Por Darío Rodríguez(*)
El MVOT tiene diversos programas habitacionales, siendo el cooperativo uno de los más potentes. No obstante, en el período pasado se creó la Dirección Nacional de Integración Social y Urbana, (DINISU) para encapsular, en la misma, varios proyectos que atienden a los sectores más vulnerables.
En noviembre, con presencia de la ministra Tamara Paseyro y otros directores, junto al intendente Nicolás Olivera, se inauguraron y entregaron 83 viviendas a familias de zonas inundables: Parkway, Sacra III y Mazana Vialidad. Estos realojos vienen del período pasado. “Hoy termina una etapa muy importante, pero el Ministerio va a seguir presente en Paysandú y en todo el país”, dijo la Ministra de Vivienda.
Las obras, además de las viviendas, incluyeron infraestructura para conexión al agua potable, energía eléctrica, red de saneamiento y vialidad, la concreción de un centro de uso comunitario y una policlínica barrial.

(Ministra besa a una emocionada niña)
Estirar y gastar
Llama la atención que se siga con la política de estirar la ciudad, con todos los costos asociados que ello significa, siendo que se sostiene que hay escasez de recursos y se vuelcan millones de dólares en infraestructura y equipamiento urbano. En esta lógica las Intendencias vuelcan ingentes recursos.

(¡Que alegría!)
El proyecto de la Ex Paylana demuestra que hay otra forma de hacer ciudad y construir ciudadanía como expresó Silvana Nieves, directora de DINISU.
Grosso modo, el proyecto en la ex textil usó espacios vacantes de la ciudad, integró poblaciones y actividades, y utilizó la infraestructura existente y ociosa. Densificó la trama urbana y pondrá unas, solo contando las 8 cooperativas, 1.200 personas en el nuevo enclave.
Si, como manifestó la ministra en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda del Senado, se dispondrán –para todo el quinquenio y por todo concepto- 705 millones de dólares, es hora de revisar, atendiendo planteos de Federaciones y academia, las políticas que generan una ciudad dual.

(Paylana, cambio de paradigma)
Las familias reubicadas, desde todo punto de vista, tienen un perfil similar a los cooperativistas y no está escrito en piedra que las mismas deban ser trasladadas a las periferias. ¿Por qué, por ejemplo, la IDP, no expropia la ex Indhar y desarrolla allí, conjuntando actores, un plan urbano? ¿Será mejor que allí habiten ratas o que viva la gente que necesita cambiar sus condiciones de vida? Las anteojeras ideológicas, y de clase, impiden optimizar el uso de la ciudad al tiempo que se repite como mantra la escasez de recursos. Téngase en cuenta que el MVOT estudiaría como un caso particular proyectos similares a la ex Paylana.

(En mayo, ex intendente Caraballo presentó propuesta para INDHAR)
(*) Darío Rodriguez es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UdelaR), periodista y asesor en temas de cooperativismo, vivienda y hábitat