La trata de personas como forma de explotación absoluta de Fuerza de Trabajo

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Por Colectivo Mate Amargo (*)

 

La trata de personas como una forma vieja y nueva de Capital

Lo que tiene de novedoso este formato de enriquecimiento en el Modo de Producción Capitalista en su dimensión actual. Recordemos que el desarrollo capitalista incluso, se levantó contra formas coloniales o pos coloniales que se basaban en la explotación de la fuerza de trabajo esclava. No era lo común para esta forma de explotación basada en el trabajo asalariado fundamentalmente. Pero lo nuevo es la dimensión que está tomando en estos tiempos y el papel que va tomando junto al narco capital o como parte del mismo en la acelerada y creciente acumulación de riquezas.

Si desde la Economía Política no comenzamos a atender estos temas, o sea, entendiéndolos también como una forma de obtención y redistribución de plusvalía mundialmente producida, estaremos quedando atrás sin entender las nuevas (viejas) formas corruptas de capital que aparecen y se reproducen brutalmente en tiempos de crisis.

¿Es este un momento de crisis? Todo cambio de época lo ha sido. Lo venimos planteando en múltiples artículos. Se trata del ocaso del Imperialismo Yanqui, de la caída del mundo unipolar, de tiempos en que los ciclos de las crisis se suceden con mayor rapidez, son cada vez más cortos. Son tiempos a la vez de avance de la pobreza y la emigración. La violencia está a la orden del día, el fascismo y sus expresiones avanzan.

 

La pobreza a nivel mundial

En el mundo y la región, el nuevo siglo y hasta el 2020 trajo una disminución de la pobreza extrema. A partir de allí, crisis económica agudizada por la pandemia mediante, no dejó de crecer. Para el 2022 entre 75 y 90 millones de personas MÁS comenzaron a vivir en la pobreza. En total más de 700 millones y creciendo.

La inseguridad alimentaria se estima que afectará a más de 240 millones de personas hasta 2027. Un 22% más de mujeres que de hombres. Los Desplazados por conflictos bélicos sumaron 103 millones de personas para el 2022.

En esta situación mucho más agravada al día de hoy, la trata de personas encuentra campo fértil para su expansión honerosa.

La Trata de Personas

De acuerdo a la definición de Naciones Unidas, concepto que encontramos más o menos similar en distintas partes, la trata de personas podría definirse como:

“La trata de personas significa el reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad o de dar o recibir pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que tiene control sobre otra persona, con fines de explotación.

La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución de otros u otras formas de explotación sexual, trabajo o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos humanos.”

Profundizando el concepto, encontramos los conceptos de «esclavitud moderna» y «esclavitud contemporánea» que aún no tienen una definición acordada internacionalmente.  Pero son víctimas de ello, según la OIT más de 50 millones de personas. Entre 2010 y 2016 se duplicaron. Son sometidas a la trata dentro de la misma región o subregión (45%), mientras que solo una de cada diez víctimas fue sometida a la trata transregionalmente.

La trata Incluye migrantes irregulares que han abandonado sus países de origen en busca de una vida mejor, que viajan sin los documentos de viaje e identificación, visas o permisos de trabajo apropiados y pueden no hablar el idioma del país anfitrión, que son factores que puede aumentar su riesgo de explotación. Muchos huyen de la pobreza, la guerra y los conflictos armados, la opresión política, los desastres naturales o la mala educación y la falta de oportunidades de empleo. Las mujeres representan la mayoría de las víctimas detectadas a nivel mundial.

En cuanto a los tratantes pueden identificarse primero, aquellos que son miembros de redes criminales sofisticadas (comúnmente involucrados en otros delitos graves, como el tráfico de drogas, armas y otros productos ilícitos, el patrocinio del terrorismo y los conflictos, y el soborno y la corrupción de los funcionarios del Estado.), criminales locales poco sofisticados que operan en forma aislada de los grupos de delincuencia organizada.

 

Uruguay

Uruguay es identificado desde hace años como país de origen, tránsito y destino de la trata de personas, pero en la sociedad todavía no es reconocido como un problema público, complejo, que ocurre y no sólo entre fronteras de países sino también entre departamentos y barrios. La trata de personas es un problema instalado en Uruguay, con evidencia desde la época colonial. Existen rutas identificadas de trata sexual que operan en el país de forma continua desde hace más de treinta años. Sin embargo, el reconocimiento de la trata de personas como problema público es débil aún, y a pesar del trabajo que se ha desarrollado en Inmujeres, especialmente en los gobiernos frenteamplistas con los renovados protocolos de actuación y la atención especial a estos casos.

