Por Gabriela Cultelli (*)
En realidad, no he probado la jabuticaba, al parecer es una especie de uva brasilera que no crece como en una parra, si no de un árbol y su tronco o ramas. El caso es que el presidente brasilero, Inacio (Lula) Da Silva mandó al presidente de EEUU, Trump, a comer jabuticaba. “Vine a comer jabuticaba por la mañana, porque dudo que alguien que coma jabuticaba se ponga de mal humor. Te enviaré jabuticabas, Trump. Y te darás cuenta de que quien come jabuticaba por la mañana, en un país donde solo él da jabuticaba, no necesita peleas arancelarias: necesita mucha unidad y mucha relación diplomática” dijo Lula.

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La amenaza de EEUU y la violación total de la soberanía
Trump amenazó nada más y nada menos que al gigante del sur con marcar a partir de agostos a sus productos con aranceles del 50%, supuestamente o así se manifestó Trump, por motivo del juicio penal a Bolsonaro, que como se sabe, se lo acusa de golpista, ante un intento de golpe de estado muy similar al asalto al capitolio el 6 enero del 2021. Para el caso de Brasil fue un asalto al congreso el 8 de enero del 2023 y a los pocos días de asumir el presidente Lula, más otras acciones previas y posteriores de las cuales sobran pruebas para acusar al ex presidente Bolsonaro.
Pues, aunque Uds. no lo crean, el presidente de EEUU, no quiere que se enjuicie a Bolsonaro y por esa razón amenaza al pueblo brasilero con aranceles del 50%, en una fragrante intromisión y violación brutal de la soberanía brasilera.
Como en estos tiempos es difícil jugar de esa manera con la dignidad de Brasil, se ordenó devolver la carta a Trump y el presidente brasilero dijo que esta dispuesto a negociar, pero que le aplicaría iguales aranceles a los productos provenientes de EEUU.
Los BRICS delante o detrás del ataque
Para este ataque a la soberanía del pueblo brasilero, Trump se aferra a una ley de 1977, sosteniendo que habría un déficit comercial importante con Brasil, hecho por demás totalmente falso porque para EEUU el comercio exterior con Brasil es superavitario, o sea las exportaciones de bienes de EEUU a Brasil superan las importaciones provenientes de este país.
La ministra brasilera de relaciones institucionales, Gleisi Hoffmann afirmó que «Trump nunca estuvo preocupado por la democracia en ningún lugar, mucho menos con el destino de Bolsonaro… Lo que teme es el fortalecimiento de las relaciones comerciales y financieras del sur global, que Brasil está ayudando a construir en el bloque BRICS y en otros foros. No seremos rehenes de Trump».
Lo destacable de todo esto es la reacción en Brasil. A pesar que la ultraderecha arreció sus críticas contra Lula incluyendo su posición ante el genocidio en Gaza contrario a los intereses de EEUU, más del 70% del pueblo brasilero y según sondeos, cerró filas con su presidente en defensa de su independencia.
Creo que es tiempo que EEUU se dé cuenta de que no es tan fácil manejar todas las decisiones de Sur Global, y no solo porque la verde y amarella late con fuerza, y no precisamente por el futbol.
(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)