“Por detrás de mi voz
-escucha, escucha –
otra voz canta.”
Circe Maia (fragmento de “Otra voz canta”)
Por Gabriela Cultelli (*)
A veces las voces se levantan juntas y desde varios puntos del planeta. Eso pareció sucedernos esta semana, cuando a la par que recibíamos el artículo hoy publicado “Mujeres y memoria” de la periodista cubana Maribel Acosta, nos comunicábamos con la artista francesa Katia Odartchenko (de origen ruso – dominicano). La primera habla de una exposición de fotografías en la memoria de mujeres reprimidas en la España franquista. La segunda nos muestra su exposición de artes plásticas expuesta en Paris la semana pasada y este próximo fin de semana (7 y 8 de octubre) sobre nuestras compañeras.
Dos hechos diferentes con historias que se aúnan bajo el cobijo de la memoria. La memoria de mujeres, esa que es imposible de quebrantar con los años, con cañones, o con la peor arma del olvido.
Hablemos aquí entonces, de la exposición de Katia Odartchenko. Su exposición de alguna manera es ella misma, o somos todas.
Su familia residió en Montevideo entre la década del 60 y 70. En 1972 fueron expulsados del país, y el 27 de abril de 1974 el embajador de Francia se comunicaba con ellos para avisarles de la desaparición de Franck, el hermano mayor de Katia, encontrado un mes después en el cuartel de Artillería número 1, siendo luego encarcelado por 5 años en el penal de Libertad.
Como tantas historias que uno recuerda del exilio, esta artista que en el momento solo tenía 14 años crea en su colegio de Paris una asociación juvenil para la defensa de los Derechos Humanos. Hoy continúa su lucha y nos trae esta exposición que pasó por Montevideo a 50 años del golpe, y continúa en Europa a 50 años del golpe en Chile.
“Sus pinturas nos invitan a adentrarnos en la memoria colectiva y nos muestran las consecuencias desbastadoras del terrorismo de Estado. A través de su arte nos confronta con el sufrimiento de las victimas y sus familias, y nos recuerda la importancia de no olvidar ni silenciar estos acontecimientos en la sociedad actual. Sus obras nos sumergen en un mar de emociones y nos muestran la crueldad y la deshumanización vividas. La artista retrata la desaparición forzada, la tortura, el miedo, y la resistencia de aquellas personas que se opusieron al régimen dictatorial” escribía Fernando Pereira sobre su obra desde la Fundación Liber Seregni. Y continuaba Adriana Barros, presidenta de la Comisión de DDHH del Frente Amplio: “Katia Odartchenko a través del arte nos invita a la reflexión y con ello a dar voz a aquellas personas que fueron silenciadas”.
Son voces que hablan a través de sus pinceladas. Son también ellas, las más invisibilizadas que ahora se levantan desde el arte de Odartchenko. Porque aquí están, de una vez y para siempre: ¡Vivan también las compañerAs!!! Porque ellas, como escribía Circe Maia en el poema ya citado:
“No son solo memoria,
Son vida abierta,
Continua y ancha,
Son camino que empieza.”
(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)
