Poesía Necesaria

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Por Néstor Luzardo (*)

Portada, Marina Cultelli, tinta china (**)

Si el adiós supone tener que soportar un

abrazo

estoy dispuesto a las compresas frías

eso dice la algarabía

de un saludo

dicen que Ernesto casi lo levanta en peso

ah, si yo supiera de Angola

él tenía ese pensamiento

solapado

en los dos ojos abiertos

de cristo

Camilo, dónde estás

será que te fuiste

será que Santa Clara

que a mí

no suponía tanta voraz

exposición de tu cuerpo

sin novedad

del propio

cuerpo de cubano

me supo entender

que eras

lo que no está

Ayy juna

a la gran siete

el que me mató el hambre

de la leche condensada

en mi mochila

ahí comprendí

que el hombre

no supone

posturas

vos

Camilo

che Camilo

eras

la síntesis

el mediador

el único

interlocutor

de nuestro jefe

y lo que yo

no exponía

así se hizo

la revolución

así

entre los sobrevivientes

del Granma

Márquez

el segundo jefe

de la expedición loca

la que estaba fuera de todos

los análisis

subjetivos y objetivos

después el Vaquerito

un atroz despreciable

de la vida

con un tiro

en el frontal

se murió

el tiempo

Cuba

cómo no tenerte en mi vida

que sería

sin tus imperfecciones

II-

Dónde está la muerte

Esa que sabemos todos, vestidita de tul

Mejor dicho, la que sabemos todos

La que nos pinta después del maquillaje

Un féretro velatorio

Angustia sabida

Las esperadas en un hospital

Las crónicas enfermedades

que ilustran el aliento

Quiero decir

esas que ilustran un llanto equidistante al cementerio

Esas muertes que dejen un sabor a poco

esas que deberían acompasar el vuelo de todas las aves

Mejor dicho, esas que no supimos salvar.

Mis muertes van a otros países, inauditos instrumentos convertidos en occidentales

Llegan con muertes insalvables de toda imagen

Cuerpos masacrados

en torrenciales anuncios

las que se diluyen, sin más

 palabras incrustadas en un cerebro programado

Las muertes derrotadas

las muertes cubiertas por miles de cementos

Hay otras muertes

de antaño

las que supieron triunfar

esas que mostraron la victoria de las selvas cubiertas de insecticidas

las malformaciones del hoy de los cuerpos nacidos de túneles

El techo de la embajada de los EEUU, en Saigón?

Un helicóptero

una libélula que no supo de Metamorfosis

Hoy el silencio no puede ser el ayer

Sé que debo convertir al veneno en remedio

en una equidistante compresa en diáspora

Apruebo al calcio comprimido en balas silenciosas

quizás una esquirla en el medio de un frontal

Silencio, debí ocultar mi vorágine

una canción

un arpegio

Salvemos a los ilustrados vencidos de esa fría disolución

No de monasterios

Un bastardo gemelo historial

se repite

Mariposas de capullos industrializados

La prenda que abriga

señala una mudanza

La iglesia del fuego fugaz

en el 67

en el San Pedro del Durazno

se le ocurrió parir a un cristo de manos al cuerpo

Dicen, según dicen las malas lenguas, cuando la gente se distrae

sale a conspirar

cabello largo

cara de Ernesto

un pájaro disecado

en las alas del viento

(*) Néstor Luzardo, médico uruguayo graduado en Cuba.

(**) Marina Cultelli: Es una de las artistas uruguayas contemporáneas más versátiles, integrante de la RedH y de su colectivo feminista Libertadoras. Es Licenciada en Artes Escénicas, Magíster y fue Profesora en la Facultad de Artes (UDELAR), donde integró órganos directivos además de dictar cursos en otras universidades latinoamericanas. Recibió premios nacionales e internacionales. Fue asesora en Educación y Arte. Desarrolló trayectoria teatral y es autora de varias publicaciones individuales y colectivas. Realizó exposiciones de pintura y performances.

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