Por: Colectivo Cultura
La cita fue a las 21 horas. Allí mismo, en la intersección de José Pedro Varela y Dámaso Antonio Larrañaga. Corrí el enorme portón de rejas y pasé. El escenario del imponente anfiteatro estaba iluminado. Muchas veces había pasado cerca pero nunca había entrado. Enseguida encontré a Karina, que estaba dando vueltas al lado de una oficinita. Luego del saludo de bienvenida, entramos a la salita donde funciona el estudio de la radio. Adentro nos encontramos con Pablo. En ese momento estaba saliendo al aire un programa. El espacio era tan pequeño que no podíamos charlar allí. Los audios se iban a entremezclar y mi tarea de desgrabación se iba a complicar, además de confundir a los oyentes. Tomamos unas sillas blancas de plástico y nos fuimos a la mitad del teatro. Luego de acomodarnos y antes de prender la grabadora, llegó Jorge.
“Ante la falta de espacios apropiados para el desarrollo de actividades al aire libre y de escenarios de difusión de nuestra cultura popular, así también para la promoción y preservación del patrimonio histórico cultural de nuestra identidad local, entendimos imprescindible la construcción de un Anfiteatro al aire libre”. De esta manera, se fundamenta la existencia de este proyecto que resultó ser la propuesta más votada del Presupuesto Participativo del año 2006. La idea original surge del grupo que estuvo trabajando con el Programa Esquinas de la Cultura en la Esquina Periscopio.
El 25 de abril del año 2009, en las tribunas del Cilindro Municipal, se realizó la asamblea fundacional de la Asociación Civil “Barrio y Cultura” con la participación de decenas de vecinos y representantes de distintas organizaciones e instituciones de la zona. Esta asociación, que se constituyó a partir del 13 de enero del 2010, es la herramienta jurídica para desarrollar la gestión vecinal del anfiteatro.
Luego de una preinauguración y otras actividades culturales realizadas en las inmediaciones, finalmente el 23 de enero de 2010 sucedió la inauguración. Días después, el 29 de enero, los vecinos convirtieron el reciente anfiteatro en un Escenario Popular y siguieron trabajando hasta el 28 de febrero. “En esa edición 2010, tuvimos la presencia de más de 11.000 personas en los 15 días de programación, de esa cantidad 7915 fueron las entradas vendidas y las otras fueron menores de edad e invitados. Gracias a esta presencia de público superamos el promedio estimado de gente sobrepasando las 700 personas por día.”
Los recuerdos de la primera bacanal despiertan tanta alegría como adrenalina: “llegamos a contrarreloj. Ya teníamos contratados los conjuntos y el mismo sábado a la 1 de la tarde: ¡No teníamos agua! El miércoles anterior había llegado la energía eléctrica.” Pero a partir de ahí largaron: “hicimos el carnaval, después hicimos una proyección de cine con la gente de Cinemateca, espectáculos con bandas de reggae, después vino el invierno y teníamos menos infraestructura que ahora. Pero en agosto arrancamos con el día del niño; en setiembre, día de la primavera y después se lo prestamos a la gente de una cooperativa de viviendas que querían juntar fondos para construir su salón comunal. Con ellos hicimos un trueque, le prestamos el anfiteatro y ellos vinieron a ayudarnos a colocar los postes que fueron donados por la comisión del Monte de la Francesa.”
Desde ese momento, han vencido distintos desafíos. El anfiteatro no contaba con baños, tampoco con bancos en las gradas (se había pensado como un espacio para realizar gimnasia). El proceso no ha sido fácil: “lo levantamos de nuevo muchas veces. En enero del 2010 se hicieron los bancos. Tampoco teníamos baños. El primer carnaval lo hicimos con baños químicos. Poco tiempo después logramos convencer a la Intendencia de Montevideo (IM) de la necesidad de los baños y la Dirección de Descentralización compró un contenedor con 7 baños. En los dos primeros años que hicimos carnaval, tampoco teníamos ni la gente ni la infraestructura para trabajar la cantina. La tercerizamos. Finalmente construimos una plaza de comidas que es bastante grande, tiene parrillero adentro y la equipamos a nuevo: cocina industrial, horno, freidora, etc. Todo lo compramos con las ganancias.” Luego llegó el incendio del techo del Cilindro: “con la caída del Cilindro estuvimos más de un año parados y se vino abajo.” Karina lo recuerda claramente: “perdimos todo, se llevaron todo y lo que no pudieron llevarse, lo prendieron fuego. Tuvimos que arreglar un montón de cosas, la pileta de la cocina, etc… tuvimos la suerte que nos dejaran volver. El predio ahora está más iluminado. Nosotros venimos casi todos los días porque se realizan actividades, así que siempre hay gente acá. El anfiteatro le aporta cambios positivos al barrio.”
