Por Juana Francisca Gómez (**)
Tierra, producción, trabajo, jóvenes…son algunas de las temáticas que abordamos hoy.
“Tierra que anda” es un proyecto que conjuga estos temas desde una práctica cotidiana que tiene ya varios años. Conversamos con Lucía Fernández y Ezequiel Fasciolli. Ambos viven en la Unidad Cooperaria No.1, en el Paraje de Cololó, e integran la Cooperativa “Tierra que Anda”.
Mate Amargo – ¿En qué están trabajando?
Lucía Fernández – “Tierra que Anda” es una cooperativa de educación, oficios rurales, educación en general y arte. Estamos desde hace 18 años trabajando con jóvenes, adolescentes, y justamente nos asentamos en la Colonia Instrucciones del Año XIII.
Tenemos un convenio con esta cooperativa. Esto es muy importante porque es una alianza de trabajo que hace y da sentido a lo que hacemos desde hace 18 años.
Nosotros llegamos por acá, por Cololó, en el 2002, hace muchos años ya, como estudiantes universitarios, realizando extensión universitaria, y ya luego nos fuimos quedando con proyectos y espacios de aprendizaje colectivos acá en la colonia. Fuimos diseñando, de alguna forma, lo que hoy es el Centro de Formación Agraria Cooperativa. Sí que son muchas organizaciones y espacios colectivos de decisión, entonces a veces es bastante complejo entender la trama que sucede en territorio, pero sí que es muy vasta y rica, y hace que se sostengan los procesos de aprendizaje y enseñanza que realizamos acá en el centro en el que han estudiado 1600 jóvenes entre 15 y 18 años.
El Centro tiene un convenio con INAU que es la fuente de financiación. Es súper importante recalcar que los gurises que llegan son de todo el territorio nacional, no solo de la zona, sino también de los distintos departamentos, esto hace que la diversidad sea clave en la formación, no solo de los oficios rurales y el trabajo asociado, sino como parte de la vivencia que es el territorio comunitario solidario en sí, desde sus inicios, desde su génesis.
También traemos este rescate de la diversidad para la convivencia y aprendizaje.

M.A. – ¿Cómo es el proceso?
L.F. – La gurisada llega vía, por ejemplo, centros juveniles, casas de acogida o derivados de alguna institución vinculada o en convenio con INAU. Pueden ser hijas o hijos de asalariados rurales, que conozcan el centro de formación y quieran inscribirse. Hay distintas vías de llegada. Los jóvenes se inscriben, hay un proceso de selección de alguna forma para poder conformar las grupalidades lo más diversas posibles, por esto que decíamos, la importancia de la diversidad en los cursos, para justamente que la grupalidad que va a transitar por el curso sea lo más diversa, que aporte distintos saberes y conocimientos al colectivo. Los y las jóvenes seleccionados vienen a realizar en territorio, al centro de formación, un curso de entre cuatro y trece días. Es en régimen de convivencia, se alojan en las instalaciones del centro, acá en Cololo, las instalaciones son de Unidad Cooperaria y por eso estamos en convenio justamente porque son parte del territorio. Entonces el espacio de aprendizaje va desde el estar en los alojamientos, la alimentación, las clases, los prácticos, las secciones de trabajo que son parte de la unidad cooperaria, las secciones de trabajo que hacen también un espacio pedagógico, o sea que todo eso acontece acá en territorio.
Los jóvenes vienen a formarse en un curso aquí en el centro de formación y después regresan a su zona de origen, como una escuela de alternancia. Y así luego retornan a un próximo curso que puede ser de profundización. La currícula anual es aproximadamente de un año y medio, contamos con 22 cursos al año, entonces los jóvenes van transitando sus trayectorias educativas desde los deseos de aprendizaje, esto es también importante.
Y creo que también está bueno mencionar esto de la importancia que nosotros le damos a los primeros cursos, de acercamiento al centro de formación, porque son puertas de entrada. A veces se acercan porque les llama la atención la lechería, apicultura, pero después termina interesándose en el curso de quinchado o de alambrado. Entonces son oficios rurales que nos permiten justamente un acercamiento al medio rural. Hay muchos gurises que no saben cómo funciona una cooperativa y les llama la atención también. Son sus primeras capacitaciones para el mundo laboral.

