Por EconomíaPolitica.uy (*)
Ec. Gabriela Cultelli (**)
Dibujo Prof. Adán Iglesias Toledo (***)
¿Se imaginan a Don Pepe Batlle cuestionando beneficios sociales al son de que “se estimula la vagancia”? o esperando “señales del mercado”, o beneficiando principalmente a “los malla oro” con la excusa del “derrame”. ¿Se imaginan a Don Pepe Batlle abanderado con la “teoría del derrame”? La teoría del derrame implica favorecer a los de arriba con el supuesto que ocurriría luego el derrame hacia los de abajo, sin intervención pública ni nada. No es posible imaginarse a un Pepe Batlle así.
Nada menos quien planteó el “derecho a la vida”, el derecho para los desempleados a ser alimentados por el Estado, exclamando “que no se deje a nadie en la miseria si la miseria es consecuencia de su inhabilidad física para el trabajo o la imposibilidad de obtener trabajo” (1). De eso hace más de un siglo.
El Frente Amplio (FA) en su programa actual levanta las banderas de la distribución de la riqueza y en ello hace suyo el hecho de “generar condiciones para el acceso a la jubilación a los 60 años”(2), y asegura que “Por el Frente Amplio se promoverá el fortalecimiento de la negociación colectiva, el aumento del salario real y el incremento gradual del Salario Mínimo Nacional”(3) y continúa “En el próximo periodo de gobierno del Frente Amplio, es necesario fortalecer las políticas sociales”(4), al tiempo que todos los contenidos de sus bases programáticas apuntan a ello.
Así lo hizo en los 15 años de sus gobiernos, aunque nos quedáramos con gusto a poco, y por eso mismo necesitemos más. En aquellos años generó políticas batllistas (de las buenas, de las del 1er y 2do Batllismo) tales como el acceso a los recursos que el Estado brindó a través de las políticas universales. La creación del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) para enfrentar la gravísima crisis social que el país atravesaba en 2005, consecuencia de la debacle económica que se gestó desde el año 2000 y que el Frente prevé que continúe su labor en una sociedad que en su funcionamiento es muy desigual, brindando asistencia a las personas más vulnerables y a la población en pobreza extrema, donde la inhabilidad para el trabajo no solo puede ser física. Son avances de sus ideas, en otro contexto, y José Batlle y Ordoñez lo hubiera apoyado, no cabe duda.
Don Pepe Batlle nunca les sacó a los pobres para darles a los ricos, idea básica de todo ajuste fiscal. Y así Juan Andrés Ramírez (Blanco) en 1917 decía que “Todos los buenos ciudadanos deben votar contra este régimen caracterizado por el desorden administrativo, por el despilfarro de las rentas públicas, por la persecución sistemática al capital” (5). El mismo Ramírez “había advertido que las empresas del estado conducirían al comunismo” (6). Todo fue porque en aquel momento, lejos de ajustar, las pensiones a la vejez se financiaron en forma complementaria entre patrones y trabajadores, y la eliminación de la matrícula pagada en la enseñanza se cubrió duplicando los impuestos a la propiedad urbana y rural cuyos propietarios vivieran fuera del país. Ese era Don José Batlle, cualquier semejanza con el hoy frenteamplista y las acusaciones que recibe desde la fórmula Delgado-Ripoll, no son casualidad y vienen de muy atrás en la historia con todos aquellos que quisieron un Uruguay más justo.
La Educación
En los períodos de gobierno que estuvieron bajo la impronta del viejo Batlle, se eliminó el cobro de la matrícula en la enseñanza secundaria, preparatoria y universitaria (la primaria ya era gratuita), “los jóvenes de ambos sexos sin recursos, pero con talento, deben ser educados. Dejemos que el pobre, si nace con talento se convierta en doctor y que el rico si no lo tiene, plante papas” (7) (José Batlle y Ordoñez 1914). Y además con el objetivo de que en el interior hubiera acceso a una educación superior a la primaria, creó los liceos departamentales, y para los no tan jóvenes los liceos nocturnos en 1919.
El FA un siglo después implementó programas para que, junto a la gratuidad, la matrícula sea prácticamente universal, y descentralizó la educación terciaria a través de la Universidad Tecnológica y el impulso a la Universidad de la República, para que muchachos de pequeñas localidades del interior como del liceo de Tala (Canelones), con sus ceibalitas a cuestas, sean capaces de ganar premios de robótica en el exterior. El gobierno del PN dónde Delgado jugó un importantísimo papel, ajusto el gasto en el sistema educativo público, recortando horas clases y empobreciendo la educación para pobres. ¿Dónde estaría José Batlle y Ordoñez? Estaría defendiendo el programa frenteamplista y el 6% del PBI para la educación pública + el 1% para investigación y desarrollo, garantizado en el período 2025-2030 según lo programado por el FA.
Los Derechos de la Mujer
Durante su primera presidencia en 1906, Batlle y Ordoñez propició el descanso obligatorio por un mes (luego 45 días) para la mujer al tener hijes y en 1911 se impone al estado un apoyo económico a la madre durante ese período. Su segunda presidencia arranca con la cuota (10%) de participación de las mujeres en la administración pública, luego con la ley de divorcio por su sola voluntad (1912), en 1918 se aprobó la “ley de la silla” (descanso obligatorio en la jornada laboral). El derecho a propiedad para las mujeres fue consagrado por el segundo batllismo en los años 40.
