Paysandú: un plan que no avanza

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Por Darío Rodríguez (*)

El mentado Plan Avanzar (PA), que ameritó un fuerte tironeo con Cabildo Abierto, por su ubicación institucional, quiso ser “la política” habitacional del gobierno nacional; la montaña parió un ratón. El tironeo concluyó con la creación, -aunque dentro del MVOT-, de la Dirección Nacional de Integración Social y Urbana, (DINISU) a cargo de la arquitecta Florencia Arbeleche; hermana de Azucena, la ministra de Economía y Finanzas. Florencia se reporta directamente con el inquilino de Torre Ejecutiva.

Solo 6 de 27

En Paysandú, concretamente en la ciudad de Guichón, -donde crece el cooperativismo-, hace unas semanas se inauguraron 61 viviendas, está vez de MEVIR, con toda la parafernalia; incluyendo ediles, autoridades locales, intendente, ministros, subsecretarios y hasta Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou Herrera Brito del Pino. Siempre todo muy mediáticamente estudiado y ejecutado.

(Foto El Telégrafo. 12 viviendas del Plan Avanzar para un gran despliegue)

En el Departamento, desde el punto de vista cuantitativo, hay un déficit de 4 mil viviendas, aunque en la capital algunos especuladores regular el mercado inmobiliario y de la tierra.

Con la Intendencia de Paysandú (IDP) el MVOT suscribió, el 7 de julio del 2022, un convenio de cooperación técnica para “Implementar Acciones de Integración Social y Urbana” (Acuerdo Estratégico para la Integración Social y Urbana) Dicho acuerdo estipulaba los asentamientos a intervenir y población a incluir; entre otros asuntos. Desde entonces, a la fecha, se ha realizado poca cosa.

En ciudad de Paysandú hay registrados 15 asentamientos (Espinillo (Vertedero); Anacahuita del Este; Nuevo del Este; Barrio Ledesma; Antena 35; Atlántida; Ferrari y diagonal 500; Ferroviario; Park Way-Sacra; Los horneros, Nueva York; Nueva Antena y Parque, de un total de 27.

Más allá de otras líneas de acción se planteó intervenir en tan solo 6: Vertedero Municipal-Espinillo (Casa Blanca); Parkway-Sacra; Antena 35; Nueva Antena; Bajo Curupi y Curupi 2. Entre todos ellos hay 270 familias involucradas.

Pero la lentitud es exasperante. Si nos remitimos, exclusivamente a los asentamientos que van o están atendiendo nos encontramos que en Antena 35, de 93 familias previstas, el pasado jueves 5 de setiembre se entregaron 12 de 93 viviendas. En la entrega se hizo, de hecho, un acto electoral, con fuerte presencia del gobierno, nacional y departamental, y dirigentes de la coalición; entre ellos el general senador.

(Plan Avanzar, pocos recursos e inoperancia)

Por otra parte, en Parkway-Sacra se habían entregado las 66 planificadas; en El Espinillo las 54 viviendas están en proceso de licitación al igual que Curupí 2 con otras 61 viviendas.

Aunque buena parte de estas poblaciones también participan en el programa cooperativo, conviene recordar que el proyecto socio urbano, en la ex textil Paylana, incoado durante las anteriores administraciones, venía siendo ninguneado por la IDP; contumaz incumplidora del decreto que regula dicha pieza. La misma transforma la forma de hacer ciudad y deja de expulsar pobres, como los otros programas, a las periferias.

Aunque el intendente Nicolás Javier Olivera difunde la idea que gobiernos, Nacionales y Departamentales del mismo signo, generan sinergias y los recursos fluyen, tenemos malas noticias. En Paysandú hay, exceptuando la gente con problemas laborales de diverso tipo, 8.400 desempleados. La inversión en vivienda fue cayendo de 602 (2020) a 400 millones de pesos (2022)

Quien sí factura con algarabía es la correligionaria Fundación A Ganar que pasó de facturar casi 4 millones de peso en el 2021 a 7.5 millones por el suministro de mano de obra. Pero debería ser objeto de otra nota

Manuelita

En realidad, el PA subsumió en su estructura al Plan Juntos, el programa de Mejoramiento Barrial y el Nacional de relocalizaciones.

Aunque el gobierno ha sido basculante en sus apreciaciones, argumentaba que los objetivos del PA eran regularizar, relocalizar, atender la emergencia y prevenir la instalación de nuevos asentamientos. Alcanzaría unas 15 mil personas y a 120 asentamientos; de unos 600 contabilizados.

El superior gobierno quería trasmitir la idea, “novedosa”, que se atendería con vigor el tema habitacional de sectores pobres y vulnerables.

Mientras el relato fluía y se hablaba de la incorporación de 240 millones de dólares, se recortaban y/o enlentecían otros programas habitacionales del MVOT. Como en buena parte de los programas de vivienda, las Intendencias son un socio relevante; en general aportando tierra, infraestructura, maquinaria, servicios y, a veces, equipos técnicos/sociales. Muchas veces son quienes ejecutan dichos proyectos y/o lo supervisan o hacen el seguimiento.

(Improvisación, escasa inversión y mucho relato)

Aunque ni el propio gobierno puede decir a ciencia cierta cuántos millones invierte; comenzó tardíamente a diseñar el plan operativo; generando acuerdos con las Intendencias y posteriores licitaciones. Como la lógica sigue siendo que los pobres vayan a las periferias, buena parte de los recursos los consume la adquisición de terrenos (o su regularización dominial y otros menesteres), estudios técnicos, extensión de servicios e infraestructura. Las demoras inflaron el Plan y en forma clientelar se trasvasó personal que, habiendo entrado al mismo, -y no perder la changa-, fue colocado en MEVIR; siempre por la ventana.

Inoperancia, incapacidades diversas, inmersión en vericuetos administrativos-institucionales, hacen que la ejecución del PA sea, desde el punto de vista de su impacto, escaso. Esto es visible en Paysandú. Naturalmente que, para aquellas familias que vivían en zona inundable bajo unos costaneros, llegar a una vivienda confortable es un paso de “siete leguas”. Con estas cuestiones el gobierno hace campaña.

(*) Darío Rodriguez es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UdelaR), periodista y asesor en temas de cooperativismo, vivienda y hábitat.

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