Por economiapolitica.uy
Dibujo: Adán Iglesias Toledo
El salario es una de las principales fuentes de ingresos de los hogares uruguayos, y para la inmensa mayoría, el mismo se gasta en consumo con poca o nula capacidad de ahorro, o sea en: alimentación, vivienda, salud, entre otros.
Hace algunos años, cuando veíamos el nivel de salario y la evolución de la economía uruguaya encontrábamos que ambos crecían: que cuando el Producto Interno Bruto crecía, también lo hacían los ingresos de las y los trabajadores y con él el consumo de las familias. Los gobiernos frenteamplistas además de respaldar los procesos de negociación colectiva, también utilizaron el Salario Mínimo Nacional (SMN) como herramienta de política distributiva y como se muestra en este artículo, el crecimiento sostenido del SMN hasta 2019 acompañó los aumentos del salario real, también hasta ese año.
La definición y nivel de SMN no es menor, el mismo es una herramienta que contribuye al crecimiento de los salarios medios a partir de la mejora de los salarios más bajos, reduciendo de esta manera la dispersión salarial en este tramo de ingresos.
Al 1 de enero de 2022 el SMN se ubicó en 19.364 pesos, el mismo prácticamente permanece incambiado desde 2019, donde la variación entre estos años es de apenas 0,8% luego de un crecimiento sostenido desde 2005 como se puede ver en el gráfico 1.
Gráfico 1
Tal como hemos comentado en otros artículos, queda claro que para este gobierno no es una prioridad que el salario real de trabajadores y trabajadoras crezca, porque tiene otros objetivos, esto quedó demostrado en pandemia y mantiene la coherencia en esta línea.
Como se observa en el gráfico 2, la variación del Índice de Salario Real anualizado a agosto de cada año, muestra que la caída salarial se da tanto en el sector público como privado y desde el inicio de este período de gobierno. La caída de salario real general que acumulan los 12 meses a agosto en 2022 contra el año 2019 es del -3,7%, donde la mayor pérdida se da en el sector privado con una caída del -4,4% y para el sector público del -2,4%, y aún no hay signos de revertir esta tendencia, pese a la reactivación y crecimiento de la economía uruguaya en el último año como muestran los datos del PIB.
Gráfico 2
