Más carnaval popular, más participación

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Por: Colectivo Cultura

El barrio Colón, para muchos, es una zona muy peligrosa. Sin embargo, quienes allí residen con organización, compromiso y trabajo voluntario han transformado las debilidades en fortalezas y hoy disfrutan de un espacio de respeto, aprendizajes y alegría. De un teatro en ruinas han construido un centro cultural.

Daniel, Alberto y Luis nos cuentan cómo ha sido ese proceso y de qué manera lo desarrollan.

¿Cómo surge la Asociación Civil Monte de la Francesa?

– ¡Es muy larga la historia! En el año 97, se juntaron algunos movimientos y organizaciones sociales con el fin de mejorar una serie de problemas de la zona, principalmente la de los parques, y en especial la plazoleta ubicada en Lanús y Caacupé. Entonces, las vecinas y los vecinos y las organizaciones sociales, comisiones de cooperativas y asentamientos de la zona empezaron por recuperar el teatro de verano de Colón, que estaba  semi-abandonado. Allí vivía un funcionario municipal desde hacía muchos años comprometido a cumplir con una labor de cuidado que no llevaba a cabo. El escenario estaba en muy mal estado: apuntalado por abajo porque tenía problemas de derrumbe, lleno de agua por las filtraciones que había en ese momento. Luego esas mismas organizaciones que trabajaron para recuperar el teatro, realizaron durante un par de años tareas de limpieza y siguieron recuperando el espacio.

– En el año 2001, la Intendencia de Montevideo (IM), estaba Gonzalo Carámbula en el Departamento de Cultura, lanza una propuesta de recuperación de espacios públicos y deportivos. El colectivo que venía trabajando presenta un proyecto y de los 18 zonales de Montevideo, nosotros fuimos uno de los 10 aprobados. El dinero otorgado se destinaba a la recuperación del espacio físico.  Pero nuestro proyecto era integral, no sólo planteaba la recuperación del espacio físico, sino también la creación de un centro cultural para recuperar la zona. Una zona que estaba  denigrada desde el punto de vista de la seguridad. Algunos sectores de la sociedad siguen hasta hoy marginando los lugares y catalogándolos como zona roja. Se contrató una empresa y se empezó a trabajar en la consolidación de un convenio con la IM para iniciar una gestión del espacio, más allá de la recuperación de lo físico, para que la organización social creada en ese momento, la Asociación Civil Monte de la Francesa, se hiciera cargo del espacio enmarcado en las 11 hectáreas de parque de alrededor del teatro. Nosotros decimos que son parques tratados como montes porque hasta ahora no hemos logrado, con la complejidad de trabajo que tiene la IM en la zona, por la cantidad de hs que debe mantener, darle el mantenimiento que se le da a otros parques importantes de Montevideo en la zona Este y Sur.

– De ahí en más seguimos trabajando en las diferentes comisiones que se han venido sucediendo. Muchos de nosotros no forma parte de la asociación. Lo bueno es que los vecinos y las vecinas que ocupan los diferentes cargos, estipulados por estatuto, no saben quienes los ocupan. La mayoría del barrio no sabe quién es de la comisión y quién no. Eso nos da la posibilidad de crecer como colectivo. Más allá de las individualidades que componen el grupo, se refuerza el espacio. Esa es la historia, hemos tenido un montón de vaivenes pero lo mejor fue consolidar el espacio y recuperar uno de los edificios de la zona.

¿Cuántos vecinos participan?

– Puntualmente para carnaval, somos unos 40 50 personas, entre la vigilancia del estacionamiento, el cuidado de la higiene de los baños, la cantina, la venta de boletos, los compañeros haciendo seguridad, la filmación.  Por suerte, hay muchos gurises, algunos hijos de compañeros y otros no. Y después en la comisión funcionando semanalmente, somos entre 8 y 12. Al firme todas las semanas.

¿Cuántos vecinos vienen a ver carnaval por noche?

