La muerte de los nadies

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Por Ricardo Pose

 

La tragedia de la muerte de una mujer de 31 años y el estado crítico en el que están sus hijos, que de salvar sus vidas quedan desamparados, producto del incendio de una habitación en el quinto piso del Hotel Aramaya ubicado en pleno centro de Montevideo, es una cruel muestra de cómo las actuales autoridades del MIDES piensan las políticas sociales hacia los más pobres.

La desidia y poco apego, frase que inmortalizó la actual ministra de economía Azucena Arbeleche, es una buena síntesis de la gestión del Ministerio de Desarrollo.

El Ministro de esa cartera  Martín Lema ante la tragedia puso a disposición de las familias afectadas por el incendio talleres de apoyo psicológico, y necesitara un buen abordaje y calidad técnica, ya que deberán responder por qué sucedió una tragedia evitable.

El hotel Aramaya es uno de los cinco hoteles que seguían funcionando en convenio con el Mides, de los primeros ocho que la gestión Bartol había inaugurado.

Lema siempre demostró su desacuerdo con esta propuesta original, pero resulta incomprensible porque siguió adelante.

Tan incomprensible como alojar 90 familias en un hotel que no tenía habilitación de bomberos y existían denuncias de las malas condiciones de las instalaciones eléctricas.

Este desapego de la gestión se suma a las decenas de hogares de amparos donde se alojan en condiciones de hacinamiento madres solteras con hijos, o el ahorro comprobado en los insumos que desde la ONG Uruguay Adelante, se entrega a las ollas populares.

El costo de producción de una porción cuando lo gestionaban las ollas era de $71; cuando Uruguay Adelante se encargo de la entrega de los insumos, el costo de producción descendió a $16, en una lógica de ahorro financiero, que de paso rebajaba las proteínas y carbohidratos.

No creemos sin embargo que estemos ante la presencia en la toma de decisiones del MIDES de apóstoles del mal; no lo era Bartol, alumno ejemplar del Opus Dei, ni Martín Lema, seguro candidato a disputar la elección interna del partido nacional.

Si al árbol se lo conoce por sus frutos, su gestión se conoce por la filosofía que impera a la hora de tomar definiciones.

Cerca de 590 personas fueron albergadas en 8 hoteles; claramente no estaban en los planes del gobierno que esas 590 personas formaran parte de las 50 mil soluciones habitacionales que con bombo y platillos la Ministra de vivienda Irene Moreira prometiera en la campaña electoral.

Una filosofía capaz de sostener que antes de seguir en la calle, mejor ubicarlos en un hotel casi en ruinas pero, en pleno centro de Montevideo, allí cerca de todo lo que no pueden consumir.

Es que para los indigentes, los excluidos, los nadies, poco puede ser mucho, al menos para satisfacer mínimamente una demanda, antes que se transforme en movilización.

La muerte de la madre y el estado crítico de sus hijos provocan directamente a la responsabilidad no asumida por el Estado en su obligación de amparo.

El primer camino recorrido por el Ministro Lema fue eludir la responsabilidad o en todo caso compartirla, con los dueños del hotel por no haber terminado la habilitación de bomberos.

Hábil político, la responsabilidad de que el Mides hiciera convenio con un hotel en esas condiciones, es del ex ministro Pablo Bartol.

Los familiares de la fallecida tienen los elementos para iniciar un juicio al Estado, pero ya han salido voces militantes a cuestionar a la familia de porque no vivían con la persona fallecida.

Aunque se irrite no se sorprenda; son las mismas voces que cuestionaban el uso de la tarjeta Uruguay Solidario, porque se la iban a gastar en comprar vino.

Y en la línea del medio de una actitud de empatía con los más jodidos y el rechazo aporofóbico de una parte de la sociedad, navegan las políticas sociales de las autoridades del MIDES.

Si se analiza el panorama más general, el trazado de las grandes líneas estratégicas del herrerismo como conductor político de la coalición de gobierno, los nadies no tienen nada bueno que esperar.

El enriquecimiento de los “malla oro” no producirá un derrame que llegue a los roídos bolsillos de los indigentes, entre otras cosas porque los más pobres son niño/as, y como tales no están en la lista de la población económicamente activa.

Ese derrame tampoco llegará como quedó demostrado en el proyecto de rendición de cuentas, por el lado de aumentar los presupuestos en la educación, la salud y la vivienda.

Acaso, habrá un énfasis de Lema de cara a las internas nacionalistas del 2024 donde las imágenes de las “selfies con los pobres”, sea su relato para disputar la candidatura presidencial a Álvaro Delgado.

La muerte en éste caso fue inoportuna y no pudo pasar desapercibida como las tantas que se producen en viviendas precarias ubicadas en los tantos asentamientos que el gobierno prometió regularizar.

La parca llegó en mala hora, en pleno corazón de Montevideo, con la espectacularidad de un incendio y en plena tarde.

La muerte de los nadies llegó para abofetearnos de la siesta,  despejarnos del insomnio, del letargo cívico y el manual de buenas costumbres.

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