“…Vuelven las heridas que no sanan
De los hombres y mujeres
Que no te dejaremos ir…
…Hombre, los agradecidos te acompañan
Cómo anhelaremos tus hazañas
Ni la muerte cree que se apoderó de ti
Hombre, aprendimos a saberte eterno
Así como olofi, jesucristo
No hay un solo altar sin una luz por ti…”
(Fragmentos “Cabalgando Con Fidel” de Raúl Torres)
Por Colectivo Mate Amargo (*)
Dibujo de Portada, Adán Iglesias Toledo (**)
Estando en Cuba, Mate Amargo preguntó, ¿Para ti quién es Fidel?, y varias cubanas y cubanos respondían con el dolor de la historia viva, ese que solo los pueblos conocen.
Alexis dice que era un hombre muy bueno y la verdad es que lo sintió mucho cuando murió. Para Marilys era como un padre, “cuídense ustedes”, les dijo una vez cuando se acercaron muchos jóvenes a él con aquel ruego común de “cuídese comandante”, es que para Fidel eran ellos la continuidad del proceso. Marilys recuerda sus manos.
Para Julieta es el estadista más grande. Ella dice que impulsó muchísimo a la juventud y recuerda aquello de la Batallas de ideas de Martí en la práctica Revolucionaria de Fidel. Lo recuerda como un tipo con una capacidad muy grande, un gran poder de decisión y la valentía a flor de piel. No lloró en aquel momento, tal vez los años de lucha acompañándolo, la hicieron dura para llorar, pero si recuerda la larga cola en la plaza, la solemnidad y el dolor de un pueblo aquellos días de noviembre del 2016 que rodearon su despedida.
“Con Fidel yo boté el palo y la escoba”, contaba una ex empleada doméstica transformada en maestra popular y con sus dos hijas universitarias (las primeras de la familia).
Para Mirna, Fidel ES el líder indiscutible – dicho en presente – de la Revolución cubana y lo será por muchos años. Ella si lloró cuando él murió.
Por ahí andan diciendo que lo vieron en Haití hablando con un niño, ¿Será parte de lo real maravilloso que descubriera el escritor cubano Alejo Carpentier, o será no más, o será…? Al mismo tiempo, David (un niño cubano de 13 años) dice que Fidel hizo cosas buenas y malas, que a él no le convence eso de repartir toda la tierra, pero que hizo cosas muy buenas como la campaña de alfabetización que enseñó a leer y a escribir a todo el mundo. Otro joven, Amet de unos 20 años, nos dice lo mismo y se basa en las urbanizaciones necesarias pero realizadas sin planificación mayor como Alamar (un barrio habanero), pagándose hoy la consecuencia de las lejanías ante un transporte que mengua por la falta de combustible.
Otra ventiañera, Belsis, dice que Fidel es la inspiración más grande, que en su casa una foto suya adorna la pared como si fuera un familiar, comenta que ella nunca lo vio pero que está muy presente. De niña escuchaba sus reflexiones y los comentarios que la gente hacía sobre ellos, era como su abuelo. Cuando Mijail Lopez el luchador cubano obtuvo su quinta medalla olímpica, ahí estaba Fidel, todos sus esfuerzos en el desarrollo del Deporte, la Cultura.
Roberto comenta que Fidel fue el que le quitó la desesperanza a Cuba. ¿Errores? Si, nos decía que tal vez tuvo que haber desarrollado más la base productiva, la capacidad de transformación o industrialización, que no alcanzó con el desarrollo agrícola. Para Roberto, Fidel es el padre de muchísimos cubanos, estaba donde hacía falta dice: con la gente siempre, desarrolló universidades, teatros, cultura. Nos cuenta que incluso hoy la gente tiene una expresión: “con Fidel esto no pasaba”. “Yo sí lloré cuando murió, pero donde quiera que tu vayas en Cuba, tu vez a Fidel” y nos puso como ejemplo las casas de los trabajadores/as de la Ciénaga de Zapata, las carreteras, las escuelas … “ahí está Fidel” dijo.
“Fidel es la imagen de mi pueblo, de la esperanza, de la posibilidad de construir futuro”, nos dice Maribel y cuenta que lloró mucho cuando él murió, pero que cada día de su vida cree en aquello de “yo soy Fidel”, porque Fidel es el legado. Que se sienten un poco huérfanos a veces, agregó.
