Salario, empleo y productividad. La necesidad de un cambio

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Por Economiapolítica (*)

Cuando se trata de producción, empleo y salario, los intereses que están detrás son diferentes según el sector o categoría que refiera. Este artículo se pretende mostrar algunos indicadores asociados al nivel de producción y de la fuerza de trabajo en Uruguay.

Por un lado, si se mide el valor de la producción total de la economía por unidad de trabajo, es decir, la relación entre Producto Interno Bruto (PIB) y la cantidad de personas ocupadas, se obtiene una medida de productividad laboral. En Uruguay, esta medida no es tan utilizada para la negociación de salarios o incluso condiciones de trabajo. Aunque recientemente, el actual ministro de trabajo hizo referencia frente a organismos internacionales al respecto, en especial al referirse sobre la extensión de la jornada laboral. (1)

El primer gráfico (izquierda), muestra la evolución de la productividad laboral definida anteriormente, junto al Índice de Salario Real (ISR). Los datos fueron anualizados al primer trimestre de cada año, entre 2012 y 2023 (último disponible). En el mismo se observa que, hasta mediados de 2017 la evolución del ISR fue superior a la de la productividad, pero desde entonces, hasta el último dato disponible la situación fue diferente (primer trimestre del 2023). En primer término, la evolución de la productividad es siempre superior a la del ISR, y, en segundo, mientras este indicador de productividad sufre los efectos de la crisis del covid, y se recupera pronto, no sucede lo mismo con el salario real.

De hecho, la variación entre 2019 y 2023 del ISR es de -2,14% y la productividad 4,9%. Si bien el ISR recoge el promedio de salarios de las trabajadoras y trabajadores públicos y privados, como se mostró en el artículo anterior, aún los salarios reales privados no han recuperado los niveles previos a la pandemia, mientras que los públicos tienen un leve incremento.

Por otro lado, al definir la productividad en términos de cantidad de personas ocupadas, integramos a este artículo, la situación general del mercado de trabajo de las personas ocupadas y desocupadas según sexo. Además de las diferencias según regiones y departamentos, tal como se discutió en este portal hace algunas semanas, el segundo gráfico (derecha) muestra que, el desempleo para mujeres sigue siendo crítico, y, la tasa de empleo en las mujeres es menor.

El PIB es un reflejo del nuevo valor creado, en un año o en un trimestre, por el trabajo aplicado en los sectores de la economía que puede ser potenciado con la ciencia y la tecnología. Ese Valor Agregado es el valor de la productividad del trabajo, pero a la hora del reparto el salario es cada vez menos contemplado. Desde 2021, esta distribución regresiva se da a tal punto, que por primera vez el salario decrece, mientras el resultado del esfuerzo productivo aumenta.

Corregir esa discordancia, es una tarea más para el posible e imprescindible regreso del Frente Amplio al gobierno.

(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Política, dirigido por el Mag. Hector Tajam

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