El retorno ocurrió en enero de 2012. La asociación compró los materiales para la reparación y los trabajos fueron realizados por el albañil del municipio D. El regreso no solo significó el logro de volver a empezar, sino también la satisfacción de seguir aportando al barrio y diversificando las ofertas. Jorge está muy orgulloso de la labor colectiva: “en la medida que fuimos transitando nos fuimos fortaleciendo de las demandas de la zona. No nos quedamos con la gestión de espectáculos, fuimos a más. Vamos a más. Y así aparecieron los talleres y luego la radio comunitaria… el domingo pasado tuvimos casi 400 gurises jugando acá adentro y así se comparten las ganancias del carnaval. Se devuelve a la gente lo que la gente dejó. Cada vez nos estamos sintiendo mejor porque estamos haciendo realidad lo que en algún momento se pensó imposible: que los vecinos gestionaran un espacio para el barrio.” Lo fundamental para la comisión, más allá de la gestión, es la fuerte convicción de que realizan bien sus tareas: “para los vecinos, lo venimos haciendo bien y nos dicen “que bien que está esto”. Es un orgullo para el barrio y esas son las fuerzas que nos transmite el barrio para seguir andando”.
Han organizado festivales de rock, encuentros de murga joven y se han llenado las gradas de vecinos. El predio también lo utiliza Rentistas para practicar, otro cuadro de la Liga Universitaria, así como también conjuntos del Carnaval de las Promesas y Murga Joven.
Como contrapartida de lo recaudado en carnaval del 2013, la asociación destinó el 30% de las ganancias en la guardería. “La guardería estuvo 20 años con el mismo mobiliario, la misma cocina y gracias a lo recaudado en el carnaval, hoy los chiquilines tienen sillas y mesas nuevas, una nueva cocina y se van a pintar las paredes de la guardería”.
En el pasado mes de abril se inauguró la radio Simón Bolívar. Pablo cuenta que: “tuvo un proceso extraño. Hace un año salía de unas cooperativas ubicadas en Roldos y Pons. Era de un grupo de muchachos de ahí que pasaban información acerca de las cooperativas. Por distintas cuestiones dejaron de salir y vinieron en enero de 2012 para transmitir el carnaval en directo y quedó la antena puesta. La radio dejó de salir. En junio del año pasado hicimos unas tratativas y los equipos vinieron para acá. Desde ese momento estamos saliendo al aire. Tuvimos problemas para salir on line porque pedimos en julio el teléfono y vino en febrero. Ahora con teléfono, salimos al aire y on line. Nuestra idea no es solo la gestión de un Teatro de verano, nuestra idea es construir de a poco un centro cultural, un espacio cultural para el barrio. Que los vecinos tengan la chance de acceder a espectáculos pero también de acceder a un medio de comunicación comunitario. Porque hay cosas que no se difunden en los grandes medios y solo las podés escuchar en los medios alternativos. Para nosotros apostar a eso es apostar a la cultura y democratizar la comunicación es una manera de democratizar la cultura”.
La radio lleva ese nombre, porque es Simón Bolívar quien “se ajusta a nuestra noción de cultura en los barrios, de la gente de abajo.” Jorge recuerda que: ”cuando yo era pibe, cuando se hablaba de cultura, se hablaba del Solís para arriba. Nosotros creemos que la cultura nace también en los barrios. Se llama Bolívar por eso, porque fue más que un héroe, fue un representante de la cultura de América Latina.” No parece ser una noción de cultura muy lejana a la actual. El arquitecto que diseñó el escenario del anfiteatro le dio la forma perfecta para que una orquesta sinfónica pueda tocar cómodamente.
