Por Penelope Burlando (*)
En la dinámica política venezolana, las elecciones a las alcaldías y la creación de las comunas no son solo eventos administrativos, sino pilares fundamentales de un proyecto de transformación social y política. Así lo vivimos
El recuerdo de la «alocución diaria» de Hugo Chávez resuena en mi como un punto de partida. Visitar el lugar donde se transmitía su programa de radio en RNV es transportarse a un espacio de encuentro entre el líder y su pueblo.
Fuimos parte de un programa radial que nos permitió interactuar con los oyentes, cosa que fue clave para entender como el «poder comunal» y la «participación protagónica» se enraízan en la conciencia colectiva.

El acto eleccionario en sí mismo se vivía con una intensidad particular. Más allá de la competencia por las alcaldías, cada voto era percibido como una reafirmación de un camino político. No era solo un voto a favor de un candidato/a, sino una contribución activa a la consolidación de un sistema en el que las comunas se perfilan como el epicentro del poder popular. La jornada electoral se convertío en una fiesta cívica y, para muchos, en un ritual que validaba su rol en la construcción de una nueva sociedad, donde las decisiones locales, desde la gestión de servicios hasta la planificación de proyectos comunitarios, emanaban del pueblo organizado.
El camino de la Revolución Bolivariana ha estado marcado por una constante lucha del pueblo para defender sus logros frente a una compleja red de desafíos. La defensa de la Revolución no se ha limitado a las urnas; se ha manifestado en la resiliencia diaria de las comunidades que, a través de las comunas y los consejos comunales, han enfrentado el desabastecimiento, las sanciones económicas y las presiones internas y externas. Esta lucha es una expresión de la conciencia política que se ha forjado a lo largo de los años, donde la participación popular se convierte en un mecanismo de resistencia. Los ciudadanos/as organizados en las comunas no solo gestionan sus propios recursos, sino que también actúan como una trinchera social y política, demostrando que la defensa del proyecto se libra en cada barrio, en cada proyecto productivo y en cada acto de solidaridad.
La posibilidad que los jóvenes sean los articuladores de las diferentes propuestas, nos da un panorama sobre una sociedad que posee una inclusión que no esta marcada por la edad. Para participar de la consulta popular, o sea para votar por los proyectos para la comunidad la edad mínima son los 15 años. Las propuestas dan un aire fresco ,variado y sumamente necesario evitando la autofagocitacion del proyecto popular.
Las comunas y los consejos comunales eran vistos como modelos replicables de organización popular que podían fortalecer la visión de una «Patria Grande» unificada y respetando las particularidades de cada territorio.
En este contexto, la «Cumbre de los Pueblos por la Paz y en Contra de la Guerra», emergió como un evento clave que subrayó el papel de Venezuela en el escenario global. Este encuentro, que reunió a movimientos sociales y delegaciones de múltiples países, reafirmó la postura del país como una voz firme contra el fascismo, el genocidio en Palestina y la intervención de potencias extranjeras en conflictos regionales. Al acoger esta cumbre, Venezuela se posicionó no solo como un centro de resistencia antiimperialista, sino también como un espacio para la construcción de una agenda global de paz, en la que se promueve la multipolaridad y el respeto al derecho internacional.
Directamente ligado a esta cumbre, se celebró también el «Encuentro Internacional de Madres Víctimas del Fascismo». Este evento, que contó con la participación de destacadas figuras como la Asociación Madres de Plaza de Mayo de Argentina, se centró en la denuncia de la «trata institucionalizada» y las políticas migratorias que, según denuncian sus participantes, son una forma de agresión fascista por parte del imperialismo. En este encuentro se destacó la lucha de las madres venezolanas por la repatriación de sus hijos y se propuso la creación del «Movimiento Mujeres Heroínas» para continuar esta batalla. El evento solidificó la idea de que la lucha contra el fascismo y el imperialismo no es una cuestión abstracta, sino una realidad palpable en las vidas de las familias, y que la solidaridad entre los pueblos es la herramienta más poderosa para la resistencia y la acción.
Las Elecciones Municipales y la consulta popular en las comunas de Julio de 2025 en Venezuela son una ventana a un proceso político complejo, moldeado por la constante lucha del pueblo para defender sus ideales. El acto de votar se transformó en un ejercicio de empoderamiento, mientras que eventos como la Cumbre de los Pueblos por la Paz y el Encuentro de Madres Víctimas del Fascismo proporcionaron el telón de fondo para una geopolítica de resistencia y lucha. Es en esta interconexión entre lo local y lo global, y en la incansable lucha de un pueblo, donde reside la verdadera esencia del proyecto político venezolano, un esfuerzo continuo por construir una alternativa desde las bases de la sociedad.
(*) Penelope Burlando, T/A, Directora Administrativa SAI PPL, su trabajo la llevo a especializarse en mujeres privadas de libertad. Uruguaya, consejala en el municipio G de la Ciudad de Montevideo.