Mate Amargo, continuando el homenaje al Che y los compañeros caídos en Pando: Salerno, Zabalza y Cultelli en el acto del 11 de octubre pasado. Extracto del discurso de la compañera Sol Maneiro
Buenas noches, compañeras y compañeros.
En este cruce de Tristán Narvaja y Paysandú, honramos a Ernesto “Che” Guevara Y honramos a nuestros compañeros
caídos en la Toma de Pando: Alfredo Cultelli, Jorge Salerno, Ricardo Zabalza.
No venimos solo a cumplir con una fecha, venimos a mantener encendida la llama. Porque lo que ellos defendieron: soberanía, justicia social, solidaridad y lucha…
sigue más vigente que nunca.
Las luchas de ayer y de hoy convergen en una idea simple y poderosa: que el pueblo uruguayo no sea rehén, ni de intereses extranjeros ni de élites que solo buscan extraer nuestra riqueza. Por eso necesitamos memoria para organizarnos, porque: organizarnos es resistir.

Necesitamos memoria para combatir al enemigo real y su engranaje financiero y mediático, articulado con nuevas derechas y extremas derechas que privatizan lo común: nos endeudan, nos precarizan y nos disciplinan con miedo.
Porque cuando el imperio y sus socios gritan “orden”,
nos quieren quietos; cuando nosotros decimos “organización”, elegimos futuro.
A veces nos preguntan: ¿para qué recordar? Recordamos para nombrar lo que duele y evitar que se repita;
Recordando sostenemos las banderas por las que nuestros compañeros dejaron su vida. Y esa memoria nos enseña que la solidaridad no tiene fronteras. Cuando miramos el genocidio en Gaza, entendemos que la vida, dignidad y soberanía de los pueblos vale más que cualquier cálculo geopolítico.
Recordar al Che, hoy es traer su coherencia y su austeridad;
Es una política que mira a la gente a los ojos. Gobernar desde esa austeridad no es un gesto, es una convicción y requiere un método: estudio, planificación y capacidad técnica al servicio de nuestro pueblo.
Y todo eso se resume en una sola frase: ¡ORGANIZARNOS ES RESISTIR!
Hablemos claro de lo que enfrentamos. Hay quienes nacen con escalera mecánica y quienes deben subir a pie, con piedras que caen desde arriba. No es mala suerte: son las reglas de un juego inclinado siempre hacia el mismo lado.
Eso es lo que no podemos permitir. ¡Organizarnos es resistir!
Tenemos una pobreza infantil que nos desgarra y no se arregla con una transferencia y una palmada en la espalda: es estructural. Es la suma de salarios que no alcanzan, alquileres que devoran, cuidados cargados sobre las mujeres, comida cara y ómnibus que no llegan.
La pobreza infantil no es culpa de las familias: es el resultado de decisiones políticas que abandonan a nuestros gurises.
Por eso nuestra lucha está en que ningún gurí puede ser rehén del hambre ni del frío, ningún gurí fuera de la escuela. Y lo mismo con la violencia. Seguridad no es solo un patrullero en la esquina: es prevención, educación, deporte, cultura y un Estado que persiga al narco y al lavado de capitales, no al pibe de la gorra. La verdadera seguridad se llama dignidad cotidiana. Seguridad es futuro en el barrio, no miedo en la esquina.
Cuando la derecha grita “¡crisis!”, busca que seamos rehenes del miedo. Nosotros no negamos los problemas:
los ordenamos con un horizonte claro. Ya sabemos a dónde conduce su modelo de ajuste y “sálvese quien pueda”, a más exclusión y más miedo.
Pero lo más importante no es lo que decimos aquí arriba,
sino cómo nos organizamos desde abajo. En la comisión del barrio, la olla popular, la cooperativa de vivienda, en el asentamiento, el sindicato, la comisión fomento y el club de fútbol. Nuestro trabajo en el Parlamento es ser el megáfono
de esas voces para convertirlas en cambios concretos.
Con el diálogo social integramos mesas de trabajo, frente a frente con sindicatos, cooperativas, pequeñas empresas, la academia y organizaciones barriales, organizaciones de personas en situación de discapacidad, jubilados y pensionistas, para acordar cambios en protección social
con tareas, plazos y seguimiento público. Porque nuestro futuro está en juego. Planificar con la gente no es lentitud: es profundidad. Y la profundidad es soberanía.
Y no estamos solos, somos muchos tupamaros y tupamaras insertos en diferentes organizaciones sosteniendo nuestras banderas. Grandes compañeros de esta casa nos enseñaron,
a los más jóvenes, que Patria Grande no es un eslogan, es una necesidad y es defender mejor nuestra soberanía.
¡Solos, somos frágiles. Juntos, somos invencibles!
Nos van a decir que “la memoria divide”. Respondemos: la memoria nos une en un propósito. Nos van a decir que “la organización estorba”. Respondemos: la organización es lo único que cuida y protege a nuestra gente.
Ni el miedo ni el cinismo van a escribir nuestro futuro.
Compañeras y compañeros, la ofensiva de la derecha es global y no descansa. Nuestra respuesta y nuestra única garantía de victoria es una sola palabra que repetiré tres veces: ¡ORGANIZACIÓN, ORGANIZACIÓN y ORGANIZACIÓN!
Organización en el barrio, en el trabajo, en la escuela.
Organización para defender los derechos que tenemos
y conquistar los que nos faltan. Porque, al final del día, luchamos por algo muy simple que el Pepe definió como nadie: “La libertad también es tener tiempo para vivir.”
Y esa libertad se siente cuando la mesa está llena y baja la angustia; cuando la mochila está completa y se abren las puertas de la escuela; cuando podemos ir al cine y al teatro, cuando tocar un instrumento musical no sea un privilegio; cuando podemos salir sin miedo a una bala perdida; cuando la luz está encendida y la casa vuelve a ser un hogar.

¡ORGANIZARNOS ES RESISTIR!
Hoy, al recordar al Che y a nuestros compañeros caídos en Pando, renovamos un compromiso: seguir la pelea con la llama de la memoria más fuerte que nunca.
Para terminar, no me puedo despedir sin mencionar a Pepe, es el primer acto sin su presencia física y hoy para recordarlo, me voy con esta frase: “Pertenezco a una generación que quiso cambiar el mundo; fui aplastado, derrotado, pulverizado, pero sigo soñando que vale la pena luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un mayor sentido de la igualdad.”
¡Por la memoria que nos organiza!
¡Por la resistencia que nos hace dignos!
¡Y por el pueblo unido que jamás será vencido!
¡Habrá patria para todos y todas!