Por Colectivo Mate Amargo(*)
“Me vienen a convidar a arrepentirme
Me vienen a convidar a que no pierda
Me vienen a convidar a indefinirme
Me vienen a convidar a tanta mierda
Yo no se lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá Dios, que será divino
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví”
(Silvio Rodríguez “El Necio» fragmento)
Ha pasado a otro plano de vida el Internacionalista Uruguayo, Tupamaro, Cro. Guillermo Díaz Echeveste, conocido con el seudónimo de “Víctor” o el “Petiso Víctor”.
Desde los 14 años, junto a muchos compañeros y compañeras de su Cerro querido, abrazó la causa revolucionaria, integrándose a la lucha contra la dictadura uruguaya en los años setenta. Su compromiso, firmeza y consecuencia lo llevaron a convertirse en un combatiente internacionalista, entregando su vida y esfuerzos a las revoluciones de Cuba y Nicaragua, manteniendo también su solidaridad y entrega con el proceso organizativo y social uruguayo.
En Nicaragua sentó raíces profundas y fue fundador del Ministerio del Interior, donde se distinguió por su lealtad, disciplina y entrega absoluta a la Revolución Popular Sandinista. Por sus méritos recibió la Medalla Pedro Arauz Palacio, la máxima condecoración del Ministerio del Interior, y la Medalla a la Misión Internacional Enrique Schmidt, honores que simbolizan su ejemplo de vida al servicio de los pueblos.
Fiel a su sentir revolucionario, nunca buscó méritos ni protagonismos. Su camino fue el de la consecuencia, el sacrificio y la humildad, manteniendo una ardua vida de trabajo, junto a su familia, hijos y nietos.
Guillermo, el Petiso “Víctor”, fue y será siempre el “Necio”, como canta Silvio Rodríguez: consecuente, digno y leal hasta el final.
¡Hasta siempre, Cro. Guillermo Díaz Echeveste!
¡Hasta siempre Petiso!
¡HABRA PATRIA PARA TODOS!