Testimonio de la presidenta de la Federación democrática internacional de mujeres
Por Maribel Acosta Damas (*)
Lorena Peña es salvadoreña. En el año 2016 fue elegida por unanimidad como presidenta de la Federación democrática internacional de mujeres (FEDIM) en su congreso mundial realizado en Bogotá, Colombia.
La activista feminista es una de las históricas luchadoras de El Salvador. Se describe a sí misma como una mujer de 68 años que en 1973 se incorporó a los Comandos Clandestinos de la Fuerza Popular de Liberación, una de las organizaciones fundadoras del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y según ella relata, “entré motivada por el servicio al prójimo, ya que era militante activa de la teología de la Liberación y misionera en comunidades”.
Luego decidió incorporarse a la guerrilla en el Comando Urbano. Posteriormente fue jefa de una zona guerrillera de la zona urbana, donde dirigió la Escuela de Cuadros de la organización: “Después fui jefa del Frente Occidental Feliciano Ama para la primera ofensiva. Y también fui jefa del Frente Central hasta 1985. Y finalmente fui nuevamente jefa del Frente Occidental.”
“Ahí estuve en la primera y la última ofensiva del FMLN. Me tocó dirigirla y luego fui enviada a México para integrarme en la recta final de las negociaciones de paz del FMLN. Esa fue mi trayectoria durante la guerra”.
Ya en la paz, Lorena Peña ha sido miembro del Consejo Nacional y de la Comisión Política del FMLN. Diputada en diferentes oportunidades y figura clave en el movimiento feminista de su país y de Latinoamérica. Fue además, presidenta de la Asamblea Legislativa y presidenta de la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa.
Entonces la vida activa de Lorena Peña no ha sido bien percibida por el actual gobierno de El Salvador. -¿Por qué? -“Todo esto nos ha acarreado el repudio del presidente Nayib Bukele, dado que no nos hemos prestado a sus maniobras y en este momento soy una perseguida política del régimen salvadoreño.
Maribel Acosta Damas- ¿Por qué actualmente no vive en El Salvador?
Lorena Peña- Hasta hace seis meses atrás vivía en El Salvador. Ya con un juicio amañado que me montó el gobierno, sin pruebas, abusivo y sin derecho a la defensa. Hace unos meses salí a una reunión de trabajo fuera del país y al regresar, me avisó mi familia que no podía volver porque mi casa estaba rodeada y con orden de captura. Y ese mismo día la Asamblea Legislativa, dominada por Bukele, por decreto legislativo, acordó pedirle al Fiscal General de la República que me abriera otro juicio de carácter penal, donde, aunque parezca ridículo, la acusación es que promoví la aprobación del Presupuesto General de la Nación.”
“Muchos de mis compañeros han sido capturados, están incluso en riesgo de su vida porque no les permiten comunicación ni medicamentos y sus familiares ha sido agredidos. Entonces resultó imposible mi regreso a El Salvador por el momento.”
Maribel Acosta Damas- Cómo entender el gobierno de Bukele de cara a la campaña mediática internacional de hombre popular y la realidad interna?
Lorena Peña- La popularidad de Bukele es similar a la popularidad de Milei en Argentina y a la de tantos fascistas o neofascistas de este tiempo que, han cometido y siguen cometiendo barbaridades, pero en una coyuntura concreta han logrado manipular la opinión pública y dominar el estado de ánimo de la población, generar odio, división y emerger como caudillo.
Así me explico yo la popularidad de Nayib Bukele. Manipulando el tema de la seguridad, que era el que más agobiaba a nuestro pueblo, gestó una campaña de terror increíble al tiempo que hizo un pacto con las pandillas y sus líderes para disminuir los asesinatos y, por otro lado, incriminar a la población de escasos recursos y meterla a la cárcel. De esa forma se redujeron los asesinatos en lo que pudiera parecer una contradicción: un régimen de terror porque no hay garantías en El Salvador en este momento. No hay derecho a la defensa, no hay plazos procesales normales y hay más de 80.000 capturados. Es una situación grave.
