Diario de un trotskista Interplanetario

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@mateamargouy

Ricardo Pose

Para nuestro primer aporte a la temática cultural, haremos el ejercicio lúdico de tomar los escritos de uno de aquellos extraterrestres , proveniente de una sociedad comunista existente en una planeta de otra galaxia , como sostenía el trotskista de la 4ª Internacional J Posadas, foráneo y fino observador de la Cultura Nacional .

Junio de 1840. Un grupo de accionistas convocados por los sectores más cultos del coloradismo, estudian el financiamiento de un teatro al mejor estilo europeo. El desarrollo urbano de la burguesía comercial, está ansiosa por poder expresarse culturalmente para poder diferenciarse además, del resto de la américa bárbara, y de la población rural uruguaya.

Sera un majestuoso edificio que llevara el nombre del español, Juan Díaz de Solís y la nueva república podrá estrenar allí y dar sello público oficial, a la hegemonía cultural de las nuevas clases dominantes.

Julio de 1845. La nueva nación en construcción, entona tras pasado concurso público, su Himno Nacional. Como esta nación nace como oposición al proyecto de su libertador José Artigas, el nuevo texto destierra al olvido el Himno Nacional escrito y cantado en las filas revolucionarias por Bartolomé Hidalgo.

La huella colonial euro centrista influye en los músicos de intención criolla con su ritmo de marcha o vals que se diferencia en la melodía pero en nada de su estructura del resto de las jóvenes naciones de américa latina. El sello de dependencia cultural de las grandes urbes se manifiesta de las formas más solapadas, haciendo creer al criollo que crea su propia musica.

Comienzos del Siglo veinte Cambalache.

Paisanos y la RCA Víctor. El ejército prusiano y otros ejércitos por las Europas decidieron vender a estas nuevas tierras, el saldo de los miles de uniformes que les quedaron sin usar. Los paisanos del sur serán unos los involuntarios destinatarios que terminaran haciendo culto folclórico a los pantalones bombachudos usados en lejanas campañas militares. Estos paisanos más conocidos como gauchos y exaltados desde la literatura, transformaran las viguelas en guitarras e irán adaptando los fandangos y otros ritmos ejecutados por sus antepasados coloniales. Esos ritmos, cantados en Milongas y Vidalas pero también danzados en Gatos, Huellas y otros ritmos trocados desde los valses de los salones, irán además siendo grabados y difundidos como la música de los gauchos del sur del continente, por agentes de la RCA Víctor, empresa estadounidense productora de discos y difusora musical , siempre ávidas de nuevas músicas.

Es interesante pensar que si aquellos gringos grabadora en mano, no hubiesen compartido fogones y asados grabando milongas, lo hubieran hecho en los campamentos calchaquíes, quizás nuestra noción de música folclórica seria otra.

El salón y el prostíbulo.

El rio de la plata tiene puerta de entrada por sus puertos. Las expresiones musicales de la frontera seca uruguaya, fuertemente anti lusitana, ofrecerá cierta resistencia a dejarse permear, aunque los gaúchos de Rio Grande tengan sus milongas y chamarritas, chupen maten y nazcan dialectos fronterizos.

En los distinguidos salones de la burguesía capitalina suenan valses y polcas y todo ritmo de origen euro centrista.

Los ateneos anarquistas en su resistencia al sistema ejecutan la versión rebelde con origen en aquellas latitudes y tendrán su verbena anarquista.

Por fuera de los salones, en el Bajo, en el prostíbulo, en los salones de las naciones africanas, surge el candombe , el tango, la milonga bailada entre compadres.

El puzle multicultural de esta nueva nación se va armando con sus distintos grados de tensiones, censuras, prohibiciones y resistencias.

La Galena.

Hace un buen tiempo que por estos lares las novedades musicales ya no dependen exclusivamente de los músicos inquietos intelectualmente.

