A quien creerle, el dilema de los conversos.
Sotelo en Caleidoscopio con Obaldia y Juceca.
Sotelo periodista independiente que trabaja en Carve y el País.
Sotelo candidato a Senador por el Partido Independiente.
Sotelo sin trabajo.
Sotelo candidato a suplente de intendente por el partido oficialista y que dice que no asume en la dirección de servicio de comunicación audio visual nacional (SECAN).
Sotelo candidato que luego de decir que no asume en SECAN, asume igual y no renuncia a ser candidato.
El Sotelo candidato a suplente de intendente, presidente en SECAN y que contrata a dedo como coordinador periodístico a un integrante del PN, y que censura una nota del presidente de la APU luego de un tuit del director del diario El País (que de vez en tanto lo tenía en cuenta). Y cual copie y pegue inventa una supuesta guía de procedimientos para tapar la censura. Rápidamente alega principios de independencia, pluralismo y no discriminación, que son los principios que citan todos los censuradores, ya que todos los hacen en honor a la libertad.
El cuento libertario encontró pocos adeptos, sobre todo en el ámbito de la libertad de prensa, de los periodistas y de quienes conocen como funcionan algunas de las agencias estatales del mundo. Para seguir nuevos ejemplos de medios públicos como dice pretender, primero que nada habría que haber sido honesto en el año electoral y plantear un matiz o alguna queja de lo que estaba funcionando, pero justamente que funcione la comunicación pública parece que es lo que molesta. Para algunos, hay un motor público a apagar, que compite y se muestra.
Qué mejor manera que cortando la correa de transmisión, haciendo que la máquina quede parada, sacándole la agilidad y la independencia. Sembrando la necesidad para que el día de mañana haya que pedir prestado, perder calidad, tercerizar lo público o simplemente dejarlo inerte como un sello y ponerlo al servicio de lo privado. La «BBC Uruguaya» arrancó en pleno covid porque el atraso en la agenda electoral complicó el reparto de cargos y los «gestos democráticos».
Esta “innovación” en los medios empieza con designaciones políticas, de personalidades políticas con grandes contratos y después pasará por cernidor a los periodistas que tengan opinión, y además un contrato a término.
Nunca a un converso, lo encontraremos manifestando los verdaderos fines que persigue. Cuál niño cero falta, realizará todos los deberes necesarios del perfecto y cínico converso. Eso si, se escuchará una y otra vez decir “en nombre de la libertad”, los sacrificios que harán y quienes los contradigan serán una amenaza, no para su cargo o sus arcas, sino para la “libertad pública”.
Si no deja pasar oportunidad para caer una y otra vez en la muletilla de manual, es porque falta expertise y la conversión no ha dejado frutos que tapen la incoherencia y la vergüenza.
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