En los últimos tiempos esa “simpatía” popular hacia Bukele ha ido decayendo, tanto por la cantidad de personas que ya están denunciando que sus familiares han sido capturados injustamente, como por la crisis económica, que este gobierno, que es neoliberal pero además es bastante nulo en política económica, no ha podido ni siquiera disminuir un poquito. Entonces la popularidad de Bukele comienza a caer, pero en un principio Bukele incluso jugó a presentarse antisistema a algunos sectores de la izquierda nacional e internacional.
Maribel Acosta Damas- ¿Qué es la judicialización de la política en la actualidad de El Salvador? ¿Cuál es su impacto?
Lorena Peña- El régimen del presidente Bukele se ha caracterizado por ser represivo y tiene como ejes de represión la persecución política a través del sistema judicial, contra de los opositores. Y, por otro lado, el terror generalizado, haciendo lo que se llama, batidas, que es entrar a barrios de escasos recursos económicos y capturar a todos los jóvenes o personas que encuentran a su paso. De esto último hay 80.000 presos.
Pero en el caso de la persecución política, realizan acciones en las cuales organizan una campaña mediática mentirosa, de difamación. Abren juicios absolutamente montados, sin ningún fundamento basado en la realidad para ya sea inhabilitar políticamente y extorsionar o robar a la persona que está siendo enjuiciada; o en los casos más extremos, capturar y apresar.
Mi caso es uno de ellos. En un inicio yo fui llamada a un interrogatorio de siete horas por la Comisión Especial Legislativa hace dos años. Era sobre supuestas irregularidades y mal manejo de fondos en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, ya que yo presidía la Comisión de Hacienda. Entonces decidieron hacer un interrogatorio público en video en vivo para supuestamente comprobar mis delitos y la Fiscalía estaba lista para si me capturaban en esa oportunidad. Pero salieron muy mal parados después del interrogatorio, y no pudieron proceder a la captura porque había una gran expectativa nacional, sin exagerar, del famoso interrogatorio.
Pero luego inventaron una investigación por enriquecimiento ilícito que al principio dijeron que eran 700.000 U$S, después 200.000. Y por último, recientemente me han condenado por 150.000 U$S. Pero llama la atención que en ese juicio a mí no me acusan de malversación de fondos públicos, no me acusan de recibir sobornos. Tampoco me acusan de haber agarrado dinero de las instituciones que recibían fondos públicos, sino que ese juicio por el supuesto enriquecimiento ilícito se basa en mentiras absurdas, como decir que todos mis hijos, que son adultos, eran durante diez años personas desempleadas y que tenían un ingreso mensual injustificado.
Por otra parte, echaron mano del argumento de una cuenta del FMLN, mi partido, que tiene una cuenta en el banco, y está clarísimo que es del FMLN, que recibe fondos del FMLN para las actividades de Secretaría de Cultura y Arte que yo presidí, en la cual yo tenía firma. Ellos difamaron que esa era una cuenta mía personal, aunque nunca pudieron demostrar que de esa cuenta yo hubiera comprado algo, sino que estaban claros los destinos, es decir, una cuenta institucional. Entonces, arbitrariamente condenan a una de mis hijas, a devolver al Estado 17.000 $, aunque en la acusación no aparece que el Estado le haya dado un peso, sino que son sus salarios por trabajar con una institución internacional. Y en el caso mío, que le devuelva al Estado, dicen ellos, los fondos que el partido depositó en su cuenta institucional.
Eso es de ejecución forzosa y estoy inhabilitada para los próximos diez años de mi vida de participar legalmente en cualquier actividad política institucional. Paralelamente, como este juicio se le vino cayendo y mediáticamente lo tiene muy bien montado porque se logró una buena labor dentro del país, entonces hace unos seis meses, la Asamblea Legislativa que controla Bukele se inventó pedir a la Fiscalía que me haga una investigación penal por prevaricato y se basan en que, como yo presidía la Comisión de Hacienda, ellos dicen que la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de esos años en el Congreso salvadoreño yo las promoví con mecanismos perversos, aunque no dicen que haya dinero ni nada de eso de por medio, sino que dicen que son mecanismos perversos.