Dentro de los proyectos futuros está la incorporación de un taller de guitarra, de escenografía (para armar su propia escenografía) y otro de yoga, además del taller de murga. Pero tienen la limitación espacial de no contar con un espacio cerrado como para poder funcionar y hacer actividades en el invierno. “Las oficinas dan para la radio y para guardar alguna cosita. Ahora estamos techando y cerrando otro espacio para sumar. Es una meta tener un espacio cerrado. Íbamos a presentar una propuesta para el presupuesto participativo pero ahora con el ANTEL Arena”.
Se anticiparon a mi pregunta. No fue necesario mencionar el proyecto: “nosotros queremos seguir gestionando este espacio. Si ANTEL quiere hacernos un salón, bienvenido sea, sino, lo vamos a hacer nosotros. Con el presupuesto participativo o como sea”.
“Nosotros nos enteramos de la construcción del ANTEL Arena por la prensa el día que salió en la TV. Después cuando compareció la Intendenta a la Junta Departamental. Lo que nosotros leímos fue que la IM le cede los padrones, terrenos y construcciones, incluido el que está en el anfiteatro, a ANTEL. Lo único que dice el proyecto es que el museo se va a mudar, que ya tiene destino y que lo único que va a permanecer en el predio son el anfiteatro y la guardería. No sabemos dónde. Porque no dice que tenga que quedarse donde se encuentra. Entonces si ANTEL considera que este espacio quiere destinarlo a otra cosa, puede tirarlo abajo y está establecido en este acuerdo que tiene que construir otro con las mismas prestaciones del actual. Lo mismo pasa con la guardería”.
Las posiciones frente al proyecto son varias. La posibilidad de que el anfiteatro sea mudado, para muchos vecinos que hace tiempo están trabajando en el anfiteatro no les resulta agradable. “Nosotros lloraríamos si nos tiran esto abajo. Más allá de todas las horas de trabajo que pusimos para levantar este lugar, para muchos se siente como una pérdida, ya que consideran el anfiteatro como una casa. Y sin temor de entrar en la cursilería ven a la comisión como una gran familia. A muchos compañeros los unió este espacio, vienen chiquilines desde los 14 años y apenas llegan los compañeros nuevos, a los poquitos días se apropian del lugar”.
Para otros, lo más importante es la permanencia de los vecinos en la gestión del espacio: “podemos abrirnos a mil propuestas pero con lo que no vamos a transar es que los vecinos pierdan la gestión. Hay dos cuestiones que dejamos claras en el cabildo: la gestión tiene que seguir siendo de los vecinos y la guardería, en el período de transición, no puede quedar ni un solo día cerrada. Son más de 90 gurises que comen todos los días y que necesitan ese espacio. De ninguna manera pueden quedar esos chiquilines sin la guardería.” Y enfatizan: “para nosotros eso es innegociable. Esta comisión va a seguir trabajando de la misma forma y no vamos a aceptar interventores porque los vecinos podemos hacer igual o mejor las cosas que algún empresario o algún profesional o técnico, porque nosotros somos tan técnicos y tan profesionales como los mejores”.
Aunque la creación del ANTEL Arena haya traído una serie de incertidumbres y temores, creen que la construcción de un estadio multifuncional es positivo “para el barrio, para Montevideo y para el país. Uruguay necesita un estadio con otra capacidad. Ahora mismo se está jugando la final de básquetbol en el Palacio Peñarol… podría entrar más del doble de personas.
Al mismo tiempo, consideran que traerá un sinfín de mejoras al barrio: “alrededor del Cilindro debe haber 5 o 6 hectáreas de terrenos abandonados que son de la propia IM. El único camino que tenemos los que vivimos en las cooperativas para venir a tomar el ómnibus es un callejón de 80 centímetros. De un lado, una selva y del otro lado un terraplén de 3 metros para abajo. Por ahí pasan las y los gurises para ir al liceo de madrugada y de noche. Entonces cuando me dicen que ANTEL se va a quedar con todo eso y lo va a pavimentar y van a poner plazas… Los vecinos estamos locos de la vida. La única empresa que puede hacer eso es ANTEL y es de los uruguayos para los uruguayos… Y en el barrio para el barrio.