Nuevos ritmos de nuevas y distantes urbes inundan las ondas radiales; los año veinte traerán nuevas danzas y ritmos, ahora desde la cultura anglosajona. El fox trox, el twist del norte de américa y variados ritmos tropicales de su centro se sumaran a las ejecuciones de las orquestas típicas.

El nuevo imperio emerge con su mejor rostro; la Rubias de New York, glamorosas y mascando chicle imponen un nuevo encanto más seductor que la ciudad luz de París, a pesar de su fuerte presencia en los círculos más distinguidos y en la doctrina militar.

Entre convulsiones.

El arco iris cultural del Uruguay lo dota de una riqueza potencial importante, aunque ese arco iris no este recogido en la definición de sus políticas públicas sobre cultura y de las necesidades de justificar la súper estructura del novel sistema capitalista.

Así las expresiones culturales de origen afro, esto es de la etapa esclavista de Uruguay seguirá siendo patrimonio de las clases bajas, y la fuerte Jerarquización del sistema concentrara su poder económico, político, militar y cultural en la imposición de las categorías de cultura popular o culta.

Intelectuales y otros actores de la cultura de distintas disciplinas empezaran a buscar la necesidad de una expresión genuina en una suerte de movimiento nacionalista.

Del campo uruguayo, ciertos sectores definirán un porfiado catálogo de música folclórica y la única música urbana reconocida será la música culta de los salones burgueses y las expresiones comercialmente más rentables del tango rio platense, mientras el grueso del tango, el candombe y la murga serán totalmente marginales.

Al fin el fin de la guerra.

Uruguay como patio trasero de los estados Unidos de Norte América, su cipaya oligarquía no iba a escapar al embrujo de la cultura de masas americana.

De aquellos divertidos ritmos bailables a los que se suman el Jazz y el Blues, tan negro como el candombe uruguayo, se va a sumar el formidable lenguaje del cine, capaz de estimular aquellas fibras que solo puede estimular la imagen y la música de las orquestas sinfónicas contenidas en ellas.

Desde aquellos entrañables personajes que contaban divertidas historias de un poderoso país que miro casi indiferente la primer guerra mundial, volvían erigidos en héroes y salvadores de la humanidad.

Donald, Mickey, Pluto, Abbott y Costelo eran reservistas de un poderoso ejército de marines que vencieron al fascismo. Ninguna victoria adjudicada al ejército rojo del oso soviético.

Algún mes de 1947.

Hace ya varios años que un ciudadano de Paysandú, está recorriendo el litoral argentino y Paraguay y haciendo comparaciones con las músicas de su país.

Quizás inducido por aquellos gringos de la RCA, todo lo que en Uruguay suena a folclore sean zambas o milongas suenan y se tocan como en Argentina.

Este personaje de nombre Anibal Sampayo, ira creando juntos a otros que se irán sumando, una uruguaya cadencia de la música folclórica. Nace el Sobrepaso en el Queguay y la Serranera en Minas, y la cadencia oriental de las zambas y milongas parece emerger lentamente.

Diciembre de 1961.

Las revoluciones de carácter nacionalista, proletarias e indigenistas ya han pasado por ciertos lugares de la América. La guerra fría acelera la polarización y al faro ruso y chino de revoluciones socialistas se expande.

El concepto Realismo abrirá vertiente en lo cultural y algunos intelectuales abordan la empresa.

Aparece la literatura sobre el proletariado urbano montevideano, las milongas ya no solo cantan a las penas del gaucho solitario o a los arroyos y ríos. Aparecen las fotos en lenguaje musical de los niños con pelos chuzos y barrigas chifladoras, peones cantando las 40 al patrón, canto de protesta y propuesta.

Los 60 y 70 serán años dinámicos y ferméntales. Para cuando este diario caiga, columnas de obrero y estudiantes irán a las barricadas entonando la Milonga A Don Jose, y los militares con la misma milonga pero como cortinas de comunicados de Radios y Televisión, anunciaran el Golpe de Estado.

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