No muere infiel

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Por Carlos Pereira das Neves

Infiel, ese término que originariamente hacía referencia a quienes iban en contra de la corriente religiosa predominante pero que -novelas centroamericanas mediante- solemos “atar” al devenir de las relaciones amorosas, de la construcción o destrucción de una familia.

Familias, padrinos…un sistema de parentescos que, en política y en nuestro país, se encuentran a un paso del incesto.

Siempre escuchamos hablar de las familias políticas, siempre pensamos que solo se trata de “familias ideológicas”, pero también tenemos las familias de sangre. Generaciones y generaciones de políticos que, contrarios a sus discursos de “achicar el Estado”, siempre han Estado bebiendo de la mama de Papá Estado, alimentando sus intereses, sus amigos…sus familias.

“El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes” (1)

Estamos a 19 de junio, conmemoramos un nuevo aniversario del Natalicio de nuestro prócer. Mucho se ha debatido, se debate y se debatirá sobre el General José Artigas, sobre la necesidad de una figura como la de él en la construcción de un país, sobre a quiénes defendió y a quiénes se opuso.

¿General o héroe? Ninguna de las dos en su simbolismo estructurante, pero ambas -y otras muchas más- en la construcción de su carácter, de su visión política, de su vida entregada a la defensa de la Soberanía de los Pueblos.

“Protector de los Pueblos Libres” quizás sea uno de los títulos que más justicia le hace y que, a partir del mismo, podemos hoy diferenciar a quienes usan su nombre para adornar y justificar su despotismo, de quienes lo usan para la construcción de una patria soberana y libre.

“Nuestros opresores, no por su origen sino por el mero hecho de serlo, son el objeto de nuestro odio” decía Artigas, pero lo cierto es que el origen también es importante cuando se proviene de una familia históricamente vinculada a la opresión:

– Pedro Manini Ríos (1879) fue Ministro del Interior durante el gobierno de Batlle y Ordóñez, Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de José Serrato y Ministro de Economía durante la Dictadura de Terra. Padre de Carlos Manini Ríos.

– Carlos Manini Ríos (1909) fue Diputado, Sub Secretario del Interior, Senador, Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ministro de Educación y Cultura, Ministro de Finanzas y Embajador en Brasil durante la Dictadura cívico-militar de 1973. También fue Ministro del Interior durante el primer gobierno de Sanguinetti, responsable de la detención de un Diputado del Frente Amplio durante una manifestación (violando los fueros parlamentarios del detenido) pero defendido por el propio Sanguinetti, que llegó a amenazar con poner en juego el mecanismo constitucional que habilitaba la disolución de las Cámaras en caso de censura a un Ministro. Tío de Guido Manini Ríos.

– Guido Manini Ríos (1958) cursó estudios primarios y secundarios en el Liceo Francés, ingresando luego al liceo militar en 1973. Se formó en el batallón de infantería paracaidista Nº 14 y se vinculó al igual que la mayoría de quienes estudiaron allí a Logia de los Tenientes de Artigas, fundada en 1964 con posiciones anticomunistas y antimasones, y que tuvo un rol relevante en el golpe de Estado de 1973.

Ni artiguista, ni recién llegado a la política, ni luchador por la libertad, ni popular. Guido Manini Ríos pertenece a una familia de tradición colorada y riverista. Si, Rivera, el genocida, el traidor de Artigas.

Lobo suelto, cordero atado (2)

Mientras que para el Grupo de Rock Argentino conocido como “Los Redondos” (entre otra cantidad de apodos o diminutivos) ser Patricio fue una casualidad de un espectáculo y de una asociación a una receta de un libro, para nuestro historiador Carlos Real de Azúa: “Ser ‘patricio’ implica, para comenzar, una situación superior en la jerarquía social, significa pertenencia a las llamadas ‘clases altas’. También el arraigo en la sociedad: la misma noción patricia connota vinculación estrecha a un destino histórico dado.”(3)

“Clases altas”, “padre”, “Senador”, “destino histórico dado”, son palabras que seguramente también se han manejado en los almuerzos familiares de la familia Lacalle desde 1800 hasta la fecha. Y es que desde 1800 -por marcar nada más que una fecha-, cuando todavía ni siquiera nos habíamos conformado como país, nuestro pueblo viene soportando y hasta financiando los lugares de poder de esta familia:

– Juan Manuel Areta Landuaceres (1800) Coronel de la Independencia oriental, se casa con María Celestina Arrúe y López de Castilla (1798)

– Una de sus hijas, Celestina Areta (1836), se casa con el General Carlos José Blas Lacalle y Zalayeta (1829)

– Su hijo, Carlos Celestino Lacalle Areta (1871), se casa con Consuelo Núñez (sin fecha)

– Su hijo, Carlos Pedro Lacalle Núñez (1909), se casa con la hija del Dr. Luis Alberto de Herrera y medio hermana de Alberto Heber Uriarte Jackson, María Hortensia de Herrera Uriarte (1908)

– Su hijo, Luis Alberto Lacalle (1941), el “cuqui”, se casa con María Julia Pou Brito del Pino (1947)

– Su hijo, Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou (1973)

Relea este pequeño arbusto genealógico las veces que considere necesario, no va a encontrar un García, un Rodríguez, un Pereira, un Gómez, ni un Pérez. Tampoco va a encontrar un cajero de supermercado, un albañil, un oficinista, ni siquiera un empleado de un estudio.

Entre el libertinaje y la heteronorma

Por suerte, en las charlas familiares, el cuento de la cigüeña y el repollo ya no -valga la redundancia- cuenta. Por desgracia, cuando se habla de política, todavía si. La sociedad de lo nuevo se desvive por presentarte como innovaciones sus innovaciones aunque las mismas hiedan a naftalina. Entonces te rotulan de outsider a personajes que son más “insider” que todo el resto, generando una falsa contradicción entre el cambio y el status quo dentro del propio universo del status quo.

¿Qué hay detrás del personaje, del producto vendido a precio de mercado pero cuyo verdadero costo ya lo han afrontado nuestras familias pagando 3 o 5 veces las aventuras de SUS familias?

Son la pata de ese sillón, escondida en la oscuridad, adonde estrellamos continuamente nuestro dedo chico del pie. Es más que un verso, más que una metáfora, son cicatrices institucionales que llevamos en la sangre. La nuestra, pero sobre todo la de ellos.

NOTAS

(1) Palabras del General José Artigas al Cabildo de Montevideo el 1º de mayo de 1815.

(2) Primer y único álbum doble del Grupo de Rock “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”

(3) Real de Azúa, Carlos. El patriciado uruguayo. Ediciones Asir; Montevideo; 1961; Pág. 9.

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