Por Maribel Acosta Damas (*)
Este es el barrio de La Víbora, en un municipio humilde de La Habana. Aquí vivo y este año el 1ro de mayo en Cuba tuvo en los barrios sus escenarios principales.
Amaneció como siempre: sol, calor, música, gente que habla de esquina a esquina. Pero hoy además está la conga entre todos y todas, el canto juntos, la bandera, Fidel…
Me recuerda los versos del poeta Bonifacio Byrne, quien el 3 de enero de 1899, pocos días después de consumada la ocupación norteamericana con el Tratado de Paris, Byrne regresó a Cuba. Al día siguiente, cuando entraba en la bahía de La Habana, vio en el Morro la bandera cubana junto a la de EEUU. Así nacieron aquellos versos suyos que lo bautizaron como el poeta de la bandera:
“¿No la veis? Mi bandera es aquélla
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella
con más luz, cuanto más solitaria.”
“Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.”
“Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el sol con su lumbre
la ilumine a ella sola – ¡a ella sola! –
en el llano, en el mar y en la cumbre.”
“Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía…”
… La bandera danza, hermosa y fuerte, junto a la conga, este 1ro de mayo en Cuba.
(Foto de portada Abel JR; foto galería y video: archivo Maribel Acosta)
(*) Maribel Acosta Lamas, Maribel Acosta Damas, Dra. en Ciencias de la Comunicación Social, Periodista cubana y docente de la Universidad de La Habana, trabaja y colabora con varios medios de su país y de otros países.