 

De acuerdo a un trabajo, “Dueños de Personas, personas con dueño” (coordinadoras Cristina Prego Tramuja y Natalia Guidobono Genisans),  sus Características serían:

  • Los Tratantes explotan a víctimas nacionales y extranjeras en Uruguay y a víctimas uruguayas en el exterior.
  • Mujeres y niñas uruguayas (y, en menor grado, adultos transgénero y varones jóvenes) son sometidas a trata con fines de explotación sexual dentro del país
  • Los tratantes obligan a mujeres y personas LGBTQI+ uruguayas a practicar actos sexuales comerciales en Argentina, Brasil, Italia y España.
  • Los tratantes someten a mujeres provenientes de Cuba, República Dominicana, Haití y, en menor medida, de otros países sudamericanos, a trata con fines de explotación sexual en Uruguay.
  • Muchas víctimas de trata son mujeres sudamericanas afrodescendientes. Trabajadores extranjeros, especialmente provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, República Dominicana y Paraguay, son sometidos a trabajo forzoso en la construcción, servicio doméstico, servicios de limpieza, cuidado de personas mayores, tiendas mayoristas, industrias textiles, agricultura, pesca y procesamiento de madera.
  • Los Tratantes someten a inmigrantes a trata con fines de explotación sexual y laboral en ciudades cercanas a la frontera seca de Uruguay

De la totalidad de personas atendidas en el Servicio de atención a víctimas de trata sexual: el 70% son menores de 35 años, el 83% de las víctimas fueron explotadas en suelo uruguayo y el 79% de las víctimas de trata sexual son extranjeras (89% son latinoamericanas, 8% asiática, 2% africanas) El 71% ingresa de forma regular, el 83% tiene al menos de 1 a 3 hijos. De la totalidad de mujeres con hijos/as, solo el 43% tiene hijos a su cargo mientras que el 57% no los tiene a cargo, muchos de ellos quedan en los países de origen de las víctimas, a cargo de otros familiares. Se identifican muchas adolescentes, especialmente mujeres que “desaparecen” (y luego aparecen) reiteradas veces por tiempos limitados y en ese lapso son explotadas sexualmente. Se ha podido verificar que la trata de personas se desarrolla en espacios fronterizos, donde no es posible establecer límites claros, que impide ver la trata con claridad y hace difícil identificarla.

Se verifican casos de trata laboral en el sector doméstico, en la construcción, en el sector agropecuario y en menor medida, en la pesca.
La invisibilización de la trata laboral en el país, hace que, cuando se percibe, se lo aborde como un conflicto laboral, con lo que se diluye el delito de lesa humanidad. Ejemplo de ello son los trabajadores (turcos y serbios) de Montes del Plata cuya denuncia se procesó en el año 2013, las denuncias de maltratos y agresiones contra peones rurales, de trabajadoras domésticas bolivianas y peruanas que trabajaban de forma irregular en casas particulares, de pescadores africanos (2014), de trabajadores forestales, etc.

 

Concluyendo

Desde la Economía Política podemos identificar a estos formatos como formas de explotación de trabajo ajeno. No son nuevas, pero adquieren dimensiones nuevas por su tamaño y densidad.

Este crecimiento exponencial del narco capital y la trata de personas son obra de la globalización y el desarrollo capitalista que busca y encuentra renovadas formas de acumulación de la riqueza, y en este caso a través de una mercancía comercializable: las personas, ya sea como fuerza de trabajo en cualquier sector de la producción y los servicios o específicamente en la explotación sexual. En definitiva, compra venta de un servicio, parte de un mercado.

Se mueven allí gigantescas y cada vez mayores fortunas que se valorizan con el trabajo de estas personas y los propios juegos del mercado que rentabilizan estas formas de ganancia jugando al máximo con los riesgos categoría que justifica la explotación en términos generales.

En momentos de crisis, pululan por diferentes motivos tanto victimas como victimarios. Son formas de explotación con marcadas rutas internacionales, que hacen suyo a instituciones, presionan, amenazan o negocian y hasta obligan a gobiernos y gobernantes. Son formas extremadamente perversas de Capital.

 

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.

 

 

 

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