– El año pasado tuvimos un promedio de 800 entradas en 16 jornadas. Y este año creo que lo vamos a superar, porque tuvimos picos de 1200, entradas vendidas, mas los menores de 12 que entran gratis y tenés 400 por día. Damos invitaciones para llevar un control numérico. Después tenemos invitados, o por compromisos de sponsors que le damos invitaciones, como también hogares del INAU que además de recibir la invitación cuando vienen le obsequiamos un refuerzo y una hamburguesa. Vienen entre 1500 y 1800 personas por noche. La gente sabe que viene mucha gente, se trae su reposera y se sienta en ella.

Uds. tienen su propio sistema de vigilancia…

– La seguridad, la implementamos desde el primer año con un montón de vecinos que son colaboradores. Andamos con handy, nos comunicamos, recorremos los afueras del teatro tratando de generar una seguridad para que la gente venga a disfrutar, a ver el espectáculo y no se tenga que ocupar de nada. Y después a la salida, tenemos unos cuantos compañeros que andan en moto, otros se quedan acá viendo como salen las familias, y otros andamos en la vuelta viendo y acompañando a la gente para darle seguridad en el trayecto a sus casas. A nosotros nos ha dado resultados, recién este año la Seccional 21 nos dio apoyo. División Espectáculos nos mandó dos agentes que, por lo general, los dejamos afuera. Entendemos que está todo bien con la policía, pero a veces la presencia de un uniformado en vez de solucionar, empeora la historia. Pero este año todo ha funcionado bien.

– Hace 8 años que hacemos carnaval y este año es el primer año que contamos con el apoyo de la policía. Lo importante para que este sistema funcione es que la gente que viene al predio adopte las normas de conducta que se han venido estableciendo. Y eso pasó. La gente las acepta y las aplica. Esto facilita la tarea que intentamos hacer. Nosotros apostamos por un espacio inclusivo y para eso debemos tener un trato igualitario para todos los que vienen. Y acá convivimos todos: los que tienen los $ 45 de la entrada, los que tienen más de 45 y los que no los tienen. Nos parece que es una demostración que sí se puede cambiar la realidad de un barrio y de un país. Lleva trabajo y compromiso de la comunidad.

– Desde el principio implementamos la modalidad de no vender ni consumir alcohol y eso ha dado resultado. Por ahí te perdés algún sponsor grande, pero tampoco vendemos cigarros y el animador pide que quien vaya a fumar se retire de la grada y lo haga al costado. La verdad que la gente lo ha aceptado bien. Colaboran y a raíz de eso es que tenemos un ambiente muy familiar.

¿Cuáles son las dificultades que enfrentan?

– Ninguna. Al contrario, a lo largo de estos años, hemos ganado mucha credibilidad y respaldo por parte de la gente. Nosotros hacemos todas las tareas de mantenimiento con mano de obra benévola sacada en el BPS. Todo lo hacemos a pulmón. Con el trabajo de los compañeros que después que salen de trabajar vienen tomamos unos mates y ponemos un water o una cisterna. Nos complementamos y así van saliendo las cosas.

– La verdad que obstáculos externos hemos tenido muchos. Pero también internos. En cuanto a lo relativo a la participación cuesta sostener a los grupos. Obstáculo que sufrimos todas las organizaciones sociales. Trabajar con la diversidad de gente es difícil. Pero es lo que hace posible que esto funcione. Por suerte somos todos vecinos y vecinas, algunos ni siquiera son de la zona, que adoptaron un compromiso con el espacio. El desafío más grande es apostar a la renovación a través de los gurises que participan. Es un proceso lento y complicado.

– En realidad, debemos agradecer el apoyo de los vecinos y las vecinas que cada vez que la asociación presenta un proyecto para ser votado en el Presupuesto Participativo, lo ha ganado. Hace 4 ediciones que las y los vecinos de Colón apoyan una de las iniciativas presentadas por la asociación. Hemos logrado hacer el baño de los discapacitados, el multiuso, el cerramiento del teatro (cambiar el alambrado por muros con una reja decorativa). Además vamos a utilizar esos fondos de una forma mejor, porque resolvimos que: en vez de contratar una empresa para que los haga, lo vamos a hacer con mano de obra benévola de los vecinos y con algunos restos de dinero que han quedado de los presupuestos anteriores, se va a hacer el techado del escenario. Lo último que se ha logrado es: en el marco del proyecto integral de recuperación de los parques, presentamos un proyecto en Iluminarte del Ministerio de Transporte. También hemos sido favorecidos por la aprobación de los vecinos que van a poder tener los parques iluminados. Nosotros la lectura que hacemos es que mas allá de la participación efectiva en las actividades que se realizan, hay una aceptación tácita y un reconocimiento del espacio.

