Gramsci y Mussolini, o la necesidad de bastardear siempre a la izquierda

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@mateamargouy

Colectivo Histórico Las Chirusas

Hay momentos de nuestra política actual, papeles interpretados por determinados actores políticos del actual oficialismo, que serían graciosos si no tuvieran serias implicancias en el deterioro institucional de nuestro país y en la calidad de vida de sus habitantes, sobretodo de quienes vivimos de nuestro salario o tenemos que yugarla para arrimar una moneda a nuestra economía familiar.

Cual vedettismo argentino, tenemos representantes nacionales que siempre están dando la nota con ocurrencias provocativas que atraigan la atención, para beneficio propio y a la vez para beneficio de una coalición de gobierno que aprovecha el stand up legislativo para cocinar las principales propuestas regresivas y entreguistas, de un gobierno a la vez conservador y cipayo modelo sXXI.

También afuera del recinto legislativo hemos visto un histrionismo, inaceptable en cualquier nación seria, que ha puesto y pone vidas en riesgo cuando politiza -de manera ridícula- las acciones de la comunidad científica en su búsqueda de respuestas para evitar más muertes por la actual pandemia del coronavirus. Gritos en el Senado, acelgas en campañas departamentales, fundar sindicatos con 10 años…afirmaciones sobre acontecimientos históricos que no se condicen con la realidad y que, como lo mencionamos en el título y en los primeros párrafos, buscan cambiar el foco de atención y -de paso- desacreditar a la izquierda.

Notti Magiche (1)

La semana pasada, la Cámara de Representantes trató la Rendición de Cuentas del primer año del gobierno. Y fue en una de esas largas jornadas, que escuchamos a un legislador querer vincular a Hittler y a Mussolini con el socialismo (como si no hubiera existido un Stalin para semejantes interesadas vinculaciones), y asegurar que Gramsci y Mussolini fueron compañeros de clase. Por suerte el tema Cuba ya hace rato dejó de estar en el tapete, sino seguramente a dicha afirmación se le hubiera sumado que la Universidad que los cobijó estaba en La Habana.

Vayamos a la historia. Benito Amilcare Andrea Mussolini nació en Dovia, el 29 de julio de 1883, mientras que Antonio Gramsci lo hizo en Ales, el 22 de enero de 1891 (2). 7 años, 5 meses y 24 días más tarde, siendo éste el primer inconveniente para la teoría inicial.

Musolini empezó sus estudios a los 9 años, en octubre de 1892, y para 1901 ya se había recibido de maestro. (3) Gramsci empezó a estudiar en 1898, pero “tuvo que abandonar sus tareas escolares al final de su educación primaria para encontrar un trabajo y contribuir a los ingresos de la familia.” (4) La liberación de su padre en 1904 le permitió volver a sus estudios en la escuela secundaria de Santu Lussurgiu y, superando sus exámenes, fue en 1908 a la escuela secundaria Dettori. Por lo tanto en este período tampoco es posible que coincidieran como compañeros, sobretodo si le agregamos que Mussolini realizó sus estudios en la región conocida como Emilia-Romaña (ubicada en la Italia nororiental), mientras que Gramsci hizo lo propio en Cerdeña (Italia insular).

Gramsci en Italia continental

Recién en 1911 y gracias a una beca, Antonio Gramsci fue al continente, a la ciudad de Turín más precisamente. Se anotó en la Facultad de Letras, en la sección de Filología moderna. (5)

Mussolini, por su parte, estuvo en Suiza y Austria desde 1902 a 1908, y para el 14 de octubre de 1911 es arrestado. En marzo de 1912 es liberado, es nombrado editor del semanario “La Lotta di Classe» y posteriormente director del diario “Avanti!” en Milán. (6) Por lo tanto, y de acuerdo a las fuentes nombradas, es imposible que coincidieran en alguna clase en 1912, durante el primer año de Universidad de Gramsci.

En el mes de marzo de 1913, Antonio Gramsci, seguía el segundo curso de Letras. La vida en Italia mostraban las consecuencias de la expedición a Libia. El malestar se propagaba rápidamente y el 19 de marzo, en Turín, 6.500 obreros de la industria automovilística dejaron de acudir a la fábrica. La huelga terminó victoriosamente el 23 de junio, después de noventa y seis días de lucha. Mussolini estuvo en Milán, en la Dirección de “Avanti!”, durante todo 1913, y -según un listado de actividades de discurso y el registros de su cartas- no lo ubican fuera de la ciudad. (7) Así que 1913 tampoco.

