Se consolida un poderoso bloque euroasiático

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Por Alfredo Rada (*)

Hace unas semanas sucedieron dos acontecimientos que confirmaron que se está modificando la correlación de fuerzas entre las principales potencias mundiales. 

El primero de esos acontecimientos fue en Tianjin, una pujante ciudad-puerto del norte de China, que acogió a veinte jefes de Estado de los países de la región conocida como Eurasia. Llegaban allí para la reunión de máximo nivel de la “Organización para la Cooperación de Shanghai” (OCS), un bloque que representa casi a la mitad de la población mundial y que se ha convertido en un relevante contrapeso a las alianzas occidentales. 

La OCS se formó en 1996, en principio sólo para gestionar la seguridad fronteriza entre los países euroasiáticos, tras el fin de la guerra fría y la disolución de la Unión Soviética. En el momento fundacional sus miembros eran Rusia, China, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Después se sumaron Uzbekistán, India, Pakistán, Irán y Bielorrusia, completando los 10 países que actualmente son miembros plenos, además de 2 países observadores (Afganistán y Mongolia) y 14 países socios de diálogo, entre los que sobresalen Egipto, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. 

La OCS es ya el mayor bloque económico multinacional del mundo, superando a la Unión Europea. La rebasó durante la pandemia del año 2020, ya que después de esa crisis sanitaria global, el bloque de los 27 países europeos comenzó a caer en su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial, hasta quedar el año 2024, con el 17,6%. En tanto que los países de la OCS, el mismo año 2024 representaban el 23,5% del PIB mundial. Pero India -que es la cuarta economía nacional del mundo, pronta a superar a Alemania- en ese momento todavía estaba en situación no plenamente definida como miembro activo del bloque euroasiático. 

Tal ambivalencia cambió por completo este año, debido a las agresivas políticas arancelarias del gobierno de Estados Unidos. El presidente Donald Trump, con su torpe intento de chantaje al gobierno de India, presionándole con una subida de aranceles si es que no dejaba de comprar petróleo a Rusia, sólo consiguió que el primer ministro indio, Narendra Modi, se decidiera a viajar a China, donde en la reunión de la OCS se encontró con el presidente Xi Jinping, cuyo país rápidamente se está convirtiendo en el mayor socio económico y tecnológico de India. Allí también, Modi se reunió con Vladimir Putin, presidente de Rusia, su mayor proveedor de hidrocarburos.

Las imágenes de los tres presidentes, sonrientes y efusivos, dieron la vuelta al mundo convirtiéndose en una bofetada a la prepotencia de la Casa Blanca.            

Xi Jinping, bajo el impulso de su éxito diplomático al mostrar la unidad entre China, Rusia e India, planteó en la reunión su “Iniciativa de Gobernanza Global” en base a 5 principios: la igualdad soberana entre los países, el respeto al Estado de derecho internacional, el multilateralismo, la búsqueda de beneficios tangibles para la población y el enfoque de acciones concretas a nivel mundial. Por primera vez la potencia asiática asumió un rol de liderazgo estabilizador mundial, contrapuesto a la incertidumbre internacional que origina el actual gobierno de Estados Unidos. 

El segundo acontecimiento, no menos relevante, ocurrió también en China. La capital Beijing recibió hace dos semanas a 26 jefes de Estado que asistieron a un desfile militar, conmemorativo del 80 aniversario de la derrota del fascismo japonés en la segunda guerra mundial. En esta ocasión ya no estaba el premier indio Narendra Modi, muy interesado en consolidar alianzas económicas, pero que guarda sus distancias de otras iniciativas militares.

Sí estuvieron los mencionados Xi Jinping y Putin, a los que se sumaron Alekxandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, y Kim Jong-un, el denominado líder supremo de la República de Corea del Norte. China mostró en la Plaza Tiananmén, por primera vez, su formidable ejército y su tecnológicamente avanzado armamento. Se trató de la puesta en escena ideal para lo que el mandatario chino dijo en la ocasión: “Hoy, la humanidad se enfrenta a la disyuntiva de la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación, ganar-ganar o suma cero”. Es la expresión discursiva de que el poderoso bloque euroasiático, con China y Rusia a la cabeza, se está preparando mejor que nadie para cualquiera de ambos escenarios.

(*) Alfredo Rada, economista, asesor sindical, investigador, comunicador y docente boliviano con estudios en sociología. Fue viceministro y ministro. Es autor de varios libros y publicaciones.

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