Cuadernos para la reflexión política (*)
Telesur, foto de portada
Venezuela se enfrenta en 2025 a una escalada sin precedentes de amenazas multidimensionales orquestadas desde EEUU, que configuran un cerco geopolítico integral, destinado a minar nuestra soberanía nacional y controlar los vastos recursos energéticos y minerales estratégicos. Esta ofensiva imperial se articula a través de múltiples vectores de presión que van desde la militarización del Caribe hasta operaciones de mercenarios privados en países limítrofes.
La Guerra Híbrida: Matriz Multidimensional de Agresión
El actual esquema de agresión contra Venezuela conforma lo que el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, ha caracterizado como «guerra híbrida «, donde se combinan factores externos con opositores extremistas locales y grupos criminales para desestabilizar el país. Esta matriz incluye:

La Invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros: Terrorismo de Estado Jurídico
La administración Trump desempolvó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una normativa concebida para contextos de guerra declarada, aplicándola unilateralmente contra ciudadanos venezolanos. La aplicación de esta legislación fue la primera vez en la historia de EEUU en ser invocada fuera del contexto de una guerra declarada, lo cual marcó el inicio del camino de una peligrosa escalada por parte Washington contra Venezuela en 2025.
Trump construyó toda una narrativa que presentaba a la extinta banda criminal Tren de Aragua como una amenaza a la seguridad nacional de los EEUU, y bajo esa justificación invocó una ley arcaica que encubre el verdadero objetivo: crear un precedente jurídico para la persecución sistemática de venezolanos y la construcción de un marco legal excepcional que permitió perseguir, deportar y secuestrar migrantes ignorando y violentando todos sus derechos humanos y los tratados y convenios internacionales.
Los venezolanos secuestrados bajo esta ley fueron trasladados a la mega cárcel del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, donde, según funcionarios estadounidenses, deberían permanecer » el resto de sus vidas «. Gracias a las gestiones del presidente Nicolás Maduro fueron liberados los venezolanos y retornaron a su Patria, en una importante victoria contra esta actuación imperial.
La Militarización del Caribe: Operación de Cerco Naval
En una acción militar inusual el presidente Donald Trump ordenó el despliegue militar de EEUU en el Caribe Sur, bajo la justificación oficial de combatir al narcotráfico, la falta de un objetivo real más allá de la lucha contra supuestos carteles de droga, y la ausencia de información oficial sugieren roles encubiertos, con fines injerencistas, con una agenda oculta y objetivos estratégicos diferentes.

Entonces surge la interrogante sobre ¿qué otros objetivos esconden detrás del despliegue de tropas sin precedente con información parcial, fragmentada y manipulada por parte de EEUU? La estrategia del imperialismo es clara: utilizar de excusa el narcotráfico para justificar una intervención militar. En el reciente pronunciamiento del ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, sobre las acciones militares de Estados Unidos en la región del Caribe, pone en duda la verdadera motivación detrás de su presencia, al señalar que la mayor parte de la droga hacia EEUU proviene del Océano Pacífico, sugiere entonces que el despliegue estadounidense responde a intereses geopolíticos dirigidos específicamente contra Venezuela.
Ahora bien, analizando más a fondo sobre este inusual despliegue de tropas, puede estar relacionadas con los movimientos que hace la empresa petrolera ExxonMobil en Guyana en el bloque Stabroek, en aguas que históricamente le pertenecen a Venezuela, esto sugiere que la operación en el Caribe no sería sino una distracción diseñada para ocultar operaciones encubiertas en la región, con potenciales riesgos para la seguridad territorial venezolana, en particular en la frontera sur y la cuenca del Orinoco, siendo la máxima alerta que estas maniobras permitirían a fuerzas extranjeras establecer posiciones estratégicas que podrían tomar militarmente zonas claves de Venezuela.
La Respuesta de Venezuela – Una Nueva Gesta Patriótica
Ante esta escalada multidimensional, el gobierno venezolano ha implementado los Cuadrantes de Paz, activando más de 5.300 cuadrantes en todo el territorio nacional. Esta estrategia busca fortalecer la » unión perfecta popular-militar – policial» , mediante la articulación de comunidades organizadas, cuerpos policiales y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). La meta de convertir cada uno de los 5.336 circuitos comunales en cuadrantes de paz equipados con tecnología y capacidad de respuesta representa una militarización defensiva del territorio.
Como lo expresó Bolívar “Cuando el clarín de la patria llama, hasta el llanto de la madre calla”. El presidente Nicolás Maduro ha convocado a los 4.5 millones de milicianos en todo el país a permanecer activos y alertas ante las amenazas del imperio norteamericano, además de que todos aquellos patriotas, una vez como en la gesta independentista, se enlisten como fuerza combatiente.
(Pescadores en Defensa de la Patria participan en la jornada de alistamiento en Maracaibo, estado Zulia. Foto: teleSUR.)
La Zona de Paz Latinoamericana Bajo Amenaza – Riesgo de Escalada Continental
Las acciones estadounidenses vulneran directamente la Zona de Paz declarada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que proclama el compromiso regional con la resolución pacífica de controversias y el rechazo a la militarización como instrumento de política exterior. La militarización del Caribe y las amenazas de uso de fuerza contra Venezuela son una violación flagrante de los principios de no intervención y autodeterminación consagrados en el derecho internacional y los tratados interamericanos.
Venezuela en Defensa de la Soberanía y la Paz
La situación que enfrenta Venezuela en 2025 es la manifestación paradigmática de las nuevas modalidades del imperialismo estadounidense en el siglo XXI. El cerco multidimensional desplegado combina elementos de guerra convencional, operaciones especiales, guerra económica, lawfare, guerra no convención, guerra cognitiva y guerra de cuarta generación en una matriz integral de agresión que busca el control de recursos estratégicos y la dominación de países no afines. La geopolítica energética es el núcleo central de esta ofensiva, con el territorio del Esequibo como premio mayor de una disputa que trasciende las fronteras venezolano-guyanesas para convertirse en un laboratorio de neocolonialismo extractivo del siglo XXI. La resistencia venezolana, articulada a través de estrategias como los Cuadrantes de Paz y el fortalecimiento de la unión cívico-militar, representa no solo la defensa de la soberanía nacional, sino la preservación del proyecto de integración latinoamericana y multipolaridad mundial frente a la hegemonía imperial en declive.
(*) Cuadernos para la reflexión política N° 4, septiembre 2025: Pedro Sassone, Ministro Consejero de la República Bolivariana de Venezuela en Uruguay, jefe de la Sección Consular. Ratmi Machado, Consejero de la República Bolivariana de Venezuela en Uruguay. Articulistas y equipo de investigación: Indur Bacarreza y Greisy González.