Bitácora de barriada

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@mateamargouy

R.DL

El día soleado, la primavera de a poco se aproxima y con ella su condición de inexorable calidez. A lo lejos se divisaban las banderas, el coche parlante anunciando los ya conocidos jingles, también estaban, las y los compañeros, imprescindibles para caminar la vida.
Las barriadas poseen una mística histórica, pasan los años, cambian las candidaturas y ellas siempre están, con el tiempo y los avances tecnológicos también han ido mutando, ahora tenemos Google Maps y armar los mapas para barrer los territorios es un poco más preciso, más allá de eso, el conocimiento territorial que poseen las y los compañeros es imprescindible, sin este no haríamos barriadas, con suerte, meteríamos listas por debajo de la puerta. Armar equipos, de dos a tres personas, fue la consigna, es cierto que jamás caminamos ni caminaremos solos. Otra compañera, a cargo del pienso territorial, nos entregaba y explicaba el mapa a barrer, “no son más de 6 manzanas, se van a encontrar con muchos vecinos frenteamplistas, es fundamental aclarar que van dos listas, en una se vota el departamento y en la otra el municipio, ambas son importantes, también van a coincidir con algunos convencidos no frenteamplistas, con respeto y buenos modales sigan el paso, no se atoren en discusiones interminables”.
Las barriadas son un cara a cara vital, un encuentro bidireccional, por un lado y si así lo quiere,el vecino se queda con su lista , hace preguntas y resuelve dudas de un sistema político que tiene conceptos aún difusos para sus votantes, por otro lado, nosotros, las y los militantes, acudimos a un encuentro real, escuchando distintas opiniones y percepciones, aprendiendo y escuchando, sobre todo escuchando, ningún proyecto político y social de izquierda que pretenda transformaciones culturales, debería alejar sus oídos de los sentires con que camina la mayoría. Como punto inicial, si lo que se pretende es una construcción colectiva, este paso es fundamental.
Barrimos las manzanas, acudimos al encuentro con diferentes vecinos y vecinas que se encontraban a las afueras de sus casas o dentro de las mismas. Distintas opiniones, pocos antifa, la compañera tenía razón, nos encontramos con muchos votantes frenteamplistas, fue oportuno charlar, no solo por el voto departamental sino también re afirmar la importancia del voto. Cómo fuimos advertidos nos topamos con algunos de no frenteamplistas, tras un; “disculpas por la molestia” seguimos nuestro paso, la mañana apremia y la barriada se disfruta tanto que no hay tiempo para malos mambos, somos militantes de la esperanza no de la tragedia.
Para finalizar volvimos al punto de encuentro, el abrazo cómplice y las miradas cálidas, satisfechas por el trabajo compañero que siempre alimenta el camino, es probable que exista cansancio físico por las cuadras pateadas. Por otro lado, el final es un nuevo comienzo, porque sabemos que esta barriada se va y en el adiós ya llegan otras, las mismas que una vez más y con la alegría que tanto nos caracteriza, saldremos a encontrar.

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