20 años no es nada

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Por Carlos Pereira das Neves

Si bien no creo que el zorzal criollo pensara en nuestro combinado sub 20 cada vez que cantaba “Volver”, mucho menos creo que nadie podía adivinar este parpadeo a lo lejos. Ni tan lejos, al otro lado del charco, con nuestros hermanos Argentinos también queriendo una victoria celeste.

En el mejor de los lugares posibles: el Estadio Diego Armando Maradona de La Plata. Justicia poética capaz, el estadio parecía un potrero por el estado de su césped (después de tantos partidos) y sobrevolaba un nosequé tercermundista que no estaba dispuesto a dejarse robar por los mafiosos europeos…bien que lo intentaron.

Y qué bien que le llega este triunfo a este país, que viene de golpe y derrota en los últimos 3 años. Y qué bien que sean los gurises los que lo hayan conseguido, porque esos sí que vienen de golpe y derrota, desde hace mucho más que los últimos 3 años.

Nadie desconoce que ciertos avances en materia de oportunidades (laborales, educativas…sobre todo públicas) y en materia de derechos hasta el 2019, sumados a la situación de buen pasar (aunque para nada general ni sostenible), se consiguieron coincidiendo con los 3 períodos de gobiernos frenteamplistas pasados. Pero el joven, como tal, sigue siendo mal visto por una sociedad avejentada que piensa que la acumulación de edad es como una verdad absoluta que se antepone en cualquier conversación, sobre cualquier temática, opinión, gestión, condenación.

20 años no es nada, pero esa nada fue capaz de todo. Gurises que, salvo escasísimas excepciones, vienen de los lugares más humildes de nuestra tierra y son -a su vez- la esperanza de un montonazo de otros gurises que también tienen que elegir entre el fútbol (ni siquiera el deporte en general), la calle o la policía/el ejército.

Esa es la magnitud de la victoria, rodeada de épica y de buen fútbol como hace tiempo no se veía en una selección. Junto a la siempre hipócrita necesidad de mencionar “la garra charrúa”, porque es lo único que sabemos de ellos, que parecían animales o que lo único a destacar era su fuerza bruta. Una condición que solo se reconoce cuando se trata de fútbol, porque después en el censo ni loco decimos que tenemos algo de indígenas. Ahí somos todos blancos, todos Fructuoso.

Pero además, ¿qué partido miraste? Yo vi el de una selección que, con inteligencia, se impuso a su rival durante todo el partido. Entonces ¿por qué no “la audacia charrúa”?. Por el otro lado, los gentiluomini, los signori, no pararon de pegar e insultar…¿a algún relator se le ocurrió hablar de “el fascismo tano”?

Tenemos 4 copas del Mundo (2 copas propiamente dichas y 2 torneos olímpicos asimilados a copas mundiales por ser, hasta ese momento, las instancias más importantes en materia futbolística), tenemos 15 copas Américas. Y a nivel de clubes tenemos 8 Libertadores y 6 intercontinentales, Peñarol y Nacional son 2 de los 5 cuadros más ganadores de este último torneo. ¡¡¡Qué garra ni garra!!!

Me van a decir que no se pueden hacer paralelismos tan grandes, los mismos que siempre dicen lo que no se puede hacer, pero los gurises son la esperanza. La real, no la que queda linda en el discurso previo a seguir con más de lo mismo, seguir con lo seguro, lo experiente, la máquina inexistente del tiempo en el que todo fue mejor siempre.

Los gurises son la esperanza, esta sub 20 que nos coloca en la cima mundial del fútbol nuevamente, como en 1997 y 2013 aunque en esas ocasiones hayamos perdido, como también los gurises y las gurisas que apoyaron en masa el Referéndum contra los 137 artículos de la Ley de Urgente Consideración o las elecciones nacionales de 2019…las que también perdimos.

Si, hablan mal, son unos planchas, están todos tatuados, con piercings o con caravanas. Algunos ya deben de ser padres. Y??? Adónde nos metemos la vara meritocrática que sacamos a relucir cada vez que necesitamos resaltar nuestra mediocre existencia frente a un otro que está peor??? Porque vaya que es un mérito sortear la policía o la calle para poder tener un futuro, aunque sea pateando una pelota, con el que también poder solucionar la vida de nuestra castigada familia y muchos incluso contribuyendo con el lugar que los vio crecer. Vaya que es un mérito ganar un torneo contra jugadores que se desarrollan en los mejores clubes, con las mejores infraestructuras, en países con tremendos PBI, en sociedades/civilizaciones en las que casi siempre intentamos reflejarnos para creernos la crem de la crem

Les pedimos mucho, los acompañamos poco.

La victoria es toda de ustedes, la alegría es compartida. Los vimos comprometerse, disfrutar, rabiar, equivocarse y levantarse…colectivamente. Jugando de igual a igual, incluso hasta con demasiada madurez para la edad que tienen. Merecidos campeones.

No sé qué les deparará el tiempo, algunos ya quieren meterles la mochila de que en pocos años hagan lo mismo a nivel de selección mayor…como que exigiéndoles que hagan lo que nosotros no hemos podido/sabido hacer. Así ha sido siempre.

Disfruten el momento, son ENORMES, gracias por el fútbol.

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