Alejo Pérez
El pasado sábado 30 de octubre se sucedieron las elecciones en la ANEP. Elecciones que, en un principio, se presentaban como ajenas para la gran mayoría de los colectivos docentes, agremiados y no agremiados. No así para el gobierno que, desde la asunción de Lacalle, ha entendido el ámbito de la educación como un escenario para la demostración de poder,en donde poder ejemplificar la voluntad de avanzar con lo planificado sin importar los costos.
La arremetida baguala
Primero que nada, el gobierno la veía como un lugar donde meter el bisturí a fondo y por eso muchos artículos vinculados a cambios, tanto en estructura como en normativa, fueron incluidos en la LUC. Por ejemplo, una reglamentación que habilita a que las autoridades realicen un nuevo estatuto docente, esto llevaría a que dentro de las instituciones educativas los docentes sean medidos con distintas varas: un retroceso de varias décadas en derechos laborales.
Segundo, porque el Presidente del CODICEN se había transformado en este último año y medio, en una especie de ejemplo de gestor en educación. Nunca un Presidente del CODICEN tuvo tanta exposición como la que ha tenido Robert Silva en este tiempo. Numerosas apariciones públicas en las que se lo ha visto, con tono calmado casi cínicamente, apuntando la artillería hacia los gremios de la educación. Si bien se ha centrado en FENAPES, también han atacado a AFUTU y a la FUM. Estos ataques, que muchas veces parecen coordinados, no han provenido únicamente de Silva, los distintos Directores Generales de los diferentes subsistemas de la educación han actuado en consecuencia a la interna de sus organismos. Como ejemplo de esto podemos mencionar el Congreso de AFUTU, que se tuvo que realizar con la cobertura de un Paro de 48 horas del sindicato, porque desde el CODICEN y desde la DGETP se negó la autorización a justificar las inasistencias con la participación en dicho evento. Pero también Senadores, Diputados, Ministros, el Secretario de Presidencia y toda una serie de cargos políticos oficialistas se han sumado a la deslegitimación concreta de las y los trabajadores, a la vez que intentan apropiarse de mejoras en distintas estadísticas, mejoras que se venían construyendo y dando desde hace ya algún tiempo.
A la interna de las distintas Direcciones Generales (Primaria, Secundaria y UTU) se ha dejado totalmente de lado los ámbitos bipartitos, el gobierno los utilizó únicamente en el inicio de la pandemia y después los sepultó. Esto no ha hecho otra cosa que aumentar la sensación de imposición de las autoridades sobre el cuerpo docente. El último ejemplo de esto, es el intento de Secundaria de hacer la elección de horas en formato virtual. Este hecho ha activado las respuestas, no sólo de FENAPES sino también de colectivos liceales del interior del país, que han redactado cartas y juntado firmas contra esta inconsulta iniciativa. Por más que desde la ANEPse ha realizado videos publicitando las “ventajas” de la elección virtual, mostrando todo lo que invierte la educación en su “imagen” publicitaria, a los docentes no se les garantizauna elección de horas virtual transparente.
La militancia vs el aparato
Para las elecciones, el gobierno movilizó –en las ciudades más importantes– a decenas de jóvenes universitarios, militantes de grupos que se encuentran por fuera de la FEUU, que se colocaron fuera de los circuitos de votación con gasebos, música y repartieron las listas del lema oficialista. Demostrando que al oficialismo le faltaron referentes en los colectivos docentes, sus listas estaban llenas de inspectores y cargos jerárquicos de la educación.
Por su parte la CSEU contó con la ventaja de su organización en el territorio, que le permitió llegar directamente –y naturalmente– a todas y todos los docentes distribuidos en los rincones más lejanos del país. Esta fuerza, que hace a la presencia de las y los trabajadores en el territorio los 365 días del año, fue subestimada por el oficialismo, que confundió referentes con cargos jerárquicos y publicidad con cercanía.
El respaldo de los colectivos docentes a las listas sindicales fue abrumador, también en la integración de las Asambleas Técnico Docentes. Si bien estas listas no tenían logo de la CSEU o del PIT-CNT, a través de las mismas resultaron electos delegados muchos referentes sindicales departamentales.
Patria adentro
Otro elemento llamativo de esta elección, son los resultados en el interior del país, donde generalmente la tradición sindical es más débil y los niveles de sindicalización disminuyen.
– En Florida las listas de la CSEU obtuvieron 586 votos contra 146 de las listas oficialistas, lo que nos arroja un resultado de 4 a 1.
En el caso de Florida, se dio la particularidad de que la pandemia motivó una coordinación entre los Sindicatos de la Educación, a través de la conformación de la CSEU: ADEMU, ADES, AFUTU y la Intergremial de Formación Docente. A esta coordinación se sumaron luego estudiantes del CERP, del IFD y de Secundaria. Un hecho por demásllamativo para el departamento, ya que no existen registrosanteriores de funcionamiento de esta coordinadora.
Y después, ¿qué?
Esta nueva derrota de las fuerzas del oficialismo, que se suma a la juntada de firmas por el Referéndum contra 135 artículos de la LUC, demuestra que existe una oposición en el llano presentando batalla y resistencia al Gobierno de Lacalle.
El gobierno no se va a quedar lamiendo las heridas y seguirá con su terquedad, cumpliendo con sus intereses de clase y con el mandato de golpear a la Educación Pública para favorecer a la Educación Privada.
Los Colectivos Docentes, los Sindicatos de la Educación seguiremos organizándonos y reorganizándonos en defensa de nuestros derechos y de una educación de calidad, popular. Sabiendo que la partida también se juega -concretamente- en las próximas elecciones del BPS, en el Referéndum por el SI, en toda la fuerza que podamos conseguir para que la crisis y las aventuras gubernamentales no las paguen los asalariados, ni -por ende- los jubilados, ni los comerciantes que se quedaron afuera del reparto de las mallas de oro. Pero, por sobre todo, para defender la Educación Pública y todo lo público, que es lo único que garantiza nuestra soberanía y nuestra REPÚBLICA.
