Por Claudia Suárez (*)
Participamos del encuentro “Construyendo nuevos caminos Sur- Sur: economías solidarias en transformación», siendo parte del equipo organizador la Coordinadora de Economía Solidaria del Uruguay. El mismo transcurrió del 5 al 7 de setiembre en el Parque tecnológico del Cerro PTI y en el local de AUDA-Mercado de los artesanos. El evento buscó “intercambiar sobre qué más podemos hacer para avanzar en la construcción de las economías solidarias a nivel regional, a partir de experiencias desde los territorios” según su programa.
Contó con la presencia de representantes de distintas organizaciones: cooperativas, asociaciones civiles, comunidades, colectivos de trueque, empresas autogestionadas; espacios de segundo orden como las federaciones, la academia y representantes de la política pública a nivel nacional y departamental. Contó también con la presencia de personas que vienen estudiando y viviendo iniciativas de otras economías en países hermanos como ser: Gilberto Carvalho, Secretario Nacional de Economía Solidaria – SENAES, Ministerio del Trabajo y Empleo, Brasil; Heloisa Primavera, Coordinadora de la RedLASES – Red Latinoamericana de Socioeconomía Solidaria – Proyecto Colibrí, Argentina y Lucio Brusch, Fundación ZERI Brasil – Fundación Zero Emission Research Initiatives, Brasil.
Más allá que existen diferentes definiciones a nivel académico -y en las prácticas- de la economía solidaria, existe un acuerdo de que se trata de aquellos proyectos, formas de intercambio, formas de vida que ponen la vida de las personas, su entorno y la comunidad al centro, como prioridad, en contraposición a la economía centrada en la acumulación de capital. Basadas en la cooperación, la gobernanza democrática y la autonomía, en la solidaridad generacional que implica asegurarnos que dejamos a las siguientes generaciones un espacio donde la vida sea posible.

A continuación se compartirán algunas de las ideas que surgieron en el encuentro, que inició en el PTI conociendo lo que será el nuevo local de SOLYTEX: proyecto de revalorización textil, a través de la recolección, clasificación y re uso a partir de la intervención para darle una nueva vida a las prendas. Al visitar el futuro local las integrantes del colectivo plantean: “Cada necesidad que tenía Solytex, en este lugar es donde va a quedar cubierta. Tendremos un espacio para recibirnos, tener nuestra ronda de cómo estamos, cómo llegamos cada día a nuestra jornada laboral. Tendremos espacios amplios. Aquí la logística será funcional a nosotros, a lo que nosotros estamos necesitando para trabajar. El espacio de clasificación, muy amplio también, iluminado, también lo necesitábamos. El espacio para el stock de nuestros rubros y nuestros textiles va a ser un espacio mucho más grande, mucho mejor distribuido. Tendremos el espacio también para una mini tienda permanente acá en la planta, tendremos espacio del taller de intervenciones, con maquinaria, con mesas adecuadas.”, luego se resalta como el trabajo conjunto de la Intendencia de Montevideo, el Congreso de intendentes, Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) posibilitó dar este nuevo paso en el proyecto.
El encuentro inició con la pregunta orientadora de ¿qué más podemos hacer?
Helena Almirati, integrante de la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria (CNES – Uruguay) recuerda que una de las cosas que se impulsaron como conjunto fue la Ley N° 19848 de Economía social y solidaria, que fue votada en 2019. Recuerda la importancia de crear el Consejo Nacional de Economía Social y Solidaria, este consejo se encuentra delineado en la Ley pero no ha sido convocado hasta ahora. Comenta que se viene impulsando la creación de la Ley del Día del Consumo Responsable, proponiendo el 15 de marzo como fecha para conmemorarlo, “Sin duda para nosotros es cuidar el planeta, cuidarnos a nosotros mismos, pero también cuidar a quien elegimos cuando consumimos”, afirma a su vez la importancia que la reflexión sobre el consumo responsable esté a lo largo del proceso educativo. Aparece como idea el poder tener una gran superficie en clave de economía solidaria, con servicios cooperativos, espacios de venta, espacios de trueque. Se plantea también la realización de un Encuentro regional de monedas sociales, cabe aclarar que en Uruguay se las suele llamar herramientas de intercambio o trueque pero en el resto del mundo son denominadas monedas sociales.
Heloisa Primavera, Coordinadora de la RedLASES – Red Latinoamericana de Socioeconomía Solidaria – Proyecto Colibrí, Argentina, refiriéndose al uso de monedas sociales nos aconseja “recordar lo siguiente. ¿Quiénes son los que más usan monedas fuera del sistema del Estado y de los bancos? Las grandes empresas, dos minutos de televisión por 50 heladeras, son las grandes empresas que hacen trueque entre ellas y no pagan impuestos”.
