La primera piedra

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Por Carlos Pereira das Neves (*)

Dibujo Prof. Adán Iglesias Toledo (**)

 

“Pela cachaça de graça que a gente tem que engolir

Pela fumaça, desgraça, que a gente tem que tossir

Pelos andaimes, pingentes, que a gente tem que cair

Por mais um dia, agonia, pra suportar e assistir

Pelo rangido dos dentes, pela cidade a zunir

E pelo grito demente que nos ajuda a fugir”

Chico Buarque – ‘Deus lhe pague’

 

Por la simbología explícita en el título del artículo, muchos pensaran que la mejor opción -dentro de las canciones de Francisco “Chico” Buarque de Hollanda- hubiera sido “Construção”. Será la edad, aunque creo estar todavía en pleno uso de mis facultades como para identificar que -en mi caso- se trata del adiós definitivo al optimismo a ciegas.

El panorama mundial no me desliza posibilidades de construcciones, afirmativas, ideas asociadas a futuros próximos de prosperidad humanizada y humanizante. Pienso en Benedetti y qué me diría si no me ve defendiendo la alegría, aunque él también decía que a la alegría había que defenderla “del escándalo y la rutina”, “de los neutrales y de los neutrones”, “de los ingenuos y de los canallas” …incluso “de la obligación de estar alegres” y de la propia alegría.

¿Cómo ser alegres cuando millones de personas son desplazadas por los conflictos militares en curso? Aproximadamente 2.000 millones de personas, una cuarta parte de la población mundial, viven en zonas afectadas por dichos conflictos. ¿Cómo ser alegres ante las imágenes del hambre? Un informe del Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de 2016, reveló que 815 millones de personas (el 11% de la población mundial) padecen hambre, de los cuales 200 millones son niños con retrasos en su crecimiento: o son de baja estatura para su edad o tienen un peso demasiado bajo para su estatura. ¿Cómo ser alegres cuando de esos 815 millones, 520 millones viven en Asia, 243 millones en África y 43 millones en Latinoamérica y el Caribe? Datos que nos permiten identificar, si es que todavía teníamos dudas, quiénes generan y dirigen la pobreza hacia nuestros pueblos. ¿Cómo ser alegres sabiendo que el 1% de la población mundial con mayores ingresos recibió el doble de ingresos que el 50% más pobre? Según un informe sobre la desigualdad global elaborado por World Inequality Lab en 2018.

Alegría o esperanza, optimismo, están difíciles de convocar. Esto es, precisamente, lo que busca el sistema. Que nos dé lo mismo, que a todos nos dé todo lo mismo, que nos entreguemos a vivir con lo poco que se pueda, con lo poco que nos dejen, que incluso nos peleemos y nos matemos por lo poco que nos dejan, cual si estuviéramos en un gran circo romano.

Y que se entienda bien, aunque parezca de perogrullo, yo no espero nada de este sistema. No es este sistema el que me va a proporcionar alegría, esperanza u optimismo. Nada de este sistema, ninguna reforma, ninguna victoria electoral, ninguna elaborada teoría de una superación gradual gobernativa (cada vez más difícil de justificar a la luz de los malos resultados y la incambiante situación estructural general) me hará sentir conscientemente a gusto y siendo parte de una verdadera construcción de otra forma, justa, de vivir en sociedad y en equilibrio con el medio. La falta de esperanza, que no llega a la desesperanza, que se mantiene alerta y a la espera de una consciencia amiga…tiene que ver, justamente, con esto último.

La primera piedra que espero no es la de un pilar que edifique otra nueva estructura, que venga a fungir de nuevo placebo y de escape circunstancial al sometimiento de siempre. La primera piedra que espero es una que simbólicamente rompa el vidrio, y anuncie la llegada de otras tantas, que derribe definitivamente un sistema que no para de atentar contra la vida del ser humano, solo para hacer crecer obscenamente las obscenas riquezas de quienes dirigen el planeta.

Si nada se construye, capaz que entonces algo se tiene que empezar a destruir. Sobran manos para eso, pero faltan piedras, y falta una estrategia. Que sea pensada y dirigida por quienes soportan día a día el peso de la explotación, a quienes se les adoctrina para que sostengan el sistema y también se les adoctrina para que sostengan a quienes dicen que van a terminar con el sistema.

Acepto la buena fe de quienes todavía piensan que ellos solos, en un milímetro de poder, pueden cambiar algo. Pero ese algo es inmediatamente absorbido, engullendo también a los compañeros, además del pequeño (gran) detalle de que no existen salidas individuales ni salidas que impliquen andar siempre atrás de las decisiones de individuos que no aceptan ni medio aporte que les haga sombra, ni mucho menos atrás de organismos pensados para legitimar la dominación de clase. De ellos solo espero lo mejor, que no cedan, que contengan, que no se dejen tragar, que resistan, mientras se prepara la avanzada final, que para triunfar tendrá que ser popular, como siempre lo ha demostrado la historia.

(*) Carlos Pereira das Neves es escritor, columnista y co-Director de Mate Amargo. Coordinador del Colectivo Histórico “Las Chirusas” y miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)

(**) Prof. Adán Iglesias Toledo, dibujante grafico cubano, director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero, posee más de 40 premios otorgados por su país y el extranjero.

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