Día a día avanza el covid-19. En algunos países la situación parece tender a estar controlada y en otros como que la situación se va saliendo de control. El epicentro pasaría a ser América.
Mientras tanto en Uruguay la información respecto al avance del virus viene parcializada y de presentaciones varias. El gobierno trabaja en varias velocidades por un lado propone mini subsidios, préstamos sin utilidad y boicotea las ollas populares, mientras pasea con helicópteros que dan mensajes poco entendibles pero que adornan la tranquilidad de las ciudades en stand by.
El reclamo de unidad nacional hacia la izquierda viene sin escuchar sus propuestas y en esta unidad al gobierno se les olvidó a las grandes empresas (algunas que incluso hoy, facturan fuerte), los bancos y los rentistas.
Alineados ya con Almagro, es decir con EEUU, no es novedad el apoyo a otro intento de intervención en Venezuela por parte del gobierno uruguayo, quienes cumplen y se suman al resto de payasos que proponen intervenciones para los rebeldes. Es decir, el gobierno uruguayo acuerda con el sistema político aplazar elecciones pero le mandan a sumarse a un pedido de elecciones en Venezuela y acata sin pudor alguno.
La reinstalación del proyecto neoliberal está estancado por esta crisis, el único avance del frente económico es mantener la suba de tarifas. Su principal acción es evitar el rescate de las mayorías, la omisión de un política que gaste más allá de lo que ya está estipulado previo a la crisis. Al Estado que querían recortar de entrada lo tienen que usar y reconocerlo. Toda una victoria parcial y popular del coronavirus.
Por poner dos ejemplos: el refuerzo presupuestal al Mides que se anuncia por conferencia (!!) es el mismo al que, sin crisis, aplicó el año pasado el gobierno del FA. Un ejemplo más terrenal y gráfico es el recule al gasto de los muebles de Anchorena, víctima de sus propias medidas! Y para hacerla completa, escondiéndose en una mentira y mal hecha.
Las reformas que venían en forma de shock se harán esperar, está crisis los hace trabajar fuera del libreto. El día después de la pandemia no se puede prever pero nadie se sienta sorprendido si el shock viene concentrado y con menos margen, más neoliberal.
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