Desde INACOOP se recuerda la necesidad de continuar trabajando para que las políticas públicas reconozcan las particularidades de las organizaciones de la economía social y solidaria, Juan Pablo Martí planteó “parafraseando a los zapatistas… Una política pública donde entren todas las instituciones”.
Por su parte Pablo Guerra presentó la Red Temática de Economía Social y Solidaria de la UDELAR, la presenta como “la confluencia de los distintos profesores y profesoras de la Universidad de la República que estudiamos, que enseñamos, que investigamos o hacemos extensión universitaria en el marco de la economía social y solidaria”, resalta la importancia de estudiar las “experiencias económicas que tratan de desligarse de las corrientes más hegemónicas, que tratan de ser respuestas a las múltiples crisis que vivimos en nuestros países: crisis sociales, crisis económicas, crisis energéticas, crisis ambientales, crisis educativas, crisis sanitarias. Y entonces para hacer frente a estas diversas crisis, no lamentarnos, sino generar respuestas, generar experiencias que sean alternativas. Y justamente desde las alternativas van surgiendo”.
Karem Farias, Directora de Políticas Sociales – Intendencia de Montevideo plantea la importancia de generar políticas que trasciendan los períodos de gobierno, y los peligros de iniciar todo nuevamente en cada nueva administración.
Gilberto Carvalho, Secretario Nacional de Economía Solidaria – SENAES, Ministerio del Trabajo y Empleo, Brasil, nos cuenta que en Brasil se generó un programa de estímulo a la agricultura familiar en el gobierno de Lula, se llamaba Programa de Adquisición de Alimentos, que compraba directamente a las cooperativas de campesinos el alimento para los hospitales, la red pública, todo el gobierno ofrecía esta alimentación, en el gobierno de Bolsonaro esta política se perdió. Plantea “No se considera la economía solidaria como una alternativa real, efectiva, como un camino, una perspectiva de transformación social de una sociedad. Estamos en esta lucha. Y hay una posibilidad de transformación. Un nuevo modelo de producir, una nueva relación con el planeta, una nueva forma de comercializar, una nueva forma de consumir. El consumo responsable, es una filosofía de vida, es una batalla necesaria”
Ricardo Aguiar, de la red de Huerta Comunitaria de Uruguay, nos recuerda que “No nos podemos separar del mundo y ese mundo tenemos que cuidarlo porque es el único lugar que actualmente tenemos para vivir.”
Por su parte, Camilo Alvarez, Gerente de Promoción Sociolaboral MIDES – Ministerio del Desarrollo Social del Uruguay, tomando las enseñanzas de Paulo Freire reflexiona “el movimiento de la economía solidaria y de la economía popular tiene mucho de generar espacio para la construcción de conocimiento nuevo. Y creo que es un valor fundamental, porque en definitiva considerarse como un movimiento y estar en búsqueda de la posibilidad de construir conocimiento nuevo le da un elemento que tiene que ver con la esperanza, la esperanza no como espera, sino como el lugar de construcción de eso que también, siguiendo Paulo Freire, es el inédito viable. Aquello que todavía no fue, pero es posible que sea”. Plantea que la economía solidaria y social nos obliga a cambios en nosotros mismos “como pasa en una familia, debería pasar en un país. Que las diversiones del hermano mayor no dejen sin la comida del hermano menor. Y creo que ahí hay una batalla también sustantiva que tenemos de esta opción de la economía más solidaria y popular. Hay una batalla que tiene que ver con la lógica de no acumulación, pero no solamente la no acumulación del capital, la no acumulación del conocimiento, la no acumulación del poder. Y ahí de nuevo implica prácticas nuestras, implica definiciones nuestras cotidianas, de nuestras opciones cotidianas. De nuestras opciones en términos a cómo queremos hoy, en este sistema, construir algo que lo pueda trascender…el elemento central del movimiento de la economía solidaria, de la economía popular, tiene que ver con que no hay espacio para los cracks. Porque en definitiva en este tipo de movimientos los cracks son siempre colectivos”.
El encuentro, que duró tres días, siendo el local de AUDA Mercado de los Artesanos su anfitrión el tercer día, quedó con el desafío planteado de: ¿cómo continuar?, ¿cómo lograr una mayor intercooperación entre los proyectos?, ¿cómo lograr generar un proceso de reflexión que permita plantear al gobierno cuáles son los cambios necesarios en las políticas públicas?
(*) Claudia Suárez Delgado, licenciada en Psicología especialista en Gestión Cultural en UDELAR, integrante de la Red de intelectuales y artistas en defensa de la humanidad (REDH), ceramista.
Fotografía tomada del afiche de difusión.