Porque 6% no siempre es igual a 6%

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Por EconomiaPolítica.uy (*)

Héctor Tajam (**)

Dibujo Adán Iglesias Toledo (***)

 

La ley presupuestal continúa su camino en el parlamento, y desde Mate Amargo volvemos a insistir sobre las prevenciones o expectativas de crecimiento económico. Algo así como la base de los recursos disponibles. A partir de allí, obviamente, luego es la política económica la que define dónde van los recursos adquiridos a través de impuestos, ingresos de las empresas públicas, etc. Dicho de otra manera, el crecimiento económico influye mucho, pero después las decisiones de política económica son las que determinan cómo se gasta.

Indudablemente que esa cuestión económica no es solamente un tema para sentarse a ver qué pasa. También se participa en ella, el Estado interviene por acción u omisión, para que sucedan cosas mejores para unos o para otros.

El Banco Central del Uruguay proporcionó información sobre la economía uruguaya en el primer semestre de este año 2025. No hay una disparidad muy grande entre lo que se venía previendo en el presupuesto, es decir, la base económica del presupuesto, y lo que está sucediendo. Para el 2025 se estima un crecimiento superior al 2%, y eso más o menos se viene dando pues, según el Banco Central, al segundo trimestre, o sea abril y junio, completando el primer semestre del 2025, con respecto al 2024, se creció 2.1%. No es una maravilla. Comparemos con el resto de América Latina.

Es una tasa de crecimiento un poco por encima del promedio de los últimos tiempos, recordando la última crisis, el COVID, la sequía, y que un poco más atrás se sucedió otra crisis en el 2014. El crecimiento se ha ido reduciendo y todavía se mantiene. Pero sin dudas es de muy difícil pronóstico lo que pueda suceder en el correr del presente año inclusive, y con más razón todavía para el año que viene.

Se trata de un contexto regional y mundial muy volátil, impredecible, para una región muy dependiente del resto del mundo. Dependemos mucho de las exportaciones, de lo que nos compren y también de aquellos que nos visitan (turismo), dónde se suma una pronunciada agresividad de Estados Unidos con respecto a todo lo que pasa en el continente por considerarnos su patio trasero, pero ahora, en momentos en que el mundo está cambiando y hay una competencia muy fuerte entre potencias que disputan esa hegemonía sobre la reserva estratégica de América Latina, la región comienza a adquirir cada vez mayor importancia para el imperio del norte.

Estos temas son los que tienen que ver con lo que está pasando allá en el Caribe, particularmente contra Venezuela, que es el país que tiene en este momento la mayor reserva de petróleo del mundo.

Hay un tema de inestabilidad, vinculado a la política proteccionista de Estados Unidos ahora con el aumento de los aranceles, y su permanente injerencia hasta en la institucionalidad interna de los países latinoamericanos, como ha pasado en Brasil (fundador de los BRICS+) y en Colombia, objetando e incluso amenazando sobre lo sucedido en los juicios que se han hecho a sus antiguos socios Bolsonaro y Uribe, agregándose la agresión ahora militar contra Venezuela, las presiones de más de 60 años contra Cuba, y la mantención del bloqueo económico contra Nicaragua.

Todo eso erosiona fuertemente el normal desarrollo de la actividad económica a nivel continental y sus expectativas, en un continente cuyas formas de funcionamiento capitalistas dependen de la inversión privada. Por ejemplo, la política de Trump afectó a México, cuya actividad económica descendió en 0,4%, y lo mismo le pasó a Canadá, ambos países limítrofes de Estados Unidos.

Brasil y Colombia han tenido una combinación de tarifas impuestas desde EE. UU., que de hecho funciona como bloqueo comercial y de inversión. Su rango de crecimiento se situó por debajo de los pronósticos que eran cercanos al 3%. Es como decíamos, un contexto muy volátil e impredecible.

¿6% =  6%?

Sin embargo, dos países aparecen como excepcionales en estos bajos crecimientos. Ellos son Venezuela y Argentina. Los dos tienen características totalmente diferentes.

Venezuela es acosada por el bloqueo comercial y financiero, ahora también militar de Estados Unidos, y a pesar de ello creció 6,6% en este periodo. Se basa en una apuesta que no es usual en estos tiempos: sustituir el consumo importado. El mismo bloqueo ha incentivado la producción doméstica, la producción interna para conseguir su propio alimento, y ha incentivado una cantidad de políticas de desarrollo y de aliento a la producción, inclusive la distribución de tierra y, obviamente, de todos los instrumentos para trabajarla. La dirección es lo que muchos denominan soberanía alimentaria. A ello se sumó la recuperación de la producción petrolera y de los precios de petróleo post-COVID. Así se fue conformando un ámbito en el cual muchos inversores y muchos empresarios que habían dejado allí sus empresas en momentos más difíciles comenzaron a regresar. Agréguese el empuje de las Comunas, y se podrá concluir que el panorama completo se observa esperanzador.