El resultado es que la Asamblea Legislativa del Salvador pidió en el juicio penal, que me apresen. Y esto va acompañado de una gran campaña mediática. En esos días yo estaba fuera del país cuando mis hijos me llamaron para que no regresara porque tenían un operativo montado sobre mi casa. Y así es como debí quedarme fuera del país. De hecho, por esos días, los funcionarios del gobierno dieron declaraciones diciendo de que informaban que me estaban capturando, siguiendo el debido proceso y que no era persecución política.
Así como en mi caso, hay una veintena de casos de compañeros y presos políticos con juicios similares. Tenemos unos 15 compañeros, todos con juicios sin derecho a defensa. Y digo sin derecho a defensa, porque en el caso mío no me admitieron presentar pruebas de descargo. Entonces, así como mi caso, hay también varias decenas de compañeros fuera del país; a algunos les han dado difusión internacional y hasta la Interpol se ha negado a proceder porque son casos obviamente políticos, como el caso de nuestro expresidente Salvador Sánchez Cerén.
El impacto de esta judicialización de la política es que restringen voceros importantes que han orientado a la población y a nuestro pueblo sobre lo que está pasando y coartan el activismo político opositor dentro del país, se quedan con las manos libres. Por otro lado, pretenden intimidar a las personas que son opositoras al régimen para que no hablen. Y si a esto le agregas que tenemos dos años de régimen de excepción, que quita todos los derechos constitucionales, todas las garantías a la defensa y al debido proceso, entonces es un impacto demoledor. Una encuesta reciente en El Salvador, de una universidad muy seria, estableció que seis de cada diez personas dicen que por temor no emiten su opinión en nuestro país.
Maribel Acosta Damas- Y como los entramados de ciertos personajes de la política latinoamericana terminan encontrándose, recientemente ha visto la luz pública otro personaje de la vieja política del continente: Edmundo González. ¿Cuál es el vínculo de Edmundo Gonzáles, el tan cacareado hombre inmaculado de la diplomacia venezolana (candidato en las elecciones del 28 de julio pasado), con El Salvador?
Lorena Peña- Edmundo González Urrutia trabajó en la Embajada venezolana en El Salvador bajo las órdenes del señor Leopoldo Castillo. Es bastante conocido que durante esa época la derecha venezolana implantó en nuestro país, asesores y ejecutores directos de esa política de terror, de tortura, de captura y asesinato según documentos desclasificados de la CIA y que también Wikileaks ha ayudado a conocerlos.
Este señor estuvo involucrado en una estrategia para asesinar a religiosos y religiosas de la Teología de la Liberación, incluido nuestro pastor Oscar Arnulfo Romero, Santo de América, que fue asesinado por un escuadrón de la muerte. A ese señor le llamaban El mata curas y tiene sus manos manchadas de sangre de nuestro país. Por cierto, uno de esos asesores se quedó a vivir en El Salvador. En principio, un señor llamado Víctor Rivera, que después terminó participando en el asesinato de los diputados del parlamento salvadoreño.
Recientemente la doctora Mirna Perla, revela en sus investigaciones que Edmundo González estaba vinculado al equipo de venezolanos que dirigían torturas y asesinatos en nuestro país en los años 80 y parte del 90. Por otro lado, hay que hacer ver que ahora venezolanos del grupo de la extrema derecha, son los que configuran el Gabinete Sombra de Bukele, es decir, que han vuelto a meter los tentáculos de la extrema derecha venezolana en la política nacional salvadoreña. Ese es el personaje Edmundo González, presentado ahora como la opción política para el pueblo venezolano. Y es que Dios los cría y el diablo los junta.
(*) Maribel Acosta Damas, Dra. en Ciencias de la Comunicación Social, Periodista cubana y docente de la Universidad de La Habana, trabaja y colabora con varios medios de su país y de otros países.