¿Qué hacen con el dinero recaudado en carnaval?

76eb0bdd9b– Nos financia todas las actividades del año. Todos los meses hacemos distintos eventos: por el mes de la mujer, por los DDHH, el Artiguismo y el Golpe de Estado, festejamos el día del niño, metemos 1500 gurises acá y pasan una tarde de novela, festejamos el día de la primavera, entre otras. La sinfónica viene todos los años, la elección de la reina de Carnaval del Comunal. Se hacen varias actividades con las escuelas para las fiestas de fines de curso, presentaciones de teatro…

– Con la recaudación del Carnaval mantenemos abiertos los talleres durante todo el año: Hip hop, Karate, Taller de murga y de percusión, Teatro para niños, Maquillaje artístico. Menos el de candombe que tiene una cuota simbólica de 100 pesos mensuales, son todos gratis. Nosotros les pagamos el viático a los profesores. En la mayoría de los talleres vienen gurises de los hogares del INAU. Justo en este momento, tres gurises de karate se van a Chile a un campeonato mundial. En cada taller, asisten entre 20 y 35 chiquilines.

¿Qué proyectos tienen a futuro?

Hay una parte del proyecto integral que no se ha podido concretar: el mantenimiento del espacio. Tenemos el teatro de verano en condiciones casi óptimas, con las instalaciones remozadas año a año, y no poder lograr que el resto del lugar, tres héctareas de parque sean tratadas como parque – condición necesaria para que se siga aprovechando al máximo-  es una de las patas que no está faltando. Para ello, entendemos y reconocemos que la IM tiene demasiada cantidad de lugares en el CCZ 12. Para concretar nuestro objetivo, se empezó a trabajar con vecinos y vecinas, en la creación de una Cooperativa social de trabajo. Hemos estado conversando con la Alcaldía para ver si logra llegar a un convenio con la IM para que esa cooperativa de vecinos y vecinos trabaje en el mantenimiento del espacio exterior.

Estamos intentando retomar la experiencia que se dio en la Cuenca del Arroyo Carrasco, donde trabajó la intendencia con UTU en la implementación de talleres con gurises que han desertado de la Educación. Tuvimos las primeras reuniones.

La idea es seguir trabajando en el relacionamiento que tenemos con el entorno. Seguir potenciando el espacio que ya ocupa un lugar en la zona, en base a criterios claros de trabajo, metas definidas y enmarcado en el proyecto inicial del año 2001 y que se va a terminar en el 2015. En ese momento, presentaremos a la IM y, en especial, a la comunidad, para que analicen si cumplimos o no con los cometidos que están escritos en el convenio.

Temen que si cambia el partido de gobierno municipal, ¿puedan cambiar las políticas culturales?

– Sin duda, que si cambian las políticas culturales y lesionan el crecimiento de este espacio, estaríamos ante un posicionamiento diferente de esta organización social. Porque lo que origina la generación de un convenio es la apertura de una política cultural que llevó adelante la IM con este mismo partido y que, con algunas diferencias, ha mantenido. Creo que si cambian las políticas y dañan a este espacio, estaremos parados del otro lado de la vereda.

-Difícil hacer futurismo, esa es tarea de los adivinos. Recordando un dicho hay que ver los pingos en la pista para ver cómo corren porque una cosa es el programa y otras las personas.

– De todas maneras este carnaval, que ha ido mutando, se ha mantenido incluso con los partidos tradicionales. Quizá cambie alguna cosa pero evidentemente ahí tendríamos que pelear porque el partido que esté en el gobierno continúe con estas políticas culturales. Pero esta política de escenarios populares, con otro sistema, se da desde el año 86, en los últimos años del Partido Colorado. Después se empezó a mantener y se empezó a hacer de otra manera cuando asumió el frente amplio. La futurología está medio complicada, pero todo puede suceder.

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