Con estos antecedentes no es para nada difícil imaginar el apoyo de José Batlle y Ordoñez a los avances frenteamplistas en los derechos de las trabajadoras del servicio doméstico, a la ley de interrupción voluntaria del embarazo, flexibilización de acceso a beneficios jubilatorios, subsidios y licencia por paternidad, salas de lactancia, Sistema Nacional de Cuidados, derecho a la identidad de género, cotitularidad de las colonas del INC, cuotificación de los órganos lectivos, ley trans, entre otros. Apoyaría sin dudas el fortalecimiento y reconstrucción del Sistema de Cuidados tal como se plantea en las bases programáticas hoy, así como todas las políticas contra la violencia basada en género y este país frenteamplista que quiere asumir la perspectiva interseccional de género en toda su transversalidad social y de justicia.
La jornada laboral de 8 horas
En el Uruguay de 1915 la jornada laboral duraba entre 9 y 14 horas, y se pagaba por día, no por hora. Ese año se presentó el proyecto de jornada de 8 horas para los trabajadores industriales y comerciales, prohibiendo las horas extras. Políticamente era imposible entonces incluir a los trabajadores rurales, que tuvieron que esperar 90 años pues el Partido Nacional prosiguió, y continúa, fiel a su histórica representación del empresariado rural.
Decía Don Pepe Batlle en 1913 sobre los derechos del trabajador: “Debe tener tiempo … para ejercer ampliamente su misión de hombre en una democracia de verdad … ocuparse de sí mismo, de su familia, de su país, del mundo en que vive” (8).
Si aquella fue una gran obra para dignificar a los trabajadores como hombres y mujeres, como ciudadanas/os, el FA la prosiguió dignificando su remuneración y sus derechos de sindicalización y negociación colectiva, pero lo que en aquella época fue bloqueado, recién en este siglo XXI fue derribado por el empuje progresista: las 8 horas llegaron al peón rural, y con ello cruzaron las tranqueras las normas protectoras del trabajo. Con que gusto y convicción habría apoyado don Batlle y Ordóñez esta culminación de su sensibilidad política. Y con que certeza apoyaría nuevamente la posibilidad que da el Frente Amplio de mayor organización sindical, de respeto de los derechos alcanzados, de consejos de salarios tripartidos con un Estado intermediario que no necesariamente, ni por convicción, favorecerá a los que más tienen.
Las empresas públicas
Dos ejes fundamentales del pensamiento de José Batlle y Ordoñez fueron:
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por un lado, el amplio cuerpo de leyes sociales constructoras de equilibrio e igualdad de oportunidades que ya vimos,
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y por otro, una fuerte intervención estatal en lo económico con fuerte destaque de empresas públicas situadas en espacios estratégicos del desarrollo económico.
De esta manera entre 1911 y 1912 se fortaleció el estado en la actividad financiera creando o estatizando el BROU, el BSE, BHU, y más adelante UTE en la generación de energía eléctrica. En 1915 se comienza a explotar por primera vez un ferrocarril por parte del estado. En este aspecto sus ideas se prolongarán durante más de cuatro décadas, conformando tal vez el estado más fuerte del continente.
Pero, desde la convulsiva década de los 60 del siglo pasado hasta el inicio del siglo XXI, paulatinamente los partidos tradicionales y la dictadura después, fueron impulsando una visión antiestatista propulsora de la eliminación de las empresas públicas, cuyo avance fue relativo gracias a la oposición popular.
Desde 2005, con los gobiernos del FA las empresas públicas fueron recuperadas como ejes constructores de soberanía y palancas de desarrollo económico en tanto que sectores de mayor aplicación de los avances tecnológicos. Súmese el impulso y creación de más de 70 empresas subsidiarias de las grandes empresas públicas mayormente de propiedad pública. Pero sobre todo apoyaría lo que vendrá y que quedara así promulgado en el Programa, como una concepción que viene de atrás cuando se arraigó en el Uruguay a principios del siglo XX:
“Las empresas públicas son patrimonio uruguayo, forman parte de la identidad nacional. Debemos aprovechar el enraizamiento de nuestras EEPP en la población para utilizarlas como palanca fundamental del desarrollo del Uruguay. Para que las empresas públicas puedan cumplir su rol clave para el país, es necesario implementar transformaciones que las potencien en sus capacidades y acciones” (9)
Por todo esto y mucho más
Por estas y muchas razones más Don José “Pepe” Batlle hoy sería frenteamplista. Revisemos las bases de Programa del Frente Amplio que acompañan las candidaturas de Yamandú Orsi a la Presidencia y de Carolina Cosse a la Vicepresidencia y no habrá batllista con duda alguna sobre acompañar esta fórmula el próximo 24 de noviembre. Nadie que se piense batllista puede acompañar otra cosa hoy.
Notas:
(1) M.I. Vanger “José Batlle y Ordoñez, 1915-1917” Pág. 109, EBO, Montevideo
(2) Bases Programáticas FA, Título 2, punto 7
(3) Bases Programáticas FA, Título 1, punto 4
(4) Bases Programáticas FA, Título 2, punto 7
(5) M.I. Vanger “José Batlle y Ordoñez, 1915-1917” Pág. 191, EBO, Montevideo
(6) M.I. Vanger “José Batlle y Ordoñez, 1915-1917” Pág. 175, EBO, Montevideo
(7) Ídem pág. 72
(8) Ídem pág 41
(9) Bases Programáticas FA, Título 1, punto 6
(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Politica, dirigido por el Mag. Hector Tajam.
(**) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)
(***) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.