Falleció Rafael Mendive, un imprescindible. (aunque él diga que no lo era)

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Por Colectivo Mate Amargo (*)

Militó desde muy joven en la Juventud Estudiantil Católica (JEC), recorrió América Latina con esa organización. Inspiró con su prédica humanista y revolucionaria a muchos jóvenes que después fueron militantes destacados en varios países latinoamericanos.

Activista estudiantil se integró muy joven al Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) participando junto a otros en el mismo grupo que Ibero Gutiérrez.

Requerida su captura por las fuerzas represivas se preparó militarmente en el exterior para enfrentar la dictadura uruguaya. Rafael Mendive tenía juanetes y problemas de columna, los cuales venció para ser uno de los combatientes más preparados.

La transitoria disolución del MLN a mediados de 1975 lo encontró en Cuba, donde decidió quedarse hasta que aparecieran oportunidades reales de luchar contra la dictadura en Uruguay o por la libertad de otros pueblos latinoamericanos.

En Cuba trabajó como un obrero más, después de algunos años voluntarios en la construcción, se hizo obrero metalúrgico y mecánico tornero.

Era profundamente internacionalista, se enroló para combatir a la dictadura somocista en Nicaragua en 1979 y dedicó varios años de su vida a cumplir misiones solidarias con la que fue, en aquel tiempo , una incipiente revolución. Rafael Mendive era rubio y de Pocitos, uno de los barrios privilegiados de Montevideo. Abrazando la causa de los trabajadores, pobres y marginados también tuvo que luchar contra ese estigma y lo venció.

Volvió a Uruguay cuando ya no fue necesaria su participación internacionalista, años después del restablecimiento de la democracia y ya no pudo ni siquiera hacer reconocer sus años de trabajo en el exterior.

Se integró en las bases de su organización y del Frente Amplio.

Analista político, crítico agudo, escribió innumerables artículos y editoriales para semanarios u otros medios de prensa, que nunca firmó o publicó con pseudónimos.

Vivió modestamente en una cooperativa de viviendas, a pesar de ocupar altos cargos en la Intendencia de Montevideo durante dos periodos de gobierno.

Era incorruptible y fue el principal impulsor del proyecto del Antel Arena.

Rechazó utilizar autos oficiales, prebendas o privilegios de cualquier tipo, fue a trabajar siempre en ómnibus o transporte público.

Después fue uno de los directores del Ministerio de Industria y Energía. En la puerta de su oficina solo había un cartel: pase sin llamar.

Terminando el período de gobierno anterior, renunció al privilegio de cobrar un año de sueldo por ser personal de confianza y se jubiló por edad avanzada. Militantes frenteamplistas de todas las horas, no dejó de ser analítico y crítico siempre.

Un par de días antes de su muerte, analizando las perspectivas políticas escribió:

» Sin una guerra cultural exitosa es dudosa la victoria política y aún puede ser inútil porque nada se logrará cambiar de raíz. Y si no se llega a la raíz…los procesos se pudren.

Nuestros dirigentes, su estilo de vida, su cercanía al pueblo y el de la mayoría de quienes el pueblo identifica como representantes del FA, en el Parlamento, en el barrio, en donde sea, con su práctica cotidiana deberían reflejar los valores en los que nos basamos para nuestra práctica política. El pueblo creerá en lo que nos vea hacer y no en lo que nos escuche decir. Nuestro compromiso no es necesariamente que el pueblo uruguayo vivirá con más bienes, con mejores autos y con más frecuentes viajes si gana el FA. Ello dependerá del precio cambiante de las materias primas, de si logramos o no introducir valor en nuestra producción, de si Universidad y mipymes logran mejoras importantes en nuevos productos, en productividad …nada de eso es seguro, se luchará intensamente para lograrlo, pero hay mucho fuera de control por nuestra significación en el mundo. Nuestro real compromiso es que sea cual sea el crecimiento o no del PBI nuestra voluntad será irrenunciable por construir una sociedad cada vez más justa, más solidaria y más instruida. Algunos aspiramos a más adelante tomar el cielo por asalto y erradicar la explotación del hombre por el hombre.»

Compañero de sus compañeros, padre ocupado por sus hijos, murió lúcido y sereno, tranquilo de haber vivido una vida con convicción, honestidad, entrega, humildad y compromiso.

Ese era Rafael Mendive, el Yogui.

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.

 

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