Para el año 1914 Mussolini seguía en Milán. Participó de la Huelga General y la «semana roja» (9-11 de junio de 1914) a raíz de la masacre de Ancona. Con la crisis de la Guerra, renuncia a la dirección de “Avanti!” y el 15 de noviembre estrena su diario “Il Popolo D’italia”, en el que continua hasta ser llamado al Ejército en agosto de 1915. En 1917 Mussolini es desmovilizado por convalecencia, así que desde 1914 hasta 1917 tampoco pudo haber coincidido con Gramsci.

Desde 1915 a 1918 Antonio Gramsci se dedicó al periodismo en “Il Grido del popolo” y en la sección turinesa de “Avanti!”; participó de los levantamientos en Turín, en 1917; en diciembre de 1918 trabaja exclusivamente en “Avanti!” (que en ese momento pasaba a publicarse en Turín); a partir del 1 de mayo de 1919 es nombrado secretario de redacción de “L’Ordine nuovo” y en 1921 su director.

Fascismo y cárcel

Como representante del Partido Comunista Italiano, Gramsci se dirige a Moscú (en mayo de 1922) para integrar el Ejecutivo de la Internacional. En 1923 son encarcelados los dirigentes del Partido Comunista y en noviembre de ese año Gramsci se traslada a Viena para seguir más de cerca la difícil situación del partido, la Internacional entendía que era el líder del partido italiano.

El 12 de mayo de 1924 deja Viena, pues es elegido diputado y tiene inmunidad parlamentaria, se instala en Roma y viaja por toda Italia. El 16 de mayo de 1925, se encuentra por primera vez con Mussolini, los dos líderes se enfrentaban en la sala de Montecitorio.

Antonio Gramsci es detenido el 8 de noviembre de 1926, desde ese momento -y hasta su muerte- solo conocerá cárcel y enfermedad.

¿Qué pretende usted de mí? (8)

Ni admiración por la Coca, ni capricho. Esta simple pregunta es una muestra de la facilidad con la que nos cambian la historia y lo damos por natural, ya que la misma es atribuida por cualquier hijo de vecino a la escena del camión en la película “Carne”, cuando en realidad se trata de una escena en la película “Y el demonio creó a los hombres” grabada 8 años antes.

Volviendo a la afirmación inicial, de que Gramsci y Mussolini compartieron clase, solo nos queda concluir lo ya demostrado: no existe material historiográfico que avale semejante afirmación.

La mentira ya corre por las bocas de los fieles del “ni izquierda ni derecha”, que son a los que más les gusta repetir disparates pretendiendo poner en jaque al pensamiento de izquierda, porque de eso se tratan los anecdotarios. ¿Podría tratarse de equívocos surgidos al calor de la discusión y los focos de las cámaras, más el agregado de las largas horas de discusión? Y…capaz que si, capaz que uno si, pero ya cuando es uno, y otro, de acá, de allá, del pleno, de la mesa, del Senado, de Diputados, de adentro, de afuera, en el medio de un manejo de la pandemia que lleva más de 6.000 muertos, en el medio de la entrega del puerto por 60 años, en el medio de una Rendición de Cuentas de un gobierno que ahorró U$S600.000.000 y nos obligó a comer en ollas, a 100.000 nuevos pobres…y…no queda otra que desconfiar.

Esperamos, de todas formas, una respuesta académica.


NOTAS

  1. Canción del Mundial de fútbol: Italia 1990

  2. Giuseppe Fiori. La vida de Antonio Gramsci. Ediciones Península. 2da Edición. Barcelona, 1976. Pág. 9

  3. Richard Bosworth. Mussolini. Arnold. London, 2002. Pág. 52

  4. George Hoare and Nathan Sperber. An Introduction to Antonio Gramsci. His Life, Thought and Legacy. Bloomsbury Publishing Plc. London, 2015. Pág 10

  5. Giuseppe Fiori. Op. Cit. Pág. 82

  6. Benito Mussolini. Opera omnia IV. Dal primo complotto contro Mussolini alla sua nomina a Direttore dell’ «Avanti!» (7 maggio 1911-30 novembre 1912). La Fenice. Firenze, 1952. Pág. 112

  7. Benito Mussolini. Opera omnia V. Dalla Direzione dell’«Avanti!» alla vigilia della fondazione di «Utopia» (1 dicembre 1912-21 novembre 1913). La Fenice. Firenze, 1953. Pág. 362

  8. Frase de la actriz argentina Isabel Sarli en la película “Y el demonio creó a los hombres” (Armando Bó – 1960)

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