Gobernador bolsonarista y más de 130 muertes en Río de Janeiro

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Por Gabriela Cultelli (*)

Gravísima situación en Brasil ante más de 130 muertes ocasionadas por un asalto a dos favelas (barrios pobres) por parte de la policía militar y civil que responde a la gobernatura del estado de Río de Janeiro, no al gobierno nacional. Al mismo tiempo, el presidente Lula regresó de un viaje por Asia y, ante la situación acaecida, se mostró sorprendido por una operación de tal naturaleza, sin siquiera el conocimiento federal, además de manifestarse horrorizado ante el saldo de muertes, según expresó su ministro de justicia, luego de una reunión mantenida con él, el vicepresidente y otros ministros.

Entre los 132 fallecidos se cuentan 4 de la policía federal, y sobre el resto, aún sin identificar, pudo haber habido ejecuciones extrajudiciales según el canal argentino C5N, y la denuncia de vecinos del lugar. Lo cierto es que 72 cadáveres fueron recogidos por vecinos de la zona y llevados a una plaza (Plaza Sao Lucas) que luego fueron trasladados a la morgue en una siniestra escena sin antecedentes, aunque el Gobierno del Estado solo reconoce 64. La abogada Mariana Rodríguez manifestó que podría haber más cadáveres.

“La gran mayoría son jóvenes negros. Salen a la luz relatos de tiros en el rostro y cuerpos que aparecieron atados. Para el gobernador de Río, Claudio Castro, el operativo fue un «éxito», denunció el corresponsal de teleSUR Nacho Lemus” (TeleSur 29/10/2025).

Sin mayor clarificación de los hechos, al cierre de esta edición podría ser de interés para el análisis mencionar que el hijo de Bolsonaro, el senador Flavio Bolsonaro, unos días antes (23/10) sugirió que EEUU bombardee embarcaciones en Río de Janeiro, como lo ha hecho en el Caribe y en el Pacífico “¡Qué envidia! He oído que hay barcos como este de aquí de Río de Janeiro, en la Bahía de Guanabara, inundando Brasil de droga. ¿No les gustaría pasar unos meses aquí ayudándonos a combatir a estas organizaciones terroristas?”, dijo el senador ultraderechista en su cuenta X.

En rueda de prensa el gobernador del estado de Río de Janeiro, el ultraderechista Cláudio Castro, y otras autoridades estatales informaron que en el transcurso del operativo para desarticular a la organización narco conocida como “Comando Vermelho”, los enfrentamientos se intensificaron y los supuestos criminales utilizaron barricadas incendiarias para bloquear las vías y hasta drones con explosivos contra los agentes, al tiempo que el gobernador dijo estar solo en el combate al crimen organizado y que «debería haber existido una mayor integración con las fuerzas federales», a lo que el ministro de defensa, Ricardo Lewandowski, respondió que el Ejecutivo central no recibió ningún pedido para esta operación y que «la seguridad es responsabilidad de los gobernadores». O sea, en Brasil y de acuerdo a la autonomía que rige para los Estados, el gobierno central solo puede intervenir a solicitud del Estado en cuestión, solicitud que jamás se produjo. De hecho, el objetivo declarado por la policía civil era detener a los cabecillas del Comando Vermelho y frenar la expansión territorial de la banda. El operativo movilizó más de 2.500 agentes de la policía civil y militar del estado de Río de Janeiro (repetimos, no federal), el martes en la madrugada en las favelas Alemão y Penha, ubicadas en uno de los sectores más pobres y violentos de Río, en la zona norte de la ciudad. Es bueno recordar también, que según diversas constataciones públicas los grandes jefes del narcotráfico no suelen vivir en los barrios pobres (Favelas).

Esta masacre es presentada por varios medios de prensa como la mayor de la historia. Y Alfredo Rada, un colaborador de Mate Amargo, escribe en contrapunto (29/10):

“El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Bomfim de Castro, un abogado militante del bolsonarista “Partido Liberal”, ordenó un operativo de seguridad, que terminó convirtiéndose en la más violenta acción policial en la historia de la ciudad carioca.

… llamó la atención de los activistas de derechos humanos, que la mayor parte de las víctimas eran civiles desarmados.

Los vecinos recuperaron muchos de los cuerpos y los mostraron en la Plaza Sao Lucas, denunciando una masacre ya que “hay personas ejecutadas con un tiro en la nuca o en la espalda”. El ministro de Justicia de Brasil, Ricardo Lewandowski, condenó la fuerza bruta de la operación, expresando condolencias tanto por los inocentes como por los policías muertos”. 

La ONU condenó el operativo y solicitó una investigación exhaustiva de los hechos.

El terror habita en las favelas y esta historia parece que no termina. Es más, recién comenzarán las indagaciones, sobre las que invitamos a nuestros lectores a estar atentos. Repercusiones que tendremos además en la sociedad toda del vecino país dividido entre apoyos y condenas, ante este hecho que puede observarse, por demás, desestabilizador.

 

(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co-directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)

Foto, tomada de TeleSur

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