M.A. – ¿Cómo han venido haciendo esa coordinación de saberes?
Ezequiel Faccioli – Lo que hay que contextualizar es que todo este proyecto de formación es agraria y cooperativa, es decir, son las dos patas de la formación, se sostiene sobre una realidad nacional. Hoy tenemos cada 100 personas en el Uruguay, solamente 4 en el interior profundo, en el campo, y por lo tanto que en el campo hay muchos menos jóvenes. El 87% de los jóvenes que vienen por acá, en general, son del interior profundo, en realidad no tienen acceso ni a la tierra, ni a medio de producción y tampoco a un trabajo, como decía recién. Por ejemplo, el desempleo juvenil está por arriba del 25%. Entonces la juventud tiene esa problemática, no solamente de inserción en los estudios, sino también en el mundo laboral. Entonces en “Tierra que Anda”, el otro tema que tenemos presente, el otro pliegue que sucede es que en las escuelas agrarias, hay una cantidad, y es un proceso sumamente interesante de formación a través de UTU, algunos vinculados al INAU en general por distintas características y también de la realidad de la UTU, en general no tienen un claro acceso a las escuelas agrarias. En definitiva, este trabajo con INAU ha generado como una vía de acceso a la formación como servicio principal y también al mundo del trabajo, porque los cursos tienen también tienen un conjunto de pasantías, de experiencia fuera de la Unidad Cooperaria, es en un segundo nivel de formación en el que van a hacer prácticas a establecimientos de la región, y es ahí donde de alguna manera se vinculan con el mundo del trabajo más en profundidad. Vuelven al centro de formación en alternancia como para completar cursos que entienden que le están faltando para sostener esa vía laboral en el medio rural o donde la realicen.
El proyecto busca considerar esas variables de realidad y generar un espacio de contención y también de despliegue de esos jóvenes. Primero, en la convivencia, en el acuerdo de convivencia que se realiza aquí para poder transitar. La currícula tiene una línea de lechería que arranca con un curso introductorio de acercamiento, ya llegan directo a la sala de ordeñe, se les presenta todo el ambiente de trabajo y se va estudiando parte a parte lo que implica. Lo que sucede es que el 100% de los jóvenes que están llegando hoy quieren continuar al nivel de profundización y vuelven al mes siguiente a un curso ya de 13 días con pasantía, que ya ahí es el curso ordeñador, donde ya se forma y ya después viene la pasantía. Después de eso en esa línea de lechería está el curso de inseminación artificial, cría de terneros, manejo de las pasturas, ahí entra el tema del parcelado y lo que tiene que ver con los alambrados.
Es un oficio que también se ha ido perdiendo, pero en realidad sigue siendo importante en el medio rural para poder cuidar cultivos y ganados. Todo eso lo van haciendo en la práctica con el seguimiento de los docentes y con los cooperarios. Y la otra línea de trabajo es la de apicultura, que tiene una ventaja grande, primero la abeja es importantísima a nivel del ecosistema y de la vida misma. También va asociada al tambo, la abeja es una gran polinizadora de praderas. También tiene la ventaja de que no tenés que tener un campo para tener un apiario, es decir, no tenés que ser propietario de un campo para tener tu propia colmena.
Hace unos cuatro años, a raíz de necesidades edilicias en el lugar, surgió una línea de trabajo también en quinchado, bioconstrucción. Después también las y los estudiantes nos van trayendo la noticia de que arman un alero en la casa, que amplían una parte, etc. En las condiciones que viven muchas veces tienen que hacerse la casa ellos mismos.

M.A. – ¿Cuáles son los desafíos que tienen a mediano y largo plazo?
L.F. – Nos queda un trabajo para hacer nuevos proyectos, fuentes de financiamiento o nuevas cabezas, pensando justamente en el trabajo con egresados, desde pasantías laborales específicas en organismos o en empresas, desde pasantías específicas justamente más colectivas, como pensar claramente las inserciones de los gurises de cara al mundo laboral, porque quedan como lagunas ahí y los gurises es como la sensación de que cumplen los 18 y salieron de buenas a primeras a un mundo por solamente cumplir 18, y no es distinto a un gurí que tenía 17 ayer, ¿no? Entonces, a veces en esas transiciones quedan muy solitos y solitas en un mundo muy complejo, entonces colaborar en esas transiciones del mundo juvenil al adulto, creemos que es de mucho cuidado como poder pensar de forma articulada y cuidada, porque somos varias personas pensando justamente en que estos espacios de transición sean de una forma integral no solo desde la perspectiva del trabajo en sí, sino lo que conlleva esto que decíamos del mundo de las emociones y de la salud mental.
E.F. – Desde hace 23 años estamos acá, desde que somos estudiantes de agronomía, el trabajo es cansador pero en realidad hay mucha satisfacción en lo que se está haciendo y lo que se ha hecho, porque también “Tierra que Anda” ha tenido un proceso pedagógico, ha desarrollado un método. Entonces, uno ve todo lo que falta, pero a la luz de lo hecho hay conformidad en que estuvimos en el lugar indicado. Y eso también nos reconforta y reafirma el compromiso para no bajar la guardia y seguir avanzando en el proyecto.
L.F. – Estuvimos navegando por varias temáticas que además uno al conversarlas también sigue pensando, le seguimos dando vueltas a las preocupaciones.
Sin duda tenemos un gran compromiso, no solo con el proyecto, sino de vida, porque nosotros vivimos y trabajamos también acá en comunidad. Hay un compromiso muy grande desde varios puntos de vista. Así que estoy muy contenta también de trabajar y hacer lo que hacemos.
*Fragmento de la Canción Sin Vueltas de Ezequiel Fascioli
https://www.youtube.com/watch?v=SByOC4paHrw&list=RDSByOC4paHrw&start_radio=1
(**) Juana Francisca Gómez es escritora y miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)
Apuntes:
https://www.youtube.com/watch?v=5fbXvRbG0wY
https://www.youtube.com/watch?v=4jVnyckWX8M
https://www.youtube.com/watch?v=MGgZgPzuQNQ
https://www.youtube.com/watch?v=Uz7T7Q7qKYk&t=55s
https://www.youtube.com/watch?v=KV4zbFYaAcc&list=RDKV4zbFYaAcc&start_radio=1
https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/handle/20.500.12008/20658