Por economiapolitica.uy *
Héctor Tajam **
Dibujo del Prof. Adán Iglesias Toledo ***
Desde marzo 2025, cuando asumió la presidencia del país Yamandú Orsi, la inflación se ha reducido, esto quiere decir que los aumentos de precios son menores desde esa fecha. En febrero, el aumento de precios promedio anual relevado en los bienes y servicios que componen la canasta de consumo del consumidor fue de 5,1%. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar el registro a noviembre: 4,1%. Una reducción significativa, 20%, que no es ajena al contexto económico general como veremos más adelante. Sin embargo, lo que a primera vista debería impactar positivamente en lo que se denomina “confianza del consumidor” no se dio, como graficamos a continuación. Este indicador, construido por Equipos Consultores y la Universidad Católica del Uruguay (UCU) cayó nuevamente en noviembre, y se ubica apenas por encima del nivel 50, o de neutralidad, que separa el optimismo del pesimismo. Sucede que los menores aumentos de los precios han sido determinados fundamentalmente por la baja sostenida del dólar y el lento crecimiento económico y de los ingresos.

Si analizamos los componentes de la canasta de consumo del Índice de Precios del Consumidor (IPC), los principales determinantes de la reducción de la inflación a noviembre 2025 se concentran en “Hortalizas, Tubérculos y Legumbres”, con baja incidencia en el gasto familiar[i], y en los bienes duraderos importados tales como electrodomésticos, equipos informáticos y de comunicación, vestimenta y calzado, automóviles. Sin duda son estos últimos los bienes asociados a la caída del dólar con respecto a la moneda nacional, y abaratados por esa razón. En lo que va del año 2025 el dólar se ha depreciado un 11%, acercándose al piso de los $ 39.
Desde hace tres años esta es la causa principal de la caída de la inflación, que se continuó con una decidida política del Banco Central del Uruguay (BCU) desde marzo, a través de aumentos en la Tasa de Política Monetaria (TPM)[ii], disminuida ahora que el dólar se debilita por la situación internacional. La sostenibilidad de políticas antiinflacionarias en base a un dólar subvaluado (o peso sobrevaluado) ha conducido a situaciones traumáticas en el pasado. Hasta el propio BCU reconoce que el efecto dólar sobre los precios de los bienes transables (generalmente importados) es la determinante principal de la baja inflación, y su preocupación es que la inflación de los bienes no transables se mantiene en el techo de la meta inflacionaria, 6%.

El cálculo del indicador sobre la confianza del consumidor se realiza sobre varias apreciaciones de las personas en torno al contexto de gasto personal, del económico general y las perspectivas personales y nacionales. Justamente la única variable que recoge apreciaciones positivas (o menos negativas) por parte de los encuestados es el consumo de bienes duraderos. Ahí si hay una correspondencia entre inflación y conducta. Si observamos la evolución de los bienes importados, encontramos el resultado: una acentuada importación de bienes de consumo duraderos, entre ellos los automóviles, mientras que la importación de bienes de capital e intermedios, signos de inversión y producción se mantienen estancados. Es lo que muestra el cuadro siguiente.

Donde más pesimistas se mostraron los “consumidores encuestados” fue en relación a la marcha de la economía, “la situación del país”, con un descenso en la puntuación del 14%. Por otro lado, la situación personal, que tiene que ver con la perspectiva de ingresos futuros, también cayó (-5%). Cuando lo que prevalece es la estabilidad, la falta de oleaje, es lógico que las expectativas se reduzcan. El BCU publicará la evolución de la economía nacional, medida por la variación de la producción nacional (PIB) y de sus componentes el 15 de diciembre próximo, pero dispone de un indicador adelantado, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE). En junio pasado la actividad económica medida por la variación del IMAE se había alineado en el entorno de las proyecciones de los analistas especializados, 2,6% anual. De allí en adelante, este indicador disminuyó de tal forma que para setiembre el crecimiento previsto era de solamente 1,1%, con una tendencia que no augura nada bueno para el cierre de 2025. A su vez, y obviamente relacionado con esta tendencia, la variación anual del salario real promedio de los trabajadores públicos y privados, ha oscilado en torno a un registro poco estimulante: 1%.
Un país caro que importa barato no es un buen estímulo para la producción, la exportación y el turismo, y no parece acoplarse al planteo del Ministro de Economía Gabriel Odonne para que el país retome una senda de crecimiento amigable con el desarrollo y la distribución del ingreso. El presupuesto quinquenal fue aprobado, liberando márgenes de política económica para superar esta situación. Lo que sigue no es solo ejecutar el presupuesto aprobado, sino asegurar la sostenibilidad necesaria para que se cumplan las bases económicas sobre las cuales fue construido.
(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Política.
(**) Héctor Tajam es Economista, Director del Programa EconomiaPolitica.uy y Columnista de Mate Amargo. Fue Diputado (2005/10) y Senador (2010/15) por el MPP – Frente Amplio. Miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)
(***) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.
[i] Cuando el cálculo del IPC los excluye, lo que se denomina Inflación Subyacente, el índice es superior, 4,4%.
[ii] La TPM es una tasa de interés de referencia en moneda nacional que fija el BCU, y a través de la cual influye sobre la tasa de interés del sistema financiero, del costo del crédito y el interés de los depósitos y otros instrumentos financieros. Con la restricción del gasto de personas y familias y el aumento del ahorro (depósitos bancarios), se busca reducir la demanda y con ello las presiones inflacionarias. Cuando se venden dólares para colocar a una tasa en moneda nacional superior, se presiona al dólar a la baja.