Adán, el dibujante cubano conocido por nuestros lectores por las múltiples publicaciones de su obra en nuestro medio, autor de esta portada, le dijo a una compañera aquel mismo día “me siento, no sé, mal” y su voz era apagada. Él fue parte del abrazo de Mate Amargo a la distancia. Y ante la pregunta que le hicimos Adán responde “¿Fidel?, un loco. Tiene que estar loco para hacer lo que hizo, es que lo que hizo nos salvó a todos nosotros”, y nos confiesa que era un “tipo que no le tenía miedo a nada” que rompía él mismo con la burocracia y que puso a Cuba a nivel planetario. “Lo pude ver muchas veces, era un tipo impresionante”, dice que siempre daba el ejemplo y recuerda cuando dejó de fumar por la salud de la gente. Piensa que había y hay mucha gente en Cuba más fidelista que revolucionaria, y eso no fue ni es bueno. Nos cuenta la habilidad que tenía para cambiar rutas y caminos, consciente de haber sido el presidente que sufrió más atentados contra su vida (630 comprobados). Adán lloró mucho por su muerte. Se enteró por internet y llamó a un amigo que obviamente no le creyó, es que no era posible que Fidel…. Pero esta vez, Adán no bromeaba, no, solo lloraba como sucede en estos casos, por todos y todas las que no estaban.
El historiador de la Habana, Eusebio Leal decía de Fidel que tenía “siempre una visión muy optimista, una visión de búsqueda del resultado y una visión que alcanza el tiempo futuro”.
Miguel Barnet, poeta y escritor cubano, lo describe:
Poema Fidel
Es cierto que los poetas
atrapan instantes de la vida
y los fijan en la historia
Generalmente el pasado
vago y nostálgico
O el presente inmediato con sus fuegos sutiles
y sus reverberaciones
Pero qué difícil atrapar el futuro
y colocarlo para siempre
en la vida de todos los poetas,
de todos los hombres
Empujando un país.
Yo soy el que anda por ahí
empujando un país
No es una fantasía, es cierto,
me he pasado la vida empujando
un país
Con grandes piedras del camino
y mis zapatos gigantes
he ido poco a poco empujando un
país
Contra los grandes vientos
y la noche que chirría en sus
goznes,
contra la falta de oxígeno
y los malos presagios
he hecho lo indecible por empujar
un país
Pero hay muchas otras cosas que
hacer
como amar en lo oscuro,
sin paredes por cierto,
o desgranar el arroz cotidiano
con sabor a coleópteros,
o limarse las uñas frente a un
espejo de azogue,
o jugar a la pelota
con los niños estrábicos del barrio
Así que perdonen si no escucho
las quejas de mis contemporáneos
Yo no puedo hacer otra cosa
que seguir empujando un país.
Atilio Borón manifestó en estos días que Fidel le dijo a la muerte “ven y búscame” aquel 25 de noviembre de 2016, pues quería irse como se fue tantos años atrás en el Yate Granma con esa demostración de coraje que no abunda hoy en la escena internacional. La muerte no se lo llevó, él la mandó buscar.
Héctor Tajam, el compañero uruguayo de todos nosotros, conoció a Fidel por el liderazgo de la Revolución Cubana y su relación con el Che tan cercano para nosotros, los tupamaros. “Ahí siempre estaba Fidel”. Lo valoró mucho cuando tuvo esa visión para América Latina de promover a Chávez, porque Fidel vio lo que iba a pasar después. Fidel era para aquellos jóvenes y en palabras de Tajam, la Revolución Cubana que llegaba a ellos de distinta forma, era esa Revolución solidaria con todos los movimientos de liberación, o con todos aquellos que querían salir adelante con Educación, Salud. No sabe si le impactó mucho el momento mismo de su muerte, pero lo que si le impacta todavía hoy es su ausencia.
Bien vale resumir aquí todo lo antes dicho en palabras de Eduardo Galeano en el Libro «Espejos: una Historia Universal», en aquel escrito suyo que lleva por título “Fidel”:
“Sus enemigos dicen que fue rey sin corona y que confundía la unidad con la unanimidad.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que si Napoleón hubiera tenido un diario como el «Granma», ningún francés se habría enterado del desastre de Waterloo.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que ejerció el poder hablando mucho y escuchando poco, porque estaba más acostumbrado a los ecos que a las voces.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Pero sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a seiscientos treinta y siete atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a diez presidentes de los Estados Unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor.
Y sus enemigos no dicen que Cuba es un raro país que no compite en la Copa Mundial del Felpudo.
Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen que en gran medida el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose más alto y más ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse.
Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta.
Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla”.
Desde Mate Amargo, y parafraseando a la Ilíada, nos corresponde pedir que, si alguna vez cuentan nuestra historia que digan que caminamos con gigantes, los hombres vienen y van como el trigo en el invierno, pero estos nombres jamás morirán… Que digan que vivimos en los tiempos de Sendic; que digan que vivimos en los tiempos de Fidel …
(*) Colectivo Mate Amargo es un colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación popular y alternativo.
(**) Profesor Adán Iglesias Toledo, Dibujante Gráfico Cubano, Caricaturista Editorial y Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC, la UPEC y la REDH (Capitulo Cuba). Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero. Autor de varios logotipos, y campañas publicitarias, posee en su haber múltiples exposiciones individuales y colectivas, talleres e intervenciones nacionales e internacionales y ha sido premiado por más de 40 veces en su país y otros países.