Argentina es un experimento ultraliberal y viene del subsuelo. Cuando se compara con niveles de hace un año, la recuperación, puede resultar engañosa; los números se agrandan, por decirlo de alguna manera. Algo así como el efecto rebote de tiempos del COVID, cuando aquella crisis con graves manifestaciones sanitarias había prácticamente inmovilizado los recursos, el transporte, la gente para ir a su trabajo, etc.  Desde allá abajo se comenzó la recuperación y, por lo tanto, nos dio a todos los países de América Latina, en 2021, una importantísima recuperación con niveles más o menos parecidos a los actuales, algunos superiores al 3%. Es decir, por ejemplo, en Uruguay bajamos 10 y subimos 8 en muy poco tiempo.

Pero en la Argentina está pasando al revés. Ese experimento ultraliberal del que hablábamos está dando un crecimiento superior al 6%, pero contrariamente a lo que sucede en Venezuela, es un crecimiento muy concentrado, al punto de que la inmensa mayoría de la gente, lejos de enterarse, está cada vez peor. No hay una distribución de recursos, sino a través de una concentración de recursos. Es totalmente diferente.

Esto es impulsado por las grandes empresas que prácticamente eliminan competencias en la crisis y, por lo tanto, abarcan mayores mercados, sin ninguna intervención pública. Por tanto, se trata de un incremento inédito de la pobreza y el desempleo en Argentina. Las grandes empresas absorbieron recursos de los ingresos que perdieron fundamentalmente los trabajadores en Argentina, lo que motivó el congelamiento salarial con inflación, aumentando las ganancias de las empresas que siguen funcionando, ante la quiebra de otras por la reducción constante de la demanda interna, del consumo.

Es muy interesante observar las diferencias entre Venezuela, que tiene crecimiento a pesar del bloqueo, con un experimento totalmente diferente, socializante, respecto a Argentina, que tiene un experimento concentrador sin bloqueo, un experimento ultraliberal, una Argentina que crece igual, pero con muchísimos problemas, donde incluso se habla de la imposibilidad de pagar los intereses y las amortizaciones de la deuda externa.

Estos dos experimentos tan diferentes nos muestran que las cifras de crecimiento no nos dicen demasiado. El crecimiento solo dice que una sociedad puede tener mayor disponibilidad de bienes y servicios, pero cuando se analiza lo que está pasando realmente, que sus causas no son lineales, que son tan diferentes, se reafirma la idea de que el número de crecimiento no nos está diciendo demasiado, no es lo esencial o lo más importante. Lo fundamental es cómo se está distribuyendo ese crecimiento, y también sobre qué base. Si el crecimiento se está haciendo sobre una base sólida, la historia es otra; los espacios de desarrollo multifacéticos y sustentables son otros. En el caso venezolano al que estamos refiriendo, están llegando a utilizar recursos que no habían utilizado hasta ahora, recursos inexplotados, por ejemplo, avanzaron en la distribución de la riqueza porque tenían que conseguir más alimentos, y para producir más alimentos, están haciendo experiencias sociales diferentes donde las formas colectivas, las comunas cobran presencia protagónica.

En cambio, en el caso argentino, la distribución tan diferente de los recursos hace mucho más volátil y dependiente el propio crecimiento. No siempre 6 en igual a 6. La brutal concentración destruye la producción y el crecimiento resulta de patas cortas y es una olla a presión que produce tanta desigualdad, pobreza, desempleo, que en cualquier momento explota. Es muy volátil la situación de Argentina.

Otros países han resistido a este mundo tan complicado y a esta agresividad estadounidense, por ejemplo, Chile, en función de la recuperación de los precios del cobre, pero no hay cambios estructurales allí.

En ese entorno, Uruguay no está en un buen lugar, ocupa el penúltimo puesto, México después con un déficit de crecimiento, junto a los afectados directamente con las políticas imperialistas arancelarias, Colombia y Brasil.

A Uruguay lo afecta una economía que está casi planchada desde hace casi una década, donde no alcanzamos a tener proyectos renovadores, políticas diferenciadoras, un poco de audacia. Uruguay está haciendo lo mismo, y así vamos navegando en este sistema de explotación, en este mundo tan complicado. Hoy hay una apuesta muy fuerte a la inversión extranjera que ahora está también muy impredecible. Los capitales no se mueven de una manera muy ágil en tiempos de crisis, de guerra y de confrontaciones.

De todas maneras, el país va a comenzar a encarar una etapa de cierta forma planificada en la cuestión presupuestal y esperemos que dé resultados para levantar un poco la nariz del avión, para recuperarnos como está incluido en el programa de gobierno, con la distribución como parte del crecimiento, cómo variable endógena al mismo, cosa que a veces se olvida.

(transcripción realizada de su intervención en el programa “El espejo” de “Radio Patria” (24/9/2025)

 

(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Política.

(**) Héctor Tajam es Economista, Director del Programa EconomiaPolitica.uy y Columnista de Mate Amargo. Fue Diputado (2005/10) y Senador (2010/15) por el MPP – Frente Amplio. Miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)

(***) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.

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