Estudiantes ayer, Estudiantes hoy

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@mateamargouy

Colectivo Estudiantil

Se fue otro 14 de agosto que encontró a miles de estudiantes y trabajadorxs en las calles
recordando a nuestrxs mártires estudiantiles y luchando por una educación pública digna.
Como todos los años, la explanada de la Universidad de la República se inundó de
estudiantes que siguen sosteniendo viejas banderas con reclamos aún vigentes, y también
con las nuevas banderas que van apareciendo. Banderas que también tienen que ver con
un movimiento estudiantil desarrollado en todo el país y por eso no sólo el centro
montevideano se llenó de estudiantes sino también las plazas y calles de pueblos y
ciudades de todo el país.
Con la música que salía de la Peña estudiantil del callejón Emilio Frugoni, cientos se fueron
agrupando a pesar de la lluvia, mientras también se acercaban con donaciones de
alimentos, ropa y juguetes, porque el movimiento estudiantil también es eso, solidaridad.
También en Atlántida se inauguraba un memorial en homenaje a Julio Pagardoy y Ariel
Arcos, estudiantes del liceo 1 de dicha localidad y militantes del Movimiento de Liberación
Nacional-Tupamaros.

Bajo la consigna “Sigamos defendiendo la educación pública, luchemos por el futuro” las
estudiantes de Magisterio, IPA, Educación Social, UTU, Secundaria y FEUU; leyeron sus
proclamas. Todas se concentraron en denunciar los recortes masivos que viene sufriendo la
educación y la necesidad de invertir en ciencia, lo cual se traduce en soberanía nacional.
También se dejó en claro la perspectiva transformadora que tenemos acerca de la
educación, los intentos de hacer de ella algo lucrativo y al servicio del capital son cada vez
más notorios con las reformas educativas que se vienen llevando adelante. Por otro lado, se
manifestó el rechazo a la persecución gremial y sindical de estos últimos meses, donde se
han alejado a distintxs docentes de sus cargos y se han vulnerado los derechos de lxs
estudiantes de manifestarse.

Como militantes cada 14 de agosto nos hace parar y pensar. Las dinámicas cotidianas nos
llevan a concentrarnos en lo inmediato y perder de vista el horizonte. Lo cierto es que
luchamos por una educación para todes y no podemos conformarnos con medias tintas, es
fundamental repensar el movimiento estudiantil y hacer de él una herramienta de lucha para
todes, fundamentalmente para les más desprotegides.

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