El peón rebelde

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@mateamargouy

David Graña

«Roberto Mario Santucho
Guerrillero santiagueño
Ni la muerte ni el olvido
Podrán vivir en tus sueños
Amor revolucionario
Pasión que no se detiene
La mística, la bandera
Y la lucha regresan siempre.»

(Fragmento de guerrillero santiagueño, de Peteco Carabajal)

Muchas veces me he preguntado: ¿cuándo se  da el paso para entregar la vida por tus ideas? ¿En qué momento del proceso militante la vida se disuelve, se disocia en el agua dulce de la lucha para postergarse y ser en pos de los demás, del colectivo, del pueblo? Tenemos en Latinoamérica incontables casos que podría mencionar pero sin duda ustedes ya saben de quiénes podría hablar.

El miércoles de la semana pasada al abrir los ojos y mirar mi Whatsapp entre la maraña de mensajes matutinos vinculados al trabajo y otros etcéteras me encontré con un mensaje que era solo una foto: en ella se veía a un hombre adulto de mediana edad, camisa de manga corta a cuadros con sus manos entrelazadas y la mirada perdida en una mesa que sostenía un tablero con viejas y refinadas piezas Staunton que supe ver en mi juventud. Yo conocía esa mirada, porque la vi mil veces en amigos, amigas, conocidos y desconocidas y que también es la misma mirada que tengo en las fotos que salgo jugando. Es la mirada del jugador de ajedrez que deambula en una posición flotante, entre el disfrute y el sufrimiento hasta encontrar la mejor resolución posible para hacer la mejor jugada.

Desconocía al portador de la misma, la fotografía me hacía saber por su tipo que no era actual, que venía a traerme aromas del pasado, de uno que yo no conocía eso me llenó de intriga y a la vez sentí como una puerta se entreabría para conocer una de esas historias que tanto me gustan.

El mismo compañero que me envió la foto ante mi confesa ignorancia de quién era el fotografiado me compartió un link que empezaba con este nombre: Mario Roberto Santucho.

Nacido un 12 de Agosto de 1936 en Santiago del Estero, el Roby Santucho provenía de una familia numerosa que contaba con 9 hermanos. Estudió y se graduó como contador en la Universidad Nacional de Tucumán donde también lograría relevancia como militante estudiantil.

Fundador del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y luego del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) del cual llegó a ser comandante llegando a confrontar en pos de la revolución armada a las FFAA.

El 19 de julio era una jornada fría y gris en Buenos Aires al mediodía un grupo de cuatro hombres al mando del capitán del Ejército Juan Carlos Leonetti llegó en un auto sin patentes a Venezuela 3149, la dirección de ese edificio de 13 pisos donde se hallaban Santucho y Benito Urteaga, número dos en la dirección del ERP.

Todos los integrantes de este grupo estaban vestidos de civil abordaron al portero en la entrada del edificio y lo obligaron a que los guiara hasta el departamento B del cuarto piso, donde irrumpieron y se produjo un tiroteo con los ocupantes de la vivienda.

Se cree que Santucho no murió en el enfrentamiento sino que llegó muy malherido a Campo de Mayo falleciendo, y permaneciendo desaparecido hasta el día de hoy.

Es esta breve y somera reseña de una vida de lucha con los ojos puestos en la revolución, porque para cambiar hay que creer, para creer hay que saber, y para saber tenemos que amar el cambio.


Fuente 1

Fuente 2

Fuente 3

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