Con la presencia de hermanas del Abya Ayala, Pelotas (Brasil), Corrientes, (Argentina), Colombia.
Con la visita de autoridades de Dirección de Equidad de la Intendencia de Rocha y eml presidente de la junta departamental de Canelones Uruguay.
Declaración del Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas de Abya Yala
Migues 6 y 7 de setiembre – Conmemorando el Día Internacional de la Mujer
Indígena
Nosotras, mujeres indígenas de diversas comunidades y territorios del país, reunidas en este Encuentro Nacional, los días 6 y 7 de setiembre en la localidad de Migues, departamento de Canelones, Uruguay, expresamos nuestras preocupaciones y sentires frente a las múltiples problemáticas que afectan nuestras vidas, nuestras familias y nuestros pueblos y levantamos nuestra voz para denunciar, recordar y reafirmar.
Denunciamos que persiste el desconocimiento por parte del Estado uruguayo de la presencia indígena en el país. Esta negación histórica habilita que continúe la discriminación y la invisibilización de nuestras identidades.

Reafirmamos nuestra defensa del territorio frente a la amenaza constante de los mega emprendimientos extractivos que llegan para apropiarse de los bienes naturales. Nos preocupa especialmente la contaminación de ríos y arroyos por el uso intensivo de agroquímicos, así como la degradación de los suelos causada por el monocultivo de árboles y la soja transgénica. Estos modelos productivos atentan contra el agua, la biodiversidad y nuestras formas de vida.
Expresamos también nuestra angustia ante las múltiples violencias que nos atraviesan como mujeres. En particular, repudiamos los femicidios, y el crimen vicario como el reciente caso en el que un padre asesinó a sus dos hijos pequeños antes de suicidarse, donde parte de la sociedad recarga la culpa sobe la mujer-madre, un hecho que nos duele profundamente y que exige medidas urgentes de prevención y justicia.
Alertamos además sobre el avance del narcotráfico en nuestros territorios, que afecta gravemente a nuestras juventudes y debilita el tejido social, cultural y comunitario, poniendo en riesgo nuestra seguridad y nuestra vida en común.
Al mismo tiempo, declaramos que nuestra fuerza no se reduce a la denuncia: se nutre de la memoria, de la espiritualidad y de los saberes ancestrales. Al cerrar este encuentro, abrimos el círculo de medicina ancestral trayendo el territorio como vínculo directo con nuestra salud y con las de nuestras comunidades, y la lengua como medicina viva, como conexión con nuestros ancestros y con la tierra que nos reconoce. Compartimos hierbas y árboles de nuestros montes, pampas, ríos y costas, explorando sus aromas, texturas y
memorias. Reconocimos en ellas una medicina que no sólo cura el cuerpo, sino que también sana el espíritu y fortalece el tejido colectivo.
Con nuestras manos preparamos pequeños bolsitos de algodón con esas hierbas compartidas, llevando dentro un pedacito de encuentro, una semilla de memoria para acompañarnos en nuestro andar. Este espacio fue también aprendizaje, intercambio de saberes y celebración de la vida.
Reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la naturaleza, con la transmisión de los saberes ancestrales, con el cuidado de nuestras comunidades y con la unión espiritual de nuestros clanes.
En estos encuentros compartimos prácticas tradicionales, de medicina ancestral, ceremonias y recuperación de la lengua, cultura que hemos mantenido viva hasta la actualidad con el único esfuerzo de las comunidades.

Reconocemos que la histórica negación de nuestra existencia nos obligó a guardar en silencio gran parte de nuestra cultura nativa dentro de los grupos familiares, pero hoy declaramos que ya no queremos callar: aquí estamos, con nuestra voz, con nuestra historia, con nuestra presencia viva.
Nuestra voz es raíz, es memoria, es presente y futuro.
Atala Udimar Huelcaimar