuaba, en ese momento la dictadura, que en forma alevosa trató de ocultar el crimen.
No es posible admitir, que este crimen, y los que se sometieron en esa etapa, queden impunes. Se impidió durante casi dos décadas, investigar y cuando se abre cauce para poder hacerlo, aparecen nuevas trabas “jurídicas”. Quienes alegan la necesidad de cerrar la etapa de búsqueda de Verdad y Justicia, son quienes la impidieron o son insensibles a las tremendas violaciones cometidas contra miles de mujeres y hombres.
2- La historia reciente.
No sólo para castigar a los culpables es necesaria la MEMORIA. Es fundamental para analizar los acontecimientos vividos, interpretarlos y poder sacar conclusiones que ayuden a la sociedad toda a avanzar en un destino mejor.
Recuperada la democracia, en 1985, no hubo voluntad política mayoritaria para avanzar en este camino. Recién a partir de 2005, comienza un camino que posibilitará la investigación de los hechos ocurridos para ser volcados en el ámbito educativo, y transformarse en un aporte fundamental, la Historia Reciente.
Gracias al esfuerzo valiente de muchos compañeros, docentes, autoridades designadas en la dirección de la educación, destacados docentes en el campo de la Historia, se logró romper la muralla oscurantista e introducir en los programas de estudio capítulos de esa historia que se intentaba ocultar.
Una auténtica laicidad permitió ingresar esos conocimientos para una interpretación objetiva, racional, científica de los hechos.
Sólo sobre estas bases se puede lograr una educación, que además de generar los conocimientos necesarios para interpretar y avanzar en el imponente desarrollo científico-tecnológico, contribuya a enriquecer al ser humano, niño, joven, adulto, mujeres y hombres, para lograr su adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, de respeto y fraternidad a todos los niveles de la sociedad que integra.
3- Cultura de Paz en el siglo XXI.
La MEMORIA debe ayudarnos también, rompiendo estrechos límites nacionales, a analizar los hechos, que a nivel regional y/o mundial, han sido determinantes de los grandes acontecimientos que rodearon nuestra historia.
La historia del Siglo XX está llena de acontecimientos importantes, algunos de ellos trágicos, otros de relevancia que apuntan a generar un futuro promisorio, de cumplirse, para la humanidad.
La Memoria nos permite pensar en las tragedias de la primera mitad del siglo pasado, para lograr el NUNCA MÄS, como la tragedia de la dictadura en nuestro país; el Genocidio Armenio, en la segunda década del mismo; el Holocausto judío en el medio de la 2da. Guerra Mundial; las Tragedias de Hiroshima y Nagasaki, en 1945, al final de la misma.
Estas expresiones aberrantes se cometieron ejecutadas por seres humanos, unos culpables y otros indiferentes.
Como dice una periodista japonesa -Daisake Ikeda- al expresar el sentimiento del pueblo abatido alevosamente en Hiroshima y Nagasaki:
“Protestar contra la guerra y las armas nucleares no es un ejercicio de emotividad, ni de autocompasión. Es la más alta expresión de la razón humana, basada en un decidido compromiso con la dignidad de la vida.”
A pesar de importantes acontecimientos en la mitad posterior del Siglo XX, que comenzaron con la creación de las Naciones Unidad, la declaración de los Derechos del Hombre, la formación de la UNESCO, los Derechos del Niño, y otra serie de documentos importantes, las Recomendaciones de UNESCO para la Educación para la Paz, y que culminan a fines del Siglo con la Declaración de la Asamblea General, máxima autoridad de la ONU, referente a una CULTURA DE PAZ, la Humanidad continúa sin resolver temas esenciales de la vida del ser humano.
Siguen hoy vigentes en el escenario mundial tres estigmas fundamentales:
A- La Extrema Pobreza, a la que siguen sometidos cerca de 1.000 millones de habitantes del planeta, de los cuales mueren cerca de 60.000 por día, la mitad de ellos niños.
B- La inmoral Carrera Armamentista, en la cual se invierten fabulosas cifras que aplicadas al desarrollo y avance científico en otras áreas, posibilitaría mejorar rápidamente las condiciones de vida de la mayor parte de la población y alejar las terribles consecuencias de las guerras.
C- Eel creciente deterioro de nuestra naturaleza y de nuestro planeta. Más allá de los eventos mundiales y sus declaraciones no se consolida un compromiso serio, en especial de las más grandes naciones, que son las principales depredadoras, de sustentabilidad para evitar a las futuras generaciones duras condiciones de vida.
4 – No somos pesimistas.
Creemos que la Educación contribuirá, junto con la acción decidida de los pueblos, a mejorar la vida de los seres humanos. Tenemos una nueva visión latinoamericana.
Al igual que otras regiones del mundo, América Latina vivió siglos de opresión y miseria. Las luchas independentistas solo lograron consolidar la liberación política del yugo europeo, pero quedan las naciones sujetas a la dominación económica y cultural.
Agresiones militares de los EEUU y numerosas injerencias contra los países que intentan sacudir el yugo en estas regiones, como el PLAN CÓNDOR, en las décadas de fines de 1960 a la década de 1980.
Comienza una nueva historia, a partir de los primeros años de este siglo.
Aparecen en algunos países, en especial en América del Sur, nuevos gobiernos que intentan desarrollar propuestas a favor de mejorar la vida de sus pueblos:
a- Se lucha por lograr la recuperación de los recursos naturales.
b- Comienza, en algunos países, con profundo sentido humanista, a fortalecer la figura del ser indígena, la mujer, los niños.
c- Se lucha contra el hambre y la pobreza.
d- Se reafirma el proceso de unidad americana.
Esta nueva visión humanista, que pone al ser humano en primer plano, que defiende su dignidad como fundamento de sus Derechos Humanos, es la nueva CULTURA DE PAZ que la EDUCACIÓN y la MEMORIA ayudan a construir.