Comunidad indígena Tekoha Sauce lucha por recuperar sus tierras de un gigante hidroeléctrico en Paraguay

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@mateamargouy

William Costa


La Itaipú Binacional por su parte niega que haya incumplido la ley (esta también ha sido su reacción ante las recriminaciones expuestas en el informe de la Fiscalía Federal de Brasil). En una carta que la institución mandó al Senado paraguayo en mayo de este año, sostiene que cumplió con sus obligaciones legales al trasladar a los miembros de Tekoha Sauce en 1982.

Lucía Sandoval, miembro del equipo de abogadas que representa a la

comunidad, disputa esta versión de los hechos. Sostiene que la muy baja calidad de las tierras a las que llevaron a las familias de Tekoha Sauce implica una violación de la ley: “El Estado estaba obligado a proporcionarles tierra de igual calidad a la que ellos habitaban para que pudieran desarrollarse allí nuevamente como familias, practicando su cultura, sin perder sus tradiciones. Eso es lo que dice la Ley 904, y eso no se respetó para nada”.

El equipo jurídico de Tekoha Sauce está esperando actualmente la decisión final de las autoridades paraguayas. Si esta decisión no es favorable, el caso se llevará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Leti Galeano, coordinadora de la coalición de ONGs que apoya a la comunidad, dice que “Tiene todos los requisitos jurídicos para pasar a la Corte Interamericana. Primero, agotaremos todas las opciones aquí en Paraguay, pero sabemos que acá no se soluciona nada. Ya está empezando a ser el momento de pasar a instancias internacionales”.

En los últimos años, tres comunidades indígenas de otras regiones de Paraguay han ganado casos de conflictos por la tierra en la CIDH.

Tekoha Sauce es uno de los muchos grupos originarios que enfrentan problemas relacionados con la tenencia de la tierra en Paraguay. La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, escribe que, del alrededor de 500 comunidades indígenas que hay en el país, 134 no tienen tierras y otras 145 tienen problemas relacionados a la tenencia de la tierra, tales como conflictos con el Estado o empresas privadas.

El territorio no está bajo agua

Antes de emprender su lucha jurídica actual, las familias de Tekoha Sauce ya buscaban la forma de recuperar du patrimonio perdido. Amada cuenta, “Yo desde chiquita siempre escuchaba historias sobre lo que pasó. La gente de Sauce nunca dejó de pertenecer a ese sitio”.

Amada menciona que los miembros de la comunidad solían volver a la zona de su hogar ancestral, y que a través de estas visitas descubrieron que su territorio no se había inundado completamente como les habían dicho las autoridades. Encontraron que una parte de sus tierras había sido designada como una reserva natural protegida—lograron ubicar su antiguo cementerio dentro de esta reserva—y otra extensa sección se había convertido en un área de agricultura mecanizada.

Esta transferencia irregular de tierras a empresas privadas no es única. Durante la dictadura de Alfredo Stroessner—que duró de 1954 a 1989—se regalaron 6,744 km2 de tierras públicas ilegalmente a amigos y aliados del régimen. Aunque no ha sido posible determinar cómo las tierras de Tekoha Sauce terminaron en manos de sojeros, las mismas autoridades han sido cómplices en muchos casos parecidos. El diario paraguayo Última Hora actualmente está publicando una serie de artículos sobre el uso ilícito de muchas de las tierras expropiadas durante la construcción de Itaipú, por ejemplo

Dadas estas condiciones, en 2015, la comunidad decidió tomar acción. Bajo el liderazgo de Amada y su padre Cristóbal Martínez, volvieron a sus antiguas tierras. Un gran grupo de familias se instaló en la plantación de soja y empezaron a establecer un asentamiento.

Esta ocupación terminó siendo muy corta: en septiembre de 2016, se emitió una orden de desalojo contra los indígenas. Un grupo que consistía en policía montada, empleados de la empresas sojeras y representantes del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI)—la institución encargada de velar por los intereses de los pueblos indígenas de Paraguay—participó en el desalojo. Según miembros de la comunidad, quemaron sus casas y llevaron y mataron sus animales.

Las abogadas de Tekoha Sauce afirman que este desalojo fue ilegal ya que la comunidad no recibió aviso previo de lo que iba a pasar, y actualmente están buscado la anulación de la orden de desalojo.

El apoyo que el Estado paraguayo brindó al sojero en cuestión, en detrimento de los intereses de las familias indígenas, forma parte de una tendencia histórica. Luis Rojas, un investigador en desarrollo rural, menciona que en Paraguay—el país con la mayor desigualdad de tenencia de la tierra del mundo, según el Banco Mundial—las leyes, los impuestos y el sistema jurídico suelen favorecer a la poderosa clase terrateniente y perjudicar a los grupos originarios y campesinos.

Estamos acá porque no tenemos adónde ir”

Tras este desalojo violento, Amada cuenta que las familias de Tekoha Sauce no tuvieron otra opción que mudarse a su ubicación actual al lado de la Reserva Natural Limoy, a pocos kilómetros de su territorio ancestral.

Leti Galeano explica que, desde el principio, las familias han dejado muy claro que están ocupando este espacio por necesidad mientras continúan con la lucha jurídica por la recuperación de sus tierras. No obstante, la Itaipú Binacional, que administra la reserva, ha denunciado a los indígenas como invasores ilegales que amenazan la vida silvestre de la zona.

La institución binacional, mientras se niega a dialogar con los indígenas sobre la pérdida de sus tierras en 1982, ahora está activamente buscando una orden el desalojo para obligarles a abandonar su asentamiento actual en Limoy. Ya se emitió una medida cautelar que prohíbe que los miembros de Tekoha Sauce cacen, pesquen, construyan nuevas casas o recojan leña de la reserva. Margarita Heralsky, una de las abogadas de la comunidad, afirma que esta acción atenta contra los derechos humanos de las familias: “Les prohíbe hacer prácticamente cualquier actividad, incluso de subsistencia”.

El descubrimiento de que la Itaipú Binacional ha solicitado una orden de desalojo provocó que Amnistía Internacional publicara una carta urgente el 2 de julio de este año, solicitando a activistas de la organización y a la ciudadanía en general a que envíen cartas al presidente paraguayo Mario Abdo Benítez para que se involucre en el caso.

Mientras las familias de Itaipú viven con la amenaza de ser desalojadas de sus casas temporales, muchos grupos usan las tierras de Itaipú de forma ilícita sin consecuencias. La mencionada serie de artículos de Última Hora revela que, entre otros usos ilegales, hay más de 250 puertos clandestinos, areneras, un club privado, dos condominios y áreas controladas por políticos dentro de las reservas de Itaipú.

Luchando contra un gigante

Las 43 familias de Tekoha Sauce se enfrentan en dos frentes a la institución paraestatal responsable de la segunda represa hidroeléctrica más grande del mundo. Por un lado, continúan luchando para que se les compense adecuadamente por las graves violaciones de sus derechos humanos sufridas cuando las autoridades les quitaron su territorio junto al Paraná. Por otro, resisten la amenaza de ser desalojados de su hogar temporal en Limoy.

Leti Galeno menciona que la extrema persecución experimentada por Tekoha Sauce podría indicar que Itaipú Binacional tiene miedo: si las familias originarias logran recuperar su territorio, se podría crear un precedente para la recuperación de las tierras de algunas de las otras 37 comunidades que fueron desalojadas durante la construcción de la represa, cada una con su propia historia de sufrimiento e injusticia.

Se publicó originalmente en inglés en la página Latin America Bureau

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