Silvio y el canto siempre joven

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Por Colectivo Mate Amargo (*)

Fotos Marisa Adano (**)

Quienes fueron a ver a Silvio por nostalgia, se equivocaron. Silvio es el canto nuevo de una época que viene de atrás y salta al mañana. No hay nostalgia, es canto nuevo. Quienes fuimos a ver a Silvio encontramos los nuevos tiempos, las nuevas batallas, identificamos la silla en que no queremos sentarnos y que unas/os cuantos (“pocos pero bien montaos” como decía la canción) no nos sentaremos nunca. “El que tenga una canción tendrá tormenta/ El que tenga compañía, soledad/ El que siga buen camino tendrá sillas/ Peligrosas que lo inviten a parar/ Pero vale la canción buena tormenta/ Y la compañía vale soledad/ Siempre vale la agonía de la prisa/ Aunque se llene de sillas la verdad”.

Vivimos en esas horas tantas luchas del hoy, la conflictividad de los sentidos, esta batalla de ideas que revivieron a Fidel con “El elegido”.

Estuvo acompañado de excepcionales músicos. El octeto acústico lo componían  dos guitarras (Rachid López y Maikel Elizarde, del trío Trovarroco), el piano (Jorge Aragón), el contrabajo (Jorge Reyes), en la batería (Oliver Valdés), vibráfono (Emilio Vega), la gran flautista, clarinetista y arreglista Niurka González, completado con la voz de Malva Rodríguez, también una gran pianista.

No era nostalgia, era presencia y en su voz estaban Vicente Feliu, Noel Nicola y Pablo Milanes, “compañeros de historia”, como Mario Benedetti, Alfredo Zitarrosa y Daniel Viglietti que el cantor revivió en su canto.

Y lo de más atrás se volvió nuevo y “La Era está pariendo un corazón” retomó significación y esperanzas ante el poema vivido de Luis Rogelio Nogueras (también cubano) y el genocidio contra el pueblo Palestino:

«Halt»… «Alto»

Recorro el camino que recorrieron cuatro millones de espectros.

Bajo mis botas, en la mustia, helada, tarde de otoño,

cruje dolorosamente la grava.

Es Auschwitz, la fábrica de horror

que la locura humana erigió a la gloria de la muerte,

es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de nuestra época.

Y ante los edificios desiertos,

ante las aceras electrificadas,

ante los galpones que guardan toneladas de cabellera humana

ante la herrumbrosa puerta del horno donde fueron incinerados padres e hijos,

amigos de amigos desconocidos,

esposas, hermanos,

niños que, en el último instante,

envejecieron millones de años.

Pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó,

pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión,

que estupefactos, desnudos, ateridos

cantaron la hatikvah en las cámaras de gas;

pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso camino

desde las colinas de Judea

hasta los campos de concentración del III Reich.

Pienso en ustedes

y no acierto a comprender

cómo olvidaron tan pronto

el vaho del infierno.

Al finalizar el concierto, que no fue despedida, “El necio” nos invitó a morir de otra manera, nos invitó a vivir de otra manera.

Gracias Silvio. Gracias Cuba. Gracias Revolución.

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación popular y alternativo. 

(**) Marisa Adano, fotógrafa uruguaya, colaboradora de Mate Amargo, es autora de múltiples publicaciones, miembro de la REDH y de su colectivo local LibertadorasAntifascistas.uy.

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