La fuerza del arte como creador de conciencia. Visita a la muestra “Bocetos, sombras y otras afonías” de Federico Murro

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Casa de la Cultura del Prado “Daniel Fernandez Crespo” Lucas Obes 897

Por Claudia Suárez Delgado (*)

A partir del 23 de mayo se puede visitar, en la Casa de la Cultura del Prado, la muestra de Federico Murro: artista y docente montevideano, formado en el taller de Tunda y Ombú del cual es docente, ilustrador de varias publicaciones y medios de prensa nacionales.

El artista presenta su muestra de esta manera:

Mis padres estuvieron presos durante la dictadura.

Mi hermano nació en una cárcel.

Yo nací después…pero aún dentro de ese tiempo.

Al salir se mudaron a un complejo de viviendas sencillas, iguales.

Allí vivían militares, hasta una carcelera de mi madre.

Con sus hijos jugábamos en los pasillos y canchitas.

Las miradas se calibraban, las palabras se medían.

También entre los niños.

Que luego de jugar en la calle

volvían a los relatos que habían en sus hogares.

Estas ilustraciones vienen de ahí.

No son exactas ni documentales.

Intentan eludir el personalismo,

se intimidan si las tratan de testimoniales.

Son intentos de dibujar lo que quedó entre líneas.

Lo que se susurró o quedó guardado.

Lo que, aunque no se habló, persiste.

La memoria encuentra otras formas de colarse.

Fueron dibujos también

libros, manualidades, artesanías, juguetes,

las que hicieron las y los presos

para huir de la deshumanización que se les imponía.

Pero en mi caso, vengo del lado de los que no vieron todo,

pero sintieron el temblor.

 Del lado de los que tuvieron más suerte aunque crecieron con el eco de una puerta que nunca termina de cerrar.” Federico Murro.

La muestra, montada en los espacios interiores y exteriores de la Casa de la Cultura, es una invitación a entrar en un diálogo en primera persona con el artista. A través del relato de las experiencias vividas por su propia familia, pone en escena el dolor y el espanto en los tiempos de detención y tortura de sus padres.

El relato en prosa y obra plástica rompe el silencio y nos sumerge en la empatía, la compasión de compartir la angustia, el miedo y la impotencia.

Se trata de una mirada que no rehúye a la complejidad de las situaciones y los mecanismos de negación y silencio a los que se veían obligadas las familias para sobrevivir a la violencia.

También abre un espacio a la ternura, la complicidad y la valentía del sostén, la fuerza de la vida en resistencia.

En los salones internos de la Casa de la Cultura, el artista nos trae su mirada sobre eventos históricos que retrata y humaniza. Para el artista “opinión que aprendí a volcar en el papel coincide en la forma ilustrada de decir lo que urge”.

Esta muestra nos recuerda el valor sanador del arte no solamente para el artista sino también para toda la comunidad que lo comparte, a su vez rescata el valor militante de comunicar a través del arte, dar voz a aquello que ha sido o permanecido acallado.

Bocetos, sombras y otras afonías” es un espacio enriquecedor que recomendamos visitar.

(*) Claudia Suárez Delgado, licenciada en Psicología especialista en Gestión Cultural, integrante de la Red de intelectuales y artistas en defensa de humanidad (REDH)

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