Colectivo Estudiantil
Corría el año 1968. El gobierno de Jorge Pacheco Areco decretaba el estado de excepción y gobernaba a través de las medidas prontas de seguridad. El clima de movilización frente a los recortes en el presupuesto y las intervenciones del Poder Ejecutivo en la Universidad de la República se encontraba en las calles con una represión policial que era cada vez mayor. El 12 de agosto de ese año, la policía hiere de muerte a Líber Arce, falleciendo dos días después, el 14 de agosto. En setiembre son asesinados también a manos de la violencia estatal Susana Pintos y Hugo de los Santos.
El pasado viernes 14 de agosto las calles de Montevideo se llenaron de estudiantes en memoria de ellxs y de todos los estudiantes que han caído a manos de la violencia estatal luchando por una mejor educación. Empezando por la UdelaR, pasando por el Ministerio de Economía y Finanzas, hasta la plaza Primero de Mayo, se oyó un solo grito en defensa de los derechos conquistados, en defensa de la democracia, en defensa de una educación pública gratuita y de calidad para todas y todos.
Escrito con pintura sobre un cartón se leía “contra el miedo y la censura”, “que la educación no sea un privilegio de clase”. En carteles se podían ver las fotos de Hugo de los Santos, Nibia Sabalsagaray, Susana Pintos, Liber Arce, Walter Medina acompañando la marcha.
El clima era de resistencia. Desde las proclamas se denunció la cada vez mayor privatización y mercantilización de la educación pública, la eliminación de los espacios de participación docente y estudiantil, la criminalización de la protesta, todas leyes incluidas en la Ley de Urgente Consideración. La resistencia a las decisiones que el gobierno quiere hacer también fueron por parte desde el orden docente y en particular por parte del rector Rodrigo Arim.
La lucha hoy es por el presupuesto. Porque la educación pública continúe siendo de calidad y pueda mejorar. Para que hayan más becas para que más estudiantes puedan acceder a una formación terciaria. Para que nadie quede afuera del sistema educativo.
Decía el Che en 1959: «que la universidad se pinte de negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos, sino también entre los profesores, que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la Universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo».
Hoy el movimiento estudiantil uruguayo dice: ¡Sin educación pública no hay futuro! ¡La crisis no la